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El tema es qué saberes universalizar

Por Alejandro Tiana Ferrer (*)

Los países con mayores niveles de equidad consiguen mejores resultados en calidad educativa. Durante muchos años América latina vivió una situación de retraso educativo. No obstante, en las últimas décadas el avance ha sido muy grande.

Una de las razones reside en el impacto de la demografía en los procesos educativos. En ese sentido, a escala continental, América latina está en una situación favorable. Brasil, por ejemplo, entre 1970 y 2000 duplicó su población escolar. Durante esos años, sólo sentar a los niños y niñas en un banco en una escuela delante de un profesor y ponerles un libro en las manos constituía una tarea hercúlea. Paraguay llegó prácticamente a triplicar su población escolar. Esto quiere decir que América latina ha tenido que hacer frente, en las últimas décadas, a crecimientos demográficos de inmenso volumen, con lo cual simplemente mantener las condiciones de las escuelas significaba un esfuerzo considerable.

Sin embargo, el efecto de crecimiento demográfico en la actualidad ha disminuido. Por tanto, estamos en un momento favorable para la mejora de nuestros sistemas educativos.

Es preciso reconocer que el sistema educativo tiene un ritmo lento. La inclusión de cambios es siempre paulatina. En ese sentido la América central y del sur presenta indicadores favorables en lo que respecta a la matrícula de la escolaridad secundaria, que ha crecido hasta duplicarse en las últimas cuatro décadas.

La región latinoamericana es uno de los lugares del mundo con más profundas desigualdades. Es verdad que han crecido las clases medias, a pesar de que en la época del neoliberalismo económico de los años 90, las desigualdades se acrecentaron. Hoy se observan, en la región, políticas educativas que tienden a cerrar esas brechas. Por eso creo que nuestro espacio americano está en una fase intermedia en que las desigualdades han disminuido pero no tanto como debieran hacerlo.

Este es el momento de reclamar políticas de extensión, de crecimiento del acceso tanto en los niveles de escolaridad obligatoria como en las postobligatorias porque, aún con el mismo esfuerzo presupuestario, las condiciones son más favorables. Las mismas son que América latina tiene una población joven, con potencial y con menos niños y niñas que van naciendo.

Otra de las problemáticas educativas actuales pasa por las variaciones y desigualdades inter e intra escolares. Hay países con escuelas que reciben población más heterogénea. En general, los países latinoamericanos están separando más a los alumnos, estableciendo diferencias entre escuelas públicas y privadas. Es el caso de Brasil, donde el estudiante tiene que ir a la escuela privada para ingresar después a la universidad pública. Entonces, el primer desafío que se les plantea a estos países tiene que ver con la universalización de la educación básica.

Por otra parte, el crecimiento de los indicadores de educación secundaria en la región se produjo porque se está alargando el tiempo en que los niños y las niñas deben estar escolarizados. En consecuencia, la escuela secundaria que tradicionalmente constituía una etapa selectiva a la que no tenían acceso todos los sectores de la sociedad, ahora es parte de la educación básica y obligatoria.

El problema para los Estados es qué saberes universalizar. Eso es parte del reconocimiento de la educación como un derecho: pensar qué saberes para todos los ciudadanos.

Además, se necesitan docentes bien formados, motivados y comprometidos, aún cuando las condiciones laborales no sean las mejores.

La calidad educativa no excluye la diversidad. Ya ha sido probado que las políticas de excelencia dirigidas a los mejores alumnos descuidando a los demás son ineficientes a largo plazo.

En definitiva, estamos ante un escenario complejo donde todos somos cada vez más concientes. A las transformaciones demográficas, sociales y de obligatoriedad educativa se ha sumado también, en estos tiempos, el problema de la inclusión digital: no tiene sentido que la educación viva al margen de lo que sucede en nuestro entorno. El desafío es hacer de las nuevas tecnologías una fuente de formación.

 

(*) El Dr. Alejandro Tiana Ferrer es profesor de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid y Director General del Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Invitado por la Escuela de Ciencias de la Educación de la UNR, hace pocos días dictó una conferencia sobre Educación en América Latina en la Facultad de Humanidades y Artes.

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