Política

Reflexiones

El hombre que volvió de Siberia

El senador nacional Carlos Alberto Reutemann reapareció en la escena pública con distintas declaraciones, tras su forzado silencio por obra y gracia –según él mismo dijo– del kirchnerismo.


Como en los gloriosos momentos de Monza, donde el cálculo y los tiempos eran parte indispensable en la Fórmula Uno, el Lole retornó de esa Siberia a la que, según él mismo lo dijo, lo mandó el Kirchnerismo y empezó a hablar.

Renovados discursos después de mucho tiempo de silencio y cuando se advierte, vía encuestas, que el gobierno nacional “parece” haber perdido viento de cola. Descongelado el hombre (tal vez por el conjuro político que jamás falla: el de las inminentes elecciones y las realidades), libre del frío siberiano, ha comenzado a dar señales de que existe, de que el ostracismo, el proclamado destierro, al fin y al cabo, no logró anularlo.

Y las señales llegan de la mano de discursos que tienen que ver con temas que son harto sensibles a la sociedad. Temas, por ejemplo, como el de la inseguridad.

Hay quienes sostienen que las carreras políticas no pueden compararse con las de Fórmula Uno, y que el público (léase electorado) ya no le perdonará a Reutemann que aparezca cuando las necesidades políticas propias así lo requieran, que haya estado ausente cuando las papas quemaban.

Y como si esto no bastara, no son pocos los que sostienen que aquella que fuera su tropa se ha dividido entre los que apoyan a Del Sel y aquellos que estarían más cerca de Massa, lo que no se sabe exactamente si es una estrategia o una división espontánea.

Tampoco faltan, en el medio, quienes no descartan un entendimiento, de parte de sus seguidores, con María Eugenia Bielsa. En fin, que hasta en el mismo justicialismo hay quienes advierten que lo mejor para el Lole sería seguir en Siberia.

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