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Agua brava

El río está bajando, y es noticia

Según mediciones oficiales la onda ya cubre prácticamente toda la costa santafesina del Paraná. Pero aún permanecían evacuadas 84 familias, un total de 292 personas. En Rosario la altura estuvo a centímetros del nivel de alerta, de 5 metros.


Los datos del Instituto Nacional del Agua, de Prefectura Naval y del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad Nacional del Litoral eran coincidentes ayer en un punto clave: el pico de la crecida del Paraná parece haber atravesado ya las costas santafesinas, con lo que comenzó a llegar, aunque lenta, la onda bajante que ya es sostenida en las cuencas más altas de Misiones, Corrientes y Chaco. La noticia, que trajo alivio tanto a las autoridades como a los habitantes ribereños –hasta ayer había 292 personas, integrantes de 84 familias, que permanecían evacuadas en distintas zonas de la provincia– genera sin embargo nuevas preocupaciones. Es que ahora comenzará a funcionar otro protocolo de tipo sanitario, con foco sobre lo que van liberando las aguas, en especial sobre la presencia de roedores, ofidios, e insectos que presenten riesgos para la salud.

“Mañana (por hoy) vamos a llevar alimentos, agua, ropa para agua, colchones y frazadas en barcos de Prefectura a la isla del Espinillo”, anticipó el subsecretario de Protección Civil de la provincia, Marcos Escajadillo.

El funcionario confirmó que a la asistencia oficial, que proviene del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia y el área de Promoción Social de la Municipalidad, se le sumarán las donaciones recolectadas por Rosario Solidaria –una parte se envió a la ciudad formoseña de Clorinda, una de las más afectadas por la inundación, y otra a la población de la isla de Gaycurú, frente a Reconquista– y la intervención de equipos del Ministerio de Salud y el Sies, que volverán a relevar la situación sanitaria de las más de veinte familias que habitan el territorio frente a Rosario. “La crecida ha traído todo tipo de alimañas y el sistema sanitario está en alerta, por lo que va a quedar cuando bajen las aguas. Por ejemplo en Puerto Gaboto una de las preocupaciones puntuales era contar con suero antiofídico”, marcó Escajadillo.

En la misma sintonía, el titular de Defensa Civil en Rosario, Raúl Rainone, también consideró que las aguas del Paraná están entrando en ritmo bajante. “Estamos monitoreando la situación día a día y parece que la ola que ya pasó por Santa Fe también atravesó esta zona”, graficó. Y puntualizó que, a diferencia, de lo ocurrido en la cuenca media, en el bajo Paraná no se registraron evacuados, aunque sí la necesidad de asistir a familias y pobladores isleños y ribereños. “En El Mangrullo la asistencia fue estructural: llevamos bolsas de arena y con tierra levantamos defensas en la zona que rodea el brazo seco del arroyo”, explicó Rainone, marcando que el usualmente desprovisto cauce había dejado de desagotar al estar tapada su desembocadura por la altura del Paraná, y se había convertido en un caudaloso curso que amenazaba las viviendas linderas.

Pero lo cierto es que la situación en el bajo Paraná no llegó a la gravedad que tuvo en el norte santafesino, donde la altura del río superó en varios tramos los niveles de alerta y de evacuación, anegando viviendas y forzando a pobladores a abandonarlas (ver aparte).

La anómala situación había virado ayer en buena parte del territorio provincial. Frente a la ciudad de Santa Fe la altura del río había descendido dos centímetros respecto a la víspera, para ubicarse en 5,50 metros, 20 centímetros por debajo del nivel de evacuación, pero aún la misma medida por encima de la cota de alerta. Y el mismo comportamiento tuvo en Rosario, donde por primera vez el nivel descendió 5 centímetros desde el inicio de la onda creciente que, con fluctuaciones, arrancó prácticamente con el año. La altura de ayer arrojó 4,90 metros y la del miércoles 4,89, por debajo de la cota de alerta –5 metros– a la que si bien nunca sobrepasó, llegó a estar a 6 centímetros.

El fenómeno es inusual para esta parte del año y según las mediciones de Prefectura Naval se produjo sin prisa y sin pausa durante todo el año. En Rosario, la medición del 1º de enero de 2014 era una altura de 2,46 metros, en bajante. Pero desde entonces, comenzó la creciente: para el 1º de febrero, la altura era de 2,50 metros; al 1º de marzo, 2,86 metros, y al 1º de abril, 3,17 metros. La tendencia continuó el 1º de mayo, con 3,73 metros y entre el 21 y el 22 de ese mes se superó por primera vez en el año la cota de 4 metros.

Tras un breve reflujo de tres semanas, la onda se retomó: ya para entonces los “escenarios posibles” elaborados por el Instituto Nacional del Agua daban cuenta de lluvias por encima de lo normal en las nacientes del río Paraná en Brasil –y también en las de los ríos Uruguay, Paraguay y sus afluentes– que encendieron la alarma.

A mediados de junio, el informe del INA hablaba ya de “lluvias extraordinarias sobre las cuencas de los río Iguazú, alta del Uruguay y media-baja del Paraguay y en Misiones y norte de Corrientes”. El aumento del caudal se empezó a denotar frente a Rosario en la última semana de junio, cuando el Paraná volvió elevarse por encima de los 4 metros. Para el 1º de este mes, la altura era de 4,21 metros y con un ritmo de creciente más acelerado. Es la “ola” que día a día sumó centímetros y que funcionarios de provincia y municipio esperan que haya pasado, aunque a la par advirtieron que la bajante será “lenta” y los niveles del Paraná se mantendrán durante un buen tiempo más “considerablemente altos”.

Retroceso ya generalizado

Los ríos Uruguay y Paraná continuaban ayer en bajante frente a las costas entrerrianas, lo que permitía el regreso a sus viviendas de numerosas familias.

En Concordia, el río Uruguay tenía ayer una profundidad de 7,16 metros, por lo que había descendido 10 centímetros. También en Colón bajó y se situaba en 4,41 metros, 36 centímetros menos que el miércoles, al igual que en Concepción del Uruguay, donde quedó en 3,77 metros, 30 centímetros en la víspera. También se marcaba un descenso frente a Gualeguaychú, donde ayer marcaba 2,46 metros, 8 centímetros menos que el día anterior.

En tanto, como ocurría en la costa santafesina, en la ribera entrerriana el Paraná descendía en casi todo su recorrido, con excepción de la zona sur, donde permanecía “estacionario”.

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