Espectáculos

El rock perfecto de Tarja pasó por Rosario

La diosa del metal Tarja Turunen ofreció un concierto ante 1300 rosarinos en Club Brown, en una noche inolvidable de gran potencia musical, donde nuevamente sobresalió el virtuosismo lírico de su voz.


El metal vivió su noche más internacional, con la presencia el martes a la noche de Tarja Turunen en Club Brown.

Superados algunos inconvenientes con un generador de energía, el concierto comenzó una hora más tarde cuando se pudo reemplazar el equipo averiado. Ante el problema técnico, el público siguió esperando a su artista con calma. La soprano y compositora finlandesa, Tarja Turunen, considerada reina mundial del metal, volvió por tercera vez a la ciudad en la que alguna vez grabó un disco en vivo en el teatro El Círculo.

Artista internacional que sabe pararse en los escenarios más diversos, Tarja es bella, con su pelo negro, lacio y largo, con sus ojos celestes pintados para resaltar su mirada profunda. Como la estrella que es, hace un cambio de vestuario durante el concierto, modifica los cánones acostumbrados del género. Una cantante de metal -además de ser mujer-, que sonríe mientras canta, levanta su mano y hace cuernos mientras arenga al público y con solo elevar el brazo todos estallan en cánticos. Desde su lugar al frente del micrófono, ella tiene un poder inmenso, parada delante de su banda de cinco músicos, donde sobresalen dos fuertes guitarras y un baterista impiadoso con la potencia.

La mujer, de imagen gótica y cabellos al viento, canta con una voz melodiosa, lírica, con un registro de soprano que explora los límites de las canciones, a las que puede llegar con dulces melodías, pero que van a tornarse en vendavales de fuerza sonora, coronados por su voz, única, y su presencia perfecta.

El público asiente elevando los brazos y haciendo los cuernos. Una platea compuesta en su mayoría por hombres y mujeres cercanos a los cuarenta, cuyo respeto por la artista se mantiene durante las casi dos horas de concierto. Un público que sabe lo que la artista va a ofrecer, y se deja embelezar por el canto de la sirena gótica, en canciones como “Never enough”, “Victim of ritual” y “Darkness”, un curioso cover de Peter Gabriel.

Mientras ella habla en castellano y se muestra contenta de reencontrarse con el público argentino, algunos productores confesaron que debieron improvisar en el camarín una cuna para la pequeña hija de Tarja, que al cuidado de una niñera y de su papá correteaba bailando por el lugar mientras su mamá cantaba en Club Broun.

Afuera, sobre Avenida Francia, se vendían las remeras de “Colours In The Dark World Tour”, la gira que la cantante finlandesa lleva adelante. Un grupo de muchachos repartía mapas de Rosario. Integran el club de fans, grupos de distintas ciudades del mundo, incluido Rosario y Buenos Aires, que apoyan y difunden las tareas de la artista.

Para los seguidores de Tarja Turunen, el concierto de Club Brown quedará como una noche inolvidable, y para los que la descubrieron en esta nueva visita a Rosario, seguramente ya no podrán mantenerse indiferentes ante el canto de la sirena gótica.

 

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