Tras Tournée (2010), film que le valió el premio como mejor director en la Competencia Oficial de Cannes, el realizador Mathieu Amalric vuelve al ruedo de la mano de El cuarto azul, una relectura del clásico literario publicado en 1964 por el mítico Georges Simenon titulado La habitación azul.
El film comienza en una habitación en la que los cuerpos de Julien (el mismo Amalric) y su amante Esther (interpretada por Stephanie Cleau) se encuentran. La película, catalogada como de suspenso, se va transformando poco a poco en una especie de policial en el que se desarrolla un intrincado caso con posibles asesinatos, un largo testimonio ante la policía y un juicio que va y viene en el tiempo en una compleja estructura.
Julien y Esther son amigos de toda la vida, y estuvieron enamorados desde que recuerdan pero en secreto. Ambos están casados con otras parejas pero deciden concretar ese deseo en una habitación del Hotel des Voyageurs. Durante meses se frecuentan hasta que Julien decide ponerle fin a esa relación y viajar junto a su mujer Delphine y su hija.
Lo que parecía ser un reencuentro familiar se torna un espiral de locura cuando empiezan a llegar cartas de su amante acosándolo. Esa que había sido su amiga, su amor, ahora se tornaba una completa extraña, su enemiga.
La trama termina de complejizarse con un crimen, una investigación policial y un juicio a partir de los que el film contrapone la pasión de su inicio con la frialdad de la investigación y la burocracia policial. “La vida es diferente cuando la vives que cuando la cuentas después”, dice Julien en el film mientras intenta resolver de qué se lo acusa realmente.
“El pasado invierno me crucé con el productor Paulo Branco por la calle. Comencé con Paulo como asistente cuando tenía 20 años. Me escrutó, conocedor de que ya hacía dos años que daba vueltas alrededor de Rojo y negro, de Stendhal, con otros productores. Entonces me dijo: «¿No querés hacer algo en tres semanas?, ¿rodar algo en tres semanas?». Volví a casa y me puse a buscar nuevamente entre los libros que uno va apilando aparte, sin demasiado interés. Y entonces surgió un librito azul, usado, que conocía de memoria. Aquel libro azul ya estaba ahí cuando hice Tournée. Habíamos bautizado la escena final como «El cuarto azul» y de esto se trataba: un hombre y una mujer en una habitación después de hacer el amor. ¿Qué queda en la vida al final, aparte de dos cuerpos que se atraen?”, contó Amalric en la previa al Festival de Cannes.
Salas: Monumental, Village, Del Centro.
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