Policiales

Crimen en Valizas

“El operativo de búsqueda de Lola fue pésimamente malo”

Lo afirmó el artesano que dio con el cadáver de la adolescente argentina, el pasado 30 de diciembre. En una entrevista, criticó el accionar de Prefectura cuando buscaba a la menor de 15 años.


El artesano que encontró el cuerpo de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada a fines de diciembre pasado en el balneario uruguayo Barra de Valizas, dijo hoy que el operativo de búsqueda de la víctima fue “pésimamente malo” y que apenas halló el cadáver supo que iba a quedar “en el ojo de un huracán”.

En declaraciones al portal de noticias Subrayado, de Uruguay, el hombre contó que fue el martes 30 de diciembre, a dos días de la desaparición de la chica, que él salió junto a otras personas a buscar a Lola y así la encontraron muerta.

“Yo creo que se hizo un trabajo pésimamente malo de parte de Prefectura que anduvo pisoteando todo con los cuatriciclos, que andaba una cuadrilla de marineros rancho por rancho mostrándonos la foto (de Lola) a ver si la habíamos visto y haciendo una planilla de reconocimiento a los que habíamos sido entrevistados por Prefectura. Y después andaban ahí en la playa con los cuatriciclos y camionetas y de esa forma no iban a encontrar nunca nada”, recordó el artesano.

Para el hombre, los efectivos de las distintas fuerzas de seguridad que realizaron los operativos “lo único que hicieron fue borrar las evidencias, borrar huellas” y “si hubieran caminado, como tendrían que haber hecho, (y realizado) un rastrillaje exhaustivo de la zona, se hubieran dado cuenta que enfrente estaba escrito en la arena el nombre ‘Lola’. Y si hubieran hecho la búsqueda a pie hubieran visto allí unas huellas que los hubieran llevado hasta el cuerpo que estaba exactamente arriba de ese lugar”.

“Yo le entregué el cuerpo a la Justicia y a la Policía para que pudieran iniciar una investigación”, indicó el artesano y, entre lágrimas, agregó: “En el momento en que lo encontré supe que se me venía la noche, supe que iba a bailar”.

Para el hombre, haber encontrado el cuerpo lo colocó “en el ojo de un huracán” que lo “iba a sacudir para todos lados”.

“En el momento en que salimos a buscarla no lo pensamos de esa forma y después lo supe, pero no me importó bailar”, concluyó entre lágrimas.

Por su parte, la jueza del Departamento de Rocha, Silvia Urioste, a cargo de la causa, aguarda para las próximas horas los resultados de los cotejos del ADN hallado en la mochila de la víctima, y en los objetos que había en el interior de la misma, con el perfil genético de todos los sospechosos.

Los últimos indagados fueron dos hermanos de de 22 y 25 años que residen en la localidad de Aguas Dulces, próxima a Valizas, donde son instructores de surf.

Estos dos fueron apresados el martes pasado en sus domicilios por una comisión policial que los trasladó hasta el juzgado de Urioste, ante quien se declararon inocentes, tras lo cual, fueron liberados, tal como ocurrió con otros indagados, entre ellos, la madrina de Lola, Claudia Fernández; y la pareja de ésta, Hernán Tuzinkevich.

También estuvo detenido por no más de un día, un albañil apodado “Conejo” que había sido apresado a partir de su presunta similitud fisonómica con el identikit elaborado por unos testigos pero que luego no lo reconocieron en rueda.

Lola Chomnalez (15) fue vista con vida por última vez el 28 de diciembre pasado, cuando salió de la casa de su madrina, en Valizas, adonde había ido a pasar unos días de vacaciones, a dar un paseo por la playa.

Dos días después, la adolescente fue encontrada muerta y enterrada en una zona de médanos, y la autopsia determinó que había fallecido por asfixia por sofocación y que presentaba cortes en distintas partes del cuerpo.

De acuerdo a la reconstrucción que realizaron el martes pasado los investigadores, Lola caminó antes de morir unos 4,8 kilómetros.

El 14 de enero pasado, personal policial encontró la mochila de la víctima muy próxima al lugar del hallazgo del cadáver y en el interior de la misma había un libro, la billetera con documentos de Lola, un pareo y una toalla, pero no el dinero en efectivo que llevaba consigo.

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