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Reflexiones

Embajador de Dios pasará cerca de la Curva del Diablo

Dos velas negras representan a una pareja de esposos que deben dinero. Sus acreedores las punzan con una aguja y las encienden, en un ritual de maldición en la Curva del Diablo, ubicada en una autopista que cruzará el papa Francisco en su visita a Bolivia.


Dos velas negras representan a una pareja de esposos que deben dinero. Sus acreedores las punzan con una aguja y las encienden, en un ritual de maldición en la Curva del Diablo, ubicada en una autopista que cruzará el papa Francisco en su visita a Bolivia.

Las velas de parafina son antropomorfas; en ellas se pueden leer los nombres de Valentina y Carlos, quienes supuestamente recibieron dinero prestado y no lo devolvieron.

Sus acreedores, una pareja de aymaras, quieren que les caiga encima toda la maldad posible.

“Es para maldición, nos han hecho llorar, nos han engañado… les hemos prestado plata, préstennos, nos han dicho, hemos prestado hace cinco años y de ahí se han molestado (con nosotros)”, dice a la AFP la oferente, quien se muestra desconfiada y hasta triste.

Prefiere no dar su nombre.

También encienden otras velas con figuras de animales, como de un perro y un gato.

“Es para que peleen como perro y gato”, señala la mujer aymara, en una especie de ceremonia que se realiza en este punto de la ruta entre El Alto y La Paz cuando empieza a caer la noche.

Luego ella recurre a una aguja en forma de gancho para seguir punzando las velas, mientras repite: “Por nuestra plata estamos llorando, así también que lloren ellos”.

Como ella, decenas de personas recurren a este lugar para pedir la ayuda del Tío, como algunos llaman al demonio.

“Esto se llama Curva del Diablo, del Tío. Vienen para pedir plata, auto, casa, muchas cosas se pide en la vida, como salud. Por eso se adorna con flores, alcohol, vino y hojas de coca”, cuenta a la AFP el chamán aymara don Félix, en una pausa durante una de sus ceremonias.

Tal vez el Papa no lo vea

La Curva del Diablo está ubicada en las faldas de un cerro, por donde pasa la autopista que el papa Francisco utilizará para desplazarse del aeropuerto de El Alto hacia La Paz, durante su estadía en esa ciudad el 8 de julio, antes de partir a Santa Cruz. Será difícil que el Papa la note con la cantidad de gente que se apostará a lo largo de la vía para saludarlo. Igual, las autoridades han dicho que taparán el lugar.

“No creo que la gente que vaya a saludar en la autopista repare en ello y mucho menos nuestro Papa. Sin embargo, sabemos que nuestras autoridades están tomando algunas previsiones”, dijo recientemente el arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor.

Esta especie de altar tiene unos 50 metros de largo por unos 40 de alto. Allí alguien había tallado en el pasado, en una piedra, un rostro mefistofélico.

Por el año 2011 saltó la noticia de que el lugar era un centro de peregrinación para pedir la protección del maligno y cometer fechorías. Ese año también apareció muerto un hombre en el lugar, según los rumores, por un sacrificio.

Entonces, el gobierno y la Policía destruyeron el altar, pero al poco tiempo los devotos volvieron a levantarlo.

Ahora sólo se observan centenares de manchas de velas de todos los colores, con el significado que el esoterismo occidental les atribuye: amor, salud, negocios, estudios, riqueza… o maldición.

Lugar precolombino

De acuerdo con antropólogos, la Curva fue un lugar religioso precolombino donde se adoraba a un ídolo de piedra en forma de serpiente enroscada, una deidad llamada “katari” en aymara, asociado con el dios benefactor “illapa”, el rayo de la lluvia.

“Hay la creencia antigua de que el lugar era una huaca, un centro religioso de adoración indígena”, explica a la AFP el investigador del Museo de Etnografía y Folclore de La Paz, Milton Eyzaguirre.

El Tío también representa a Supay, una malhumorada deidad andina, representada en las minas bolivianas como un demonio guardián de los socavones, quien sólo autoriza la extracción de mineral si sus seguidores le ruegan con alcohol y hojas de coca.

Eyzaguirre admite que se conoce de algunos sacrificios en el lugar de gallinas, perros o gatos, un hecho condenado por defensores de los animales. No obstante, en la Curva comenzó a funcionar hace algunos años una asociación denominada Waca Katari, que agrupa a los chamanes del lugar y que negó la realización de tales actos.

De cualquier modo, y en previsión, el jefe de la Policía local, Jorge Téllez, ha convocado a los devotos de la Curva a tener cuidado para que sus ceremonias “no afecten las buenas costumbres” durante la visita papal.

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