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“El odontólogo ortopedista debe ir un poco más allá”

La doctora Alicia Medizza, ortopedista y odontóloga, habla sobre la importancia de tratar con eficacia los trastornos oclusales.


En la Argentina la ortopedia es un capítulo de la especialidad ortodoncia. Un grupo de profesionales de la odontología viene bregando para darle entidad propia de especialidad, ya que están convencidos de que la ortopedia debe ser una especialidad como en algunos países de Europa y en Brasil, donde se destaca la labor de Wilma Alexandre Simões.

Alicia Medizza, ortopedista y ortodoncista local, ha recurrido a ella y a su escuela en busca de incorporar una técnica que le permita ver un poco más allá de dientes, molares, sistema de oclusión. “El odontólogo ortopedista debe ir más allá. Ya que la oclusión es parte de un sistema que llamamos cráneo-cérvico-mandibular que incluye cabeza, cuello, hombros y postura en general. No podemos separar a la persona en partes; no podemos ver la oclusión y no constatar si el consultante tiene pie plano, por ejemplo. Hasta la postura del pie plano interviene en la oclusión. Hoy está tomando vigencia, en el ejercicio de la odontología, la posturometría, que usa una ficha odontológica que incluye el esqueleto completo de la persona”, sostiene Medizza, quien agrega: “Es aconsejable un trabajo interdisciplinario que articule a la posturometría, la kinesiología y la fisiología”.

El bruxismo tal vez sea una de las patologías más frecuentes, la que Medizza define como “la función exacerbada por la ansiedad, producto del estrés, sobre los maxilares; es frecuente que las personas derivemos nuestras presiones frotando los dientes, lo que puede provocar desde desgaste dentario y hasta una fractura radicular, pasando por contracciones musculares y dolor.

—¿Afloja muelas y dientes?

—Sí. El bruxismo puede derivar en una disfunción articular con lo que provoca dolor delante del oído. También producir una limitación de la apertura o una contracturante deje al paciente con la boca abierta; puede mover piezas dentarias o fracturarlas inclusive.

—Los bruxómanos, ¿no son conscientes de que lo son hasta que emergen los síntomas molestos? El dolor articular, ¿es uno de los síntomas?

—Lo que ocurre es que durante un tiempo el organismo se va acomodando a ese dolor. Hasta que en un momento se hace presente y condiciona la vida de quien lo sufre.

—El paciente puede apretar los dientes sin frotarlos; ¿eso también es bruxismo?

—Son dos situaciones diferentes y que pueden ser consecutivas. Al apretar los dientes la musculatura se contrae, libera ácido láctico, que es el responsable del dolor, el que hace que sigamos apretando conformando un círculo vicioso que espera que un profesional idóneo intervenga y corte este circuito nocivo.

—Los niños, ¿bruxan naturalmente? ¿Hasta qué edad puede ser tolerable?

—El proceso de bruxismo en los niños tiene una parte fisiológica que es necesaria para que la oclusión madure y vaya al recambio de las piezas dentarias, de temporario a permanente. Es normal.

—Cuando los niños bruxan, ¿los dienten rechinan?

—Sí, porque el esmalte está desgastado y al frotar hace ruido. Es un bruxismo fisiológico y necesario; parte de la maduración y el desarrollo.

—¿Hasta qué edad?

—Hasta el recambio de los dientes. Ahora, cuando ese chico tiene dolor de cabeza, le duelen los oídos al levantarse o siente dolor al comer, es un signo de que ese bruxismo se está convirtiendo en algo más. Ese es el momento de la consulta.

—Esta situación al chico, ¿lo condiciona para su futuro?

—Y sí, porque una disfunción muscular y el apriete de los dientes afecta y condiciona. Hay que hacer la consulta para tomar las medidas correctivas necesarias, ya que una persona idónea va a saber cortar ese circuito no fisiológico. Además es necesario hacer un seguimiento.

—¿Cuál es el tratamiento del bruxismo?

—Hay que verlo al paciente integralmente; en esto es imprescindible reunirse con él y su familia y tratar de indagar lo más posible sobre hábitos y sobre las emociones que convierten el estrés en bruxismo. Lo primero es contener a la persona, escucharla. Luego, el tratamiento funcional: nosotros recurrimos a la aparatología de la doctora Wilma Alexandre Simões buscando acomodar lo que está desacomodado. Si hay un músculo que está hiperactivo, bajar su actividad; y en el  músculo que no lo está, provocar su activación. El bruxismo es una contracción muscular por un lado y una deficiencia muscular por el otro que hace que el sistema esté funcionando irregularmente.

—La intervención de ustedes, ¿es por métodos naturales o recurren a agentes externos como medicamentos u otros recursos?

—No. Nuestra filosofía es armonizar lo que está en desarmonía pero en forma natural. Tratamos de sacar medicamentos innecesarios para desintoxicar el organismo. Al colocarle al aparato, a las 24 horas debe haber desaparecido el dolor sin tomar analgésicos, porque lo que estamos haciendo es cortar el circuito de la memoria del músculo que está trabajando irregularmente.

—Ese aparato, ¿vuelve a hacer trabajar el músculo inactivo y ayuda a relajar el hiperactivo?

—Exacto. Tal cual.

—¿Es necesario sacar piezas dentales para hacer ese tipo de tratamientos?

—El tratamiento apunta a no extraer piezas. La parte funcional lo que hace es promover, en niños, el crecimiento y desarrollo para tener el espacio suficiente para que las piezas están en su debido lugar. Y en el adulto, la refuncionalidad de los músculos hace que también los espacios perdidos se recuperen y las piezas se alineen en el lugar debido, por lo que no hace falta extraer piezas.

—Si el niño es atendido en tiempo y forma de su bruxismo, ¿se evita una ortodoncia en el futuro inmediato?

—Se evita cualquier tipo de tratamiento futuro. Porque es como una plantita que nace torcida: si la enderezamos, ya contará con los parámetros necesarios como para mantenerse por sí misma.

—¿Y respira y come mejor?

—Todas las funciones mejoran.

—Cuando ustedes tratan a un niño pequeño, ¿involucran al núcleo familiar?

—Claro. Soy una convencida de que para conocer al niño hay que conocer a la familia y sus modos de vida. El conjunto familiar es de gran ayuda al tratamiento; el chico puede entrar solo y es aconsejable que se haga así ya que ambos, profesional y paciente, van ganando los espacios de confianza necesarios para que esa integración le dé respaldo de calidad y eficiencia al trabajo realizado. El mejor tratamiento es cuando las dos personas están de acuerdo. El niño es muy noble cuando confía en el profesional.

Un trabajo en conjunto

“El trabajo en conjunto es imprescindible con fonoaudiólogos y kinesiólogos, ya que ellos abordan la parte funcional tanto como nosotros y desde otros lugares. Hasta hace poco tiempo dábamos cursos para fonoaudiólogos ya que ellos a la parte oclusal la ven muy por arriba, y el conocer su funcionalidad aporta datos imprescindibles a su trabajo; ya que el fonoaudiólogo está trabajando con la boca”, expresó Medizza, quien añadió: “Puede que un niño que tenga un problema en la dicción responda a algún problema funcional en la boca”.

Los tres objetivos básicos de la fundación (Por Alicia Medizza)

Conocí a la doctora Wilma Alexandre Simões en 1989, durante un congreso en Perú, hacia donde viajé a presentar un trabajo sobre posturometría que relacionaba la postura con la oclusión; al verlo, la doctora, a quien conocía sólo por sus libros, se acercó y me ofreció seguir estudiando en San Pablo. Descubrí ortopedia trabajando con ella y de allí sigo en este tema.

Me he compenetrado tanto que he traído a Rosario la Fundación Wilma Alexandre Simões, creado por la autora con tres objetivos básicos: conquistar el conocimiento, mantener lo conquistado y enseñar el sistema para hacérselo más fácil a quien se acerque a aprenderlos. Conquistar el conocimiento, mantenerlo y transmitirlo como una forma de donación, para facilitar su aprehensión.

Otros de los pilares de la fundación es propender a la investigación continua. Esta fundación crea sus propios núcleos de investigación. Tenemos varias líneas ya en movimiento. Se busca encontrar el factor de las patologías; se cree que es una proteína que puede provocar una disfunción mandibular que hace que, la misma, crezca más de lo normal. Con las investigaciones vamos en busca de acortar los tiempos de tratamientos.

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