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Huelga a medias

La oposición señaló que “el paro fue contundente”

Moyano, Barrionuevo y Micheli resaltaron la protesta nacional contra el impuesto a las Ganancias y amenazaron con lanzar una medida de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo. “Esperamos que el gobierno dé respuestas”, señalaron.


Los jefes sindicales de las centrales opositoras que impulsaron el paro nacional calificaron ayer de “contundente” la medida de fuerza y reclamaron al gobierno otorgar en forma urgente una “respuesta a los trabajadores” y eliminar el impuesto a las Ganancias sobre los salarios, eje central de la protesta. Al mismo tiempo, dejaron picando la posibilidad de intensificar el reclamo con una futura huelga de 36 horas.

Durante la jornada las voces gremiales se hicieron escuchar en contra del gobierno, pero el encargado de hacer un balance de la protesta fue el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, al hablar en la sede de la central obrera. “El paro fue contundente”, arrancó Moyano, aunque se negó a hablar de “éxito” de la medida de fuerza convocada por los sindicatos del transporte pero a la que se sumaron las centrales obreras opositoras y sindicatos como de los bancarios, entre otros.

El líder gremial afirmó: “Esperamos que esta medida sea interpretada y que el gobierno dé las respuestas que los trabajadores están esperando”.

A su turno y en la misma sede de la CGT, el jefe de la CTA opositora, Pablo Micheli, denunció que el gobierno “toma a los trabajadores como variable de ajuste cada vez que hay un problemita”.

Micheli acusó al gobierno de considerar “estúpido al pueblo y a los trabajadores argentinos. La gente paró porque está cansada de que le metan la mano en el bolsillo”.

Señaló que el paro “no fue sólo por Ganancias, sino también contra el hecho de que la mitad de los asalariados ganan menos de 5.500 pesos por mes”.

Por su parte, el líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, agradeció “al compañero Antonio Caló, que dejó en libertad de acción a los trabajadores metalúrgicos y que también adhirieron al paro”.

Fiel a su estilo verborrágico y sin filtro, Barrionuevo calificó de “lenguaraz” al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y dijo que el reclamo no fue sólo por Ganancias, sino también para reclamar por la deuda de 25 mil millones de pesos con las obras sociales”.

“Vamos a seguir el plan de lucha por los 8 millones de trabajadores que están en actividad y los 4 millones de jubilados que cobran un haber magro”, dijo Barrionuevo, quien volvió a atacar al ministro de Economía, Axel Kicillof: “Un ministro que no sabe cuántos pobres hay en la Argentina es una vergüenza, niega la inflación, sigue truchando el Indec y es un mentiroso”.

Antes, el dirigente gastronómico se refirió a Kicillof como “el rusito” y llegó a decir que “hasta con los milicos había diálogo”.

Barrionuevo ratificó la decisión de “lanzar un paro por 36 horas para el 15 de abril próximo si no hay respuesta”, al que se sumarían la CGT de Moyano y la CTA de Micheli.

En tanto, el líder del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, quien integra el núcleo de gremios que lanzó inicialmente la huelga, advirtió que “se paró por algo más que Ganancias, porque hay un descontento generalizado en la gente”.

Durante la mañana, por Twitter, el titular del gremio de empleados judiciales y secretario de Derechos Humanos de la CGT de Hugo Moyano, Julio Piumato, afirmó que quienes decidieron no adherirse al paro convocado por sindicatos opositores al gobierno nacional son “los corruptos, los narcos, los ñoquis, los carneros, a los que no les importa la inseguridad y los que mataron a Nisman”.

Críticas oficialistas

Ayer a la mañana, al ingresar a Casa Rosada, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández cuestionó la huelga y afirmó que “el 95%” de las personas hubieran ido a trabajar por no estar de acuerdo con el paro si tenían en qué viajar. “No debería llamarse impuesto a las Ganancias sino impuesto a los ingresos altos, porque lo que se hace es transferir recursos de los que ganan un buen dinero a los otros que reciben un beneficio social”, dijo el funcionario.

Admitió que la administración central intentó evitar el paro, pero no hubo la misma intención desde el lado sindical y apuntó principalmente contra el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, por “mofarse” de los trabajadores y sugerirles que viajen en bicicleta.

El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, disparó contra los organizadores de la medida de fuerza y afirmó que “es un paro de los dirigentes sindicales ricos, en contra de los que menos tienen”. Agregó que la protesta tiene “una fuerte connotación política” y apuntó contra el gremio de los maquinistas de La Fraternidad porque “tienen sueldos altos”.

El legislador porteño Pablo Ferreyra aseguró que la medida “buscó desgastar al gobierno nacional en función de los intereses de sectores políticos y económicos opositores”.

El impuesto a las Ganancias afecta aproximadamente a un millón de trabajadores sobre una fuerza laboral de 11 millones de asalariados y se aplica sobre los sueldos que superaban los 15 mil pesos. Ese piso se puso en septiembre de 2013.

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