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Personaje

El mito de Van Gogh brilla con fuerza en su pueblo holandés

En una casa de Nuenen, aún en pie, se refugió el artista con sus padres luego de sufrir problemas económicos.


En Holanda, Vincent van Gogh brilla incluso de noche. Miles de mosaicos de vidrio, que absorben la luz diurna, están dispuestos en una nueva ciclovía en homenaje a su obra “Noche estrellada”. Esta senda para ciclistas discurre cerca de Nuenen, el “pueblo de Van Gogh” de pequeñas casas de ladrillos y acicalados jardines, en la provincia holandesa de Brabante. Aquí pasó Van Gogh la mayor parte de su vida. El artista más famoso de Holanda se vio obligado a regresar a casa de sus padres por problemas económicos y un sentimiento de soledad.

Las obras de los lugares más hermosos que pintó están agrupadas en el centro Van Gogh Vicentre en Nuenen, provincia de Brabante, en la guía “En los caminos de Vincent”. La organizadora del Van Gogh Village, Simone van der Heiden, llama al pueblo “museo al aire libre”. En Brabante, Van Gogh pintó más que en ningún otro lado: “550 obras, un cuarto de su producción completa”, dice Van der Heiden con orgullo. Permaneció 23 meses en ese lugar, más tiempo que en ningún otro sitio. La casa de piedra gris en la que residía la familia Van Gogh está todavía en pie.

Nuenen supone el punto final a una vida marcada por constantes derrotas y fracasos. La Haya, París, Londres, Bruselas, Borinage, Drehnte fueron lugares donde nunca se quedó más de varias semanas. No fue capaz de ganarse la vida y los oficios que practicó, marchante de arte, oficial de marina y pastor demuestran que no tuvo buen olfato con la elección de su futuro laboral hasta que decidió dedicarse a la pintura.

¿Por qué Nuenen?

“Papá y mamá me han vuelto a acoger en su casa como a un perro sarnoso”, escribió Vicent a su hermano Theo. Y realmente él sólo quería “desaparecer de la agitada vida de París y Londres”.

El pueblo de Nuenen, cerca de Eindhoven, sí que conmemora el aniversario de su muerte con exposiciones y eventos bajo el lema “125 años de inspiración”.

Una de las obras más famosas del artista, “Los comedores de papas”, la pintó en este pueblo. Van Gogh habla a través de su correspondencia, entre 2.000 y 3.000 cartas, de las cuales la mayoría fueron para su hermano Theo.

Son documentos históricos que tratan con una gran capacidad de reflexión tanto sobre desgracias ocurridas en las minas como su forcejeo con el éxito. También el amor tiene cabida en estas cartas: su adoración por la hija de sus vecinos, Margot Begemann.

Vincent, la marca

Van Gogh es un apellido apreciado y conocido por el público en el mundo entero. Unas 30 instituciones se han reunido para honrar la herencia pictórica del artista. La capital cultural belga de 2015, Mons, celebra también el cumpleaños del artista.

Un admirador de Van Gogh, el renombrado pintor David Hockney, presenta en el Museo S-Hertogenbosch, en el norte de Brabante, su homenaje personal al artista: tres series de árboles que representan el cambio estacional. “Vincent hace que vea el mundo con más intensidad”, explicó el artista inglés, cuyas obras sobresalen por el colorido y parece que el espíritu del holandés hubiese estado junto al caballete de Hockney.

Quien quiera disfrutar de la explosión colorista de Van Gogh no puede perderse el museo Kröller-Müller en Otterlo. El matrimonio Helene Kröller-Müller y Anton Kröller adquirió 90 cuadros y 180 dibujos de Van Gogh. Kröller-Müller posee la mayor colección privada del pintor.

“Diseño en el país de los comedores de papas” es otra de las exposiciones con motivo de este aniversario. Jóvenes diseñadores de Eindhoven usan temas de las obras del pintor de Brabante como inspiración para realizar creaciones innovadoras con materiales reciclados y restos de papel.

La vida del genio en rápidas pinceladas

n Van Gogh nació el 30 de marzo de 1853. Sus padres le pusieron el nombre de un hermano que había fallecido el 30 de marzo de 1852. Eran cinco hermanos y con Theo, cuatro años menor, se carteaba regularmente. Creció en la casa de sus padres en Zundert y describió su juventud de “fría y oscura”.

n Pintaba girasoles en exceso, se mutiló una oreja y revolucionó el arte moderno. Vincent van Gogh se suicidó hace 125 años, pero su arte perdura hasta la actualidad.

n Para su familia era un fracasado. Dejaba muy pronto de lado todo lo que emprendía laboralmente: marchante de arte, oficial de marina, predicador. Cuando en 1879 se mudó a la región belga de Borinage, intentó dar rienda suelta a su pasión. Vivía de alquiler con una familia en la absoluta pobreza.

n La miseria de los mineros lo impresionó e incluso se identificó con la gente de dicha región, una zona minera belga. Se pintaba la cara de negro para ser uno de ellos y finalmente usó el lápiz para dibujar y esbozar con trazos torpes la vida en la pobreza.

n Sólo quedan ruinas de las minas de Marcasse en Borinage. Una vagoneta recuerda esa época lúgubre. A 700 metros bajo tierra, Van Gogh quiso vivir en primera persona el arduo trabajo de un minero y entró en estado de shock cuando percibió la angostura y la oscuridad de la mina, como escribió a su hermano Theo.

n En casa de sus padres, en Nuenen, que lo acogieron con reticencia en la casa parroquial, permaneció dos años, de 1883 a 1885. Siguió pintando los campos y campesinos con colores sombríos. Pintaba sin intentar embellecer.

n En Nuenen, la periferia actual de la ciudad de Eindhoven, disfrutó de la vida sencilla, y descubrió los temas de los tejidos y las pequeñas construcciones arquitectónicas, típicas de su pueblo, para sus obras. Para “Los comedores de papas” diseñó un boceto durante todo un invierno hasta que finalizó el cuadro.

n Creó obras llenas de melancolía. Algunas parecen incluso tener errores de anatomía. Pintó casi un cuadro por día. En Nuenen tuvo un estudio para él solo. Desde la verja del jardín de la casa parroquial se divisa una cabaña donde pintó “Los comedores de papas”.

n Nadie podía imaginarse que este pintor sería un día uno de los artistas más importantes del mundo. Después de la muerte de su padre, Vicent se fue de Nuenen. Con “Los comedores de papas” al hombro se mudó a Amberes y después a París, donde, con el apoyo económico de su hermano, se instaló en una humilde habitación y después vivió con él.

n El 20 de febrero de 1888 abandonó París para vivir en el sur del país en busca de luz. Del continuo intercambio con otros artistas, florecieron los colores: rojo, amarillo, azul, verde y violeta. Trabajó con colores complementarios además de líneas y superficies vigorosas.

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