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El carnaval y el regreso de una fiesta popular e histórica

Por Graciana Petrone.- Desfiles de mascaritas infantiles, disfraces, juegos con agua y orquestas en los clubes son una herencia que se revive.


carnaval

Desde principios del siglo pasado, con impactantes corsos de flores y carrozas que se paseaban por las calles, el carnaval siempre fue una fiesta. Década tras década sus formas cambiaban pero siempre mantenía el mismo espíritu. Mas tarde, llegaron los desfiles de máscaras y un intento de resurgir aquel esplendor del 1900 hasta que aparecieron los bailes populares y multitudinarios que se consolidarían como las grandes estrellas del siglo. Así, entre 1940 y pasados los 60 Rosario ganó fama por los encuentros que se hacían en casi todos los clubes de la ciudad y que dejaron marcas imborrables en la vida de muchos: artistas internacionales, grandes orquestas de tango o concursos de rock and roll y twist eran las atracciones de aquellas noches.

Pero después del 24 de marzo de 1976 fueron eliminadas todas las actividades desde las que se pudieran expresar el sentir del pueblo. La dictadura alcanzó también al carnaval y recién tras la crisis de 2001, desde los barrios, distintos grupos de vecinos comenzaron a trabajar para revivirlo. “Qué paradoja, se vuelve a reactivar por impulso municipal, desde lo popular que es la misma manera en que surgieron al principio, aunque con otra impronta, que es el estilo del carnaval brasileño, con comparsas y coreografías similares a las de Gualeguaychú”, explica Rafael Ielpi, historiador, escritor y también director del Centro Cultural Fontanarrosa –ex Bernardino Rivadavia–.

Las formas del carnaval cambiaban década tras década hasta que se cayó en una suerte de estancamiento y ya no tenían el esplendor de principios de siglo. Para Ielpi, Luis Cándido Carballo fue el intendente que devolvió aquel interés popular. “Lo cierto es que nunca fue una fiesta que contó con demasiado arraigo en la ciudad, tal vez porque tampoco lo era para los inmigrantes en sus respectivos países de origen”, destaca. Don Luis, como lo llamaban los rosarinos de su época a Carballo, instauró en 1961 el Carnaval Internacional de Rosario que promovía las carrozas, las comparsas, las máscaras gigantes y los desfiles populosos que se extendían desde los barrios, por las avenidas, hasta las calles céntricas.

En esos corsos, que desfilaban por el Rosedal frente al parque Independencia y por las avenidas, cobró notoriedad un personaje que se hacía llamar el Rey Alfonso Alonso Aragón, un español petiso y menudo que se vestía de blanco y era el centro de la atención (y también de la burla) con corona en la cabeza y cetro en mano. Su popularidad llegó a tal punto que Ielpi escribió el poema “Réquiem para el Rey Alfonso” al que le puso música Enrique Llopis. También fue retratado por el pintor Roberto Cellis.

Los juegos con agua, que forman parte de la cultura del carnaval, también sufrieron transformaciones. Estuvieron permitidos desde 1940 a 1960 y participaban chicos y grandes en las calles y en las casas. Los clubes fomentaban esa diversión con la venta de agua para recargar los famosos pomos, que al principio eran de plomo (similares a los envases de dentífrico) y después fueron de plástico. Generalmente las mujeres mayores del club llenaban viejos fuentones de aluminio (que antes se usaban para lavar la ropa) y desde ahí les vendían, por unas monedas, el agua a los chicos. “Se armaban guerras y estaba todo permitido, pero siempre con respeto”, recuerda un vecino del barrio República de la Sexta.

También eran comunes los disfraces, en especial para participar de los “concursos de mascaritas” que organizaba el diario La Tribuna. Era frecuente, durante la década del 30, ver pasar a los tranvías llenos de chicos caracterizados de damas antiguas o españolas, de mosqueteros y reyes. “Personajes que tenían más que ver con la historia que con la historieta, como ocurre en la actualidad”, reflexiona Ielpi.

“Pese al intento de Carballo por reactivar los corsos, duró lo que duró un carnaval”, dice Ielpi, porque al año siguiente no fue lo mismo y después se perdió definitivamente. Lo que sí pasaron a ser encuentros memorables y multitudinarios fueron los bailes que involucraban a casi todos los clubes de la ciudad, desde los más grandes hasta los más chicos como son Provincial, Gimnasia y Esgrima, Rosario Central, Serbando Bayo, Echesortu, Temperley, Atlantic Sportmen y El Tala, entre otros.

Siempre había invitados de renombre como Roberto Yanés, Rosamel Araya o Roqui Fontoni. Para uno de los grandes bailes fue a Temperley un cantante que estaba dando sus primeros pasos y que a donde iba, aún siendo desconocido, causaba furor: era Palito Ortega. Así, Provincial, Rosario Central, Newell’s Old Boys y Gimnasia y Esgrima se disputaban el título de “mejores organizadores de fiestas” y uno o dos meses antes del carnaval ya promocionaban a los artistas que irían a animar los bailes.

Las fiestas de los clubes también sufrieron transformaciones: empezaron a principios de 1940 con conjuntos de jazz a los que le siguieron las grandes orquestas de tango. Después, se organizaban concursos de baile y vinieron artistas internacionales como Raphael, Juan Manuel Serrat, Pedrito Rico o Nino Bravo, sólo por nombrar algunos. Hasta George Maharis, un actor estadounidense de moda en los 60 que interpretaba a Buz Murdock en la serie Ruta 66, llegó a los escenarios de carnaval. En otra oportunidad, según contaron algunas personas que lo vivieron, se presentó Salvatore Adamo en Central pero se rompió el sistema de audio y en vez de suspender la función, el italiano hizo el recital a capella para más de 30 mil personas, ante la ovación de la gente.

De espectadores a protagonistas

El impulso por reactivar el carnaval surgió en los barrios, cuando tras la crisis de 2001 en el país, vecinos de distintos puntos de la ciudad se movilizaron y formaron grupos de trabajo para crear las comparsas, con todo el esfuerzo que ello implica. “Fueron procesos muy fuertes de gente que hace más de diez años que deja la vida en esto, nosotros sólo le dimos la cocinada final porque nos parece fundamental apoyar la participación ciudadana, lo que genera grandes posibilidades de inclusión en cualquiera de sus instancias”, indicó el secretario de Cultura y Educación municipal, Horacio Ríos.

La participación es para Ríos uno de los aspectos sociales más importantes que tiene el carnaval “porque hace que el ciudadano pase del rol de espectador al de protagonista”, lo que a su vez logra que otros se acerquen, colaboren y participen. De hecho, cientos de personas integran cada una de las comparsas barriales, quienes no sólo muestran sus galas en las fiestas de carnaval sino que también trabajan durante el año animando eventos institucionales y privados.

Fin de semana largo y fiesta en los barrios

Para este fin de semana largo distintas comparsas locales desfilarán y actuarán en los distritos, en un ciclo organizado e impulsado por la Secretaría de Cultura y Educación municipal. Para el titula del área, Horacio Ríos, quienes participan de estos encuentros se preparan durante todo el año y lo viven como un “momento único” y trascendente y explicó que “como política de gestión es prioritario generar un proceso en el que la gente se sienta más incluida y más protagonista”.

Domingo 10 de febrero

-Vecinal Barrio Irigoyen, de Alzugaray 936 A. Actúan: Corazón Salvaje, Los Herederos e Imperio del Sol. Entrada paga. A las 21.

-Arijón, desde presidente Roca hasta Dorrego. Baile de carnaval en la calle. Comparsas Generación Futura, Rosario do Samba, Ñaró Pererí, Los Reyes del Ritmo, El Sueño del Rey Momo y Libertad. Murgas La Cotorra y Vamos Che. Entrada gratuita. A las 21.

-Predio Ferial Parque de la Independencia. Comparsas: El Sueño del Rey Momo, Ñaró Pererí, Libertad, Percusión Oeste, Rekebra, Bahía Rosarina, Ebacoi, Todo por un Sueño, Los Reyes del Ritmo y Renacer. Actúan: Los de Barbacena. Locución: Leo Farhat y Gustavo Ríos. Entrada general $10. A las 21.

-La Isla de los Inventos. Bailes de carnaval con las orquestas: Homero y sus Alegres, Los Madrileños, La Macanuda, Los Vecinos Re Contentos y Los Diamantes Azules. Y la presencia de consagradas estrellas del espectáculo como Rubén Mattos. Gran pista de baile al aire libre, bufet, concurso de disfraces con premios para todos los participantes y la tradicional quema del Rey Momo. Entrada única: $7. A las 21.

Lunes 11 de febrero

-Predio Ferial Parque de la Independencia. Comparsas: El Sueño del Rey Momo, Ñaró Pererí, Libertad, Percusión Oeste, Rekebra, Bahía Rosarina, Ebacoi, Imperio del Sol y Los Reyes del Ritmo. Actúan: Los Cumbieros de Santa Fe. Locución: Leo Farhat y Gustavo Ríos. Entrada general: $10. A las 21.

-Club Unión Americana, de Brassey y Colombres. Baile de carnaval. Entrada paga. A las 21.

-La Isla de los Inventos. Bailes de carnaval con las orquestas: Homero y sus Alegres, Los Madrileños, La Macanuda, Los Vecinos Re Contentos y Los Diamantes Azules. Y la presencia de consagradas estrellas del espectáculo como Industria Nacional. Gran pista de baile al aire libre, bufet, concurso de disfraces con premios para todos los participantes y la tradicional quema del Rey Momo. Entrada única: $7. A las 21.

Martes 12 de febrero

-Predio Ferial Parque de la Independencia. Desfile y premiación de comparsas. Entrada general $10. A las 21.

-La Isla de los Inventos. Bailes de carnaval con las orquestas: Homero y sus Alegres, Los Madrileños, La Macanuda, Los Vecinos Re Contentos y Los Diamantes Azules. Y la presencia de consagradas estrellas del espectáculo: Tributo a Los Cinco Latinos.

Gran pista de baile al aire libre, bufet, concurso de disfraces con premios para todos los participantes y la tradicional quema del Rey Momo. Entrada única: $7. A las 21.

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