Ciudad

Sorpresivo final

El kayakista ya no pudo más

Ángel Santos había sido embestido por una lancha que se dio a la fuga en noviembre de 2013. Los forenses deberán determinar si su deceso tuvo que ver con ese hecho. De ser afirmativo, la causa pasaría de lesiones graves a homicidio culposo.


A poco menos de dos años de sufrir diariamente las múltiples secuelas de ser atropellado por una lancha que se dio a la fuga cuando navegaba en su kayak por el río Paraná, Ángel Santos, ampliamente conocido como “Bin Laden” en el ámbito del río, falleció el último viernes en el hospital Centenario por complicaciones respiratorias, según se supo ayer. El abogado de su familia, José Luis Vázquez, contó a este diario que hace apenas unos quince días se había llegado a un acuerdo con la persona que había reconocido haberlo atropellado y que éste estaba a punto de ser firmado, pero todo se frenó por el ingreso de Ángel a terapia intensiva. Ahora los forenses deberán determinar si su deceso está relacionado con lo ocurrido el 2 de noviembre de 2013 cerca de las islas entrerrianas, frente a Rosario, donde el kayakista fue arrollado por una lancha que se desplazaba a gran velocidad, cuyos tripulantes continuaron, dejándolo seriamente herido en el agua.

Por ello, en caso de ser afirmativa la presunción, la causa pasaría de lesiones graves y abandono de persona a homicidio culposo.

El abogado contó que en un principio la causa –investigada por la Fiscalía 1ª de Victoria, Entre Ríos– “tenía como sospechosos a dos chicos y dos chicas que eran de la zona de La Florida”.

“Estaba todo preparado para que ellos declararan, porque Prefectura nos establece correspondencia entre la lancha llamada «La Juana» del padre de las chicas con el kayak de Santos, ya que habían encontrado una pintura similar a la del kayak en el casco de lancha, que a su vez era propiedad de un integrante de la comisión directiva del Sindicato Luz y Fuerza. Otro dato de ese momento es que la lancha estaba en la guardería del sindicato y no había registros ni de su entrada ni su salida”, relató.

“De repente, y llamativamente, un día aparece una persona que dice que el día del accidente volvía «pasado de copas» de una fiesta en la isla junto a otros acompañantes y que le parecía que había «chocado contra algo». La lancha no era de él pero él era quien la conducía. Allí se comienza otra investigación paralela y Prefectura también encuentra en otra pericia que en el casco de la embarcación había también restos de pintura de kayak, lo que nos dejó bastante sorprendidos”, continuó.

Con este nuevo escenario, los abogados de esta persona llaman a Vázquez el mes pasado con la intención de llegar a un acuerdo. “Charlamos con la familia de Ángel, conseguimos el mejor arreglo posible, vino el abogado que ellos tienen en Victoria y el representante local, hicimos los contratos y cuando llegan al Centenario se enteran que Ángel había sido ingresado en terapia, por lo que se terminaron yendo tal como vinieron, y todo terminó quedando sin efecto”, contó el profesional.

“Ahora están trabajando los peritos forenses y si encuentran una relación causal entre la muerte de Ángel y las lesiones que le causó el choque la causa cambia radicalmente y pasa de lesiones graves y abandono de persona a homicidio culposo”, añadió.

Cuando ocurrió el siniestro, el caso tuvo gran repercusión, especialmente entre los navegantes. Es que Ángel era ampliamente conocido en el río y hasta ese entonces dirigía una escuela de kayakistas.

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