Edición Impresa

El Reiki como amor curador

Por Mirian Ana Spinelli


vyp

Esta reflexión no pretende abarcar demasiado de todo lo que de reiki podría tratarse, que es mucho, sino tan sólo tratar ciertos conceptos básicos, que no por ser básicos o elementales están claros para la mayoría de los que se interesan en reiki.

En el aspecto curación existen muchas y variadas áreas. Podríamos llamar “Amor Curativo” a todos los medios y formas destinadas a curar dolencias en los vehículos del hombre. Puede ejercerse de muchas maneras y a través de variados medios, buenos, necesarios, y complementarios. Reiki, es uno de ellos, y corresponde al tipo de método de “irradiación magnética” de energías, comúnmente a través de la imposición de manos. Reiki es energía universal (REI) ingresando al campo de energía individual (KI). Es, por lo tanto, un anclaje de energías sutiles en el hombre. Para que ciertas energías universales puedan ingresar y anclar en el ser humano produciendo diversos efectos positivos, se necesitan individuos “sintonizados” para que sirvan de “canales”. El Ki de un individuo no sintonizado adecuadamente difícilmente podrá integrar ciertas energías especiales de armonía y cura. Es por ello que un buen número de individuos han sentido un llamado interior para acercarse a reiki con el fin de tomar las sintonizaciones correspondientes para convertirse así en canales. En lo que respecta a la irradiación magnética, ser canal es ser un cable por donde circula la energía universal desde las esferas sutiles hasta el campo de vida material. Ser canal es simplemente ser “el medio” para que lo superior pueda descender hasta lo inferior. Muchos confunden y llaman a los canales de Rei-Ki curadores, y eso es un error. No existen los curadores en lo que a irradiación magnética universal se refiere, ya que la cura proviene del impacto de la energía superior sobre el alma y cuerpo del receptor. El canal, por lo tanto, no es un curador, sino un medio por donde fluye la energía curativa. El canal transmisor sólo sirve de puente; es decir, se predispone para servir de conector entre las energías universales y el receptor. Por lo tanto, en reiki, es un concepto erróneo hablar de “curador”. La palabra “curador” ó “sanador” es una etiqueta con la cual muchos reikistas se identifican fortaleciendo de esta manera el ego inferior, lo cual no es deseable en el sendero espiritual. Por lo tanto sería correcto decir que, si existe un curador, éste es la misma persona. Su grado de apertura, entrega y fe lo coloca ante la posibilidad de que las energías que ingresan puedan operar transformaciones, a veces milagrosas ante la vista de la ciencia humana. Pero todo depende del paciente, de su apertura y receptividad. Sin embargo, cuando el problema es kármico, reiki actuaría armonizando en otro sentido, para la compresión y la aceptación, por que reiki es energía inteligente en sí misma.

Para resumir y concluir estos conceptos muy básicos ofrecidos hasta aquí, pero tan deficientes en muchos simpatizantes y seguidores del reiki, diremos que: el reikista es solo un “canal”. El individuo-canal no es el curador, sino sólo el medio o “puente” entre las Energías curativas y el paciente. Para convertirse en “canal” de reiki es necesaria una preparación energética a través de sintonizaciones adecuadas, (que equivaldría a preparar mejor el lecho de una acequia para que el agua pueda fluir mejor y más abundantemente). El reikista es alguien que sólo se entrega, simplemente, y sin complicaciones filosóficas de ningún tipo. Reikista puede ser un analfabeto, así como un erudito, por que reiki no depende del nivel intelectual o del tipo de ideas o creencias que se profese. El reikista sólo requiere de una sola cosa: entrega impersonal; y de comprender un solo concepto: lo que es un “canal”; y esto cualquiera puede entenderlo. Basta con observar como ejemplo el canal natural de un arroyo…; con sólo ver el agua fluyendo a través del canal el concepto es comprendido. Reiki ofrece muchas escuelas con técnicas diferentes y hasta con nombres distintos, pero siempre que se trate del fluir de energías del universo hacia el hombre se trata de “REI-KI”. Lo que ocurre es que existen muchas formas ó técnicas y en cada forma ó técnica las energías canalizadas son especiales y cualitativamente diferentes, por lo cual todas son válidas y necesarias, pero todas son maneras de hacer llegar al hombre formas y medios para que pueda reconectarse con la Fuente Universal y recuperar su armonía con la Unidad de la Vida. Esta es, en síntesis, la meta de todas las áreas curativas.

El hombre ha perdido el rumbo, desvirtuando su propósito, que es evolucionar; porque ha caído en espejismos e ilusiones, de los cuales no puede aún desprenderse, tomar consciencia, y desvincularse. Los espejismos son astrales, las ilusiones son mentales: creencias erróneas, condicionantes y limitantes, pasajeras ó ancestrales.

Liberarse de todo ese lastre de ignorancia es, en realidad, la verdadera y más profunda curación del hombre en la Tierra.

Todo reikista debe saber muy bien que reiki no es la meta, sino sólo una herramienta de ayuda en el camino evolutivo. Quien comprende esto adecuadamente,  puede considerarse afortunado, en un mundo aún desconcertado respecto del propósito de la vida, donde el hombre busca distracciones y ocupaciones para escaparse de sí mismo…, y el reiki, a veces, puede convertirse en una distracción, en una forma más de escape…

En un mundo de ansiedad y desorientación, las cosas sagradas se transforman en profanas. Vigilemos que esto no ocurra con reiki. Actuemos siempre después de “sentir” y sopesar cada sentir en reflexiva meditación.

Comentarios