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Rosarinos en el mundo

Embajadores de la mejor medicina

La médica local Andrea Marchiol trabaja en la organización Médicos Sin Fronteras. Es la coordinadora general de la entidad en Bolivia, donde el objetivo es tratar de curar a los afectados que padecen la enfermedad de Chagas.


Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización humanitaria internacional de acción médica que asiste a poblaciones en situación precaria, a víctimas de catástrofes de origen natural o humano, de pandemias y epidemias y de conflictos armados. Andrea Marchiol es médica, rosarina, y coordinadora general de MSF en Bolivia, y contó a El Ciudadano que el objetivo de la institución es tratar de salvar vidas, paliar el sufrimiento de las personas, y sobre todo, que puedan recuperar su dignidad.

“Hacemos buena medicina, de calidad, y adaptada a cada contexto”, detalló.

—¿Cómo trabajan en Bolivia?

—A partir de 2002 empezamos a dedicarnos a la enfermedad de Chagas-Mazza. Desde 1996 estamos en Bolivia, y desde 2005, lo hacemos permanentemente. También estamos trabajando en un proyecto que desarrollamos en Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, que son los departamentos con mayor “cero prevalencia” –de personas infectadas–, que superan el 60 por ciento del territorio endémico del vector, que es la vinchuca.

—¿Cómo es la zona y cómo se contagia la enfermedad?

—La enfermedad de Chagas es rural. Bolivia sigue siendo el país que concentra la mayor cantidad de pacientes. Tiene casi un millón de infectados. El 60 por ciento del territorio boliviano es endémico. Cochabamba es una zona rural y estamos en la apertura de un proyecto en el departamento de Chuquisaca. Las casas son precarias, tienen techos de paja, ladrillos de adobe, y allí es donde la vinchuca coloniza, anida donde encuentra grietas. Es hematófaga; se alimenta con sangre humana o de otros animales. El Chagas se transmite donde está la presencia del vector. Donde no está puede haber transmisión congénita, de la madre al bebé, por transfusión de sangre, o accidentalmente en los laboratorios.

—¿Y en los lugares endémicos?

—Se produce por transmisión vectorial. La vinchuca, en busca de alimento, pica y se traslada a otro individuo. Al alimentarse tiene un reflejo: defeca, y en la materia fecal están los tripanosomas que infectan a las personas. Y en el mismo momento en que defeca se da una reacción inflamatoria que hace que el picado se rasque y se producen excoriaciones en la piel. Por esas lastimaduras el tripanosoma ingresa al organismo e infecta.

—¿Argentina cómo está con ese tema?

—Tiene un programa de vanguardia con todo lo que es la normativa; es uno de los países más adelantados. El ministro de Salud de la Nación, Juan Luis Manzur, firmó un decreto-ley sobre la reglamentación del tratamiento de Chagas, como directriz del ministerio. En términos reglamentarios andamos bien, pero en la Argentina no se forma a los médicos con un tratamiento etiológico.

—¿A qué se enfrentan diariamente los miembros de MSF?

—Vamos a las comunidades donde hay alerta; se hace educación para la salud; les explicamos cómo prevenir. A pesar de que hay cierta conciencia, hay rechazo en los servicios de salud para hacer prevención. Un día clásico es planificar la jornada, hacer reuniones, trabajar en las estrategias del proyecto a nivel departamental, ver la situación en la que viajamos a los terrenos. Entre otras tareas hacemos formación.

—¿Qué aporta MSF en la lucha contra el Chagas?

—Hace quince años que estamos trabajando. Tratarlo en las agendas de los Estados presionó para que la Organización Mundial de la Salud haga visible el trabajo en lugares donde se negaban, como México. Ayudó a cambios de protocolos y de normativas. Es una labor indisoluble llevar la voz de los que están silenciados, sea en Chagas o catástrofes naturales, la voz de las poblaciones que sufren por la falta de acceso a la salud. La tarea ayuda a la recuperación de la dignidad y a la acción humanitaria.

Crisis fuera de agenda

Hoy a las 19.30 se realizará en el Centro Cultural Fontanarrosa, ubica-do en San Martín 1080, una activi-dad –con entrada libre y gratuita– que contará con la presencia del di-rector de la oficina de MSF Argenti-na, David Cantero Pérez. Además, habrá dos reuniones específicas pa-ra profesionales interesados en tra-bajar con MSF. El encuentro será una oportunidad para compartir con el público los desafíos y las experiencias de brindar atención médica en emergencias que muchas veces no están en el foco de atención de los medios y por tanto son desconocidas. Para MSF, acercar a la sociedad la realidad que viven sus equipos en el terreno es parte de su misión como organización humanitaria, así como reflejar que es posible brindar atención médica independiente, gratuita y de calidad allí donde más se necesite.

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