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Sociedad

El parque Urquiza, un balcón al cielo cargado de historia

En sus orígenes predio ferroviario fue desmantelado y en 1951 se inauguró como espacio público.


El parque Urquiza se encuentra en el borde costanero sudeste, topando con las barrancas del río Paraná. Lo bordean las calles 3 de Febrero, Chacabuco, avenida Belgrano y el comienzo de avenida Pellegrini. Su nombre es un homenaje al general Justo José de Urquiza. Este parque de doce hectáreas ocupa una amplia terraza abierta al río Paraná, sobre la barranca que conserva su topografía original. Por la Avenida de la Libertad (luego de la Tradición) se ubica un espacio con el busto del general entrerriano, obra del escultor rosarino Erminio Blotta. También se ubican otras esculturas, canchas de bochas, juegos infantiles, un trayecto aeróbico y áreas de esparcimiento y recreación.

Además posee algunas escaleras talladas en la barranca para salvar dicho accidente geográfico.

Son muchas las posibilidades que el parque Urquiza nos brinda para recorrerlo y deleitarnos con su belleza natural. Pero la invitación apunta a conocer su historia, ya que es uno de los sectores de la ciudad con un pasado interesante. Es increíble el paisaje del río que puede divisarse mirando hacia un lado, y edificios alineados del otro, marcas que las vías dejaron para nunca ser borradas.

Lugar estratégico

Cuando Rosario era la Villa del Pago de los Arroyos estas barrancas fueron parte de la estancia Marull. Posteriormente, cuando nuestro país luchaba por su organización y por la defensa de las poblaciones que iban creciendo a orillas del río Paraná, la altura de este lugar posibilitó la instalación de piezas de artillería. Desde esta plataforma natural se cañonearon las naves de la flota anglo-francesa que avanzaban hacia el norte, después de haber superado el ataque de la Vuelta de Obligado. Vuelven estas barrancas a tener protagonismo, durante el conflicto sostenido por la Confederación Argentina con el estado de Buenos Aires, allá por los años 1859 – 1861. El 8 de octubre de 1859 se produjo aquí un importante enfrentamiento entre las naves porteñas y la batería. De allí viene el nombre de “Las Baterías”, que todavía está en la memoria de muchos y se la recuerda con el muro construido con ladrillos centenarios, que con forma de tres paredes curvas recuerda el emplazamiento de los cañones. También allí se emplazó un mural cerámico realizado en 1981 por J.F. Strasser. Todo este sector es un verdadero viaje al pasado rosarino. Si cruzamos desde Las Baterías hacia Chacabuco y 9 de julio, nos encontramos con el edificio que albergara la antigua estación del Ferrocarril Oeste Santafesino. Prueba de los primeros pasos que llevarían a Rosario a ser una importante plaza cerealera. Este Ferrocarril Oeste Santafesino fue obra de Carlos Casado del Alisal e inaugurado en 1883 por el presidente Julio Argentino Roca, en el recorrido que avanzaba por la avenida Pellegrini (antes Argentino) hasta la localidad de Colonia Candelaria, hoy la pujante ciudad de Casilda. En 1900 el Ferrocarril Oeste Santafesino fue transferido a la empresa Ferrocarril Central Argentino, destinándose este lugar a la actividad de carga y descarga. Cuando se nacionalizaron las empresas ferroviarias en 1948, todos los edificios fueron demolidos, salvo la estación. Todavía sobre la estrecha plazoleta de Pellegrini se ubica un soporte de mampostería donde se asentaba el puente ferroviario que fue retirado el mismo año de la nacionalización de los ferrocarriles.

Su inauguración en 1951

Si continuamos por Chacabuco, justo donde nace la calle 3 de febrero vamos a encontrar una fuente, que representa otro testigo centenario. Es de hierro fundido, una de las más antiguas de Rosario y vino de Inglaterra como parte de un contrato para la provisión de Aguas Corrientes. Fue en el año 1884, llegaron cuatro con la condición de que funcionaran los días feriados.

Al principio este espacio verde fue visitado por gente mayor que lo recorría recordando vivencias de aquellos tiempos donde transitaban los ferrocarriles. El agrimensor y urbanista Alberto Montes fue el principal gestor de la creación del llamado parque por

“Los Derechos de la Ancianidad”, inaugurado en 1951. Años después su nombre muta al de parque general Justo José de Urquiza. Los antiguos terrenos del Ferrocarril Oeste Santafesino encontraron así un destino urbano de uso colectivo, con marca y peso singular en el territorio. Este hecho de alguna manera fue el primer acto de legítimo reclamo por terrenos parásitos o abandonados de propiedad oficial.

En una de las barrancas se ubica el mural de “El Sembrador”. El bajorrelieve es obra del escultor Lucio Fontana y colaboró con él Raúl O. Palacios. Diseñado en 1942 fue donado por el entonces intendente, Agustín Maza. Desde ese sitio salió el primer embarque de trigo argentino a tierras europeas en 1878. Existía en el lugar un embarcadero poco profundo para amarrar las naves que llegaban al puerto. De esta manera se quiso representar el poder cerealero de la región. Hoy el arco del puente sirve de marco al bajorrelieve. Esta obra tapa un antiguo túnel que va desde la antigua estación de ferrocarril a Belgrano. Por la Avenida de la Tradición aparece el Anfiteatro Municipal “Humberto De Nito”, su ingreso es por Belgrano y es una obra de los arquitectos Giménez Rafuls y Solari Viglieno y también aprovecha un corte en la barranca. Es una réplica de un teatro griego con capacidad en sus gradas de hormigón para tres mil espectadores, que con su programación artística, es el eje de la actividad cultural del verano rosarino.

Un Planetario con forma de cometa

Ubicado en la plazoleta Intendente Carballo encontramos el Complejo Astronómico Rosario, integrado por el Planetario, Observatorio y el Museo Experimental de Ciencias, formando parte indiscutible del paisaje del parque. El Complejo Astronómico Municipal, integrado por el Observatorio “Prof. Victorio Capolongo”, nombrado así en reconocimiento al profesor y astrónomo que propició su instalación y luego director cuando fue inaugurado el 18 de junio de 1970. A su vera se ubica el Planetario “Luis Cándido Carballo”; su primera función fue el 19 de junio 1984 y lleva el nombre del visionario intendente rosarino que adquiriera el valioso equipo y comenzara las obras edilicias. El Planetario posee un equipo principal, que junto con sus elementos accesorios, brindan una imagen artificial del cielo, a través de proyecciones que se realizan sobre una cúpula fija semiesférica que funciona como pantalla. El conjunto se encuentra instalado en la Sala “Oscar Claudio Caprile”, ubicada en el centro del magnífico edificio. Por sus características técnicas en cuanto a dimensiones, calidades de sonido e imagen y confort interior, esta sala está considerada entre las mejores del continente. Toda su estructura representa a un cometa, la cabeza con el Planetario y la cola el Observatorio Municipal. También se ubica en el primer piso del Planetario, el Museo Experimental de Ciencias que fuera inaugurado el 24 de septiembre de 1987. Es el primero que funciona en nuestro país y se diferencia de los demás museos tradicionales por disponer de equipos, instrumentos y aparatos demostrativos de las leyes de la naturaleza, que pueden ser empleados por el público en general en forma interactiva. El Planetario celebró sus primeros 30 años junto al Paraná.

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