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Anécdotas, recuerdos y pronósticos

El básquet rosarino también se divide por el clásico

Los basquetbolistas de la ciudad, sus historias de amor hacia Newell’s y Rosario Central a la distancia.


No es novedad que Rosario es futbolera en esencia. Sin importar la actividad que se desarrolle, el ámbito en el que se mueva o los gustos que se profesen, resulta casi imposible abstraerse del sello que identifica a las tierras del Monumento a la Bandera. Y tanto los nacidos por aquí como los que eligieron la ciudad como su segunda casa deben optar tarde o temprano, al menos en simpatía entre Central y Newell’s, entre leprosos y canallas. Y aprender a vivir con ello, para alegría o tristeza según lo que depare el destino año a año.

Los jugadores de básquet no escapan a la regla, y si bien son profesionales y el fanatismo muchas veces queda de lado, tienen historias particulares como cualquier hincha, anécdotas, cábalas y curiosidades que vale la pena conocer.

Obviamente las preferencias están divididas de forma equitativa y sería una eterna lucha de necios hablar de cantidades. Lejos de participar del folclore ni de tomar partidos ridículos, es una realidad que en el mundo de los rosarinos que juegan habitualmente la Liga, hay mayoría de hinchas de Newell’s. Si se amplía al Federal o a los Federativos ahí la cosa se iguala. O a la Rosarina, donde por ejemplo Ale Burgos cumplió su deseo de jugar un torneo en Newell’s aunque sea en la B.

La redes sociales son una forma de evidenciarlo y son habituales las referencias en twitter de Hernando Salles (Regatas Corrientes), Pablo Favarel (Regatas Corrientes), Pablo Fernández (Monte Hermoso), Rodrigo Sánchez (Estudiantes) u Omar Cantón (Bahía) y sus discusiones y cargadas con amigos, algunos de ellos, canallas como Ezequiel Dentis (Ferro) o Lisandro Villa (Gimnasia La Plata).

Dentis es todo un personaje y sabe lo que le espera si pierde Central. “Se va a poner picante con los tuiteros leprosos”, bromea Huevo, quien lo verá en Caballito junto a su perra Sheyla. Y va por más cuando elige clásico en el recuerdo: “El del 4-0 y se fueron”.

Otros no lo exteriorizan vía red social, pero quieren a sus colores de la misma manera, como el rojinegro Diego Lo Grippo (Atenas) o el auriazul Roberto López (Sport). Lo Grippo ahora tendrá a Pablo D’Angelo como entrenador, uno de los casos de profesional muy respetado y con cariño merecidamente ganado en una institución pero que sin embargo es hincha de su rival. Habrá que entenderlo, comprenderlo, aceptarlo y valorarlo en estos tiempos de ceguera de la razón con la pasión como excusa.

Y así como el Pollo López llegó a la Liga gracias a Newell’s, Omar Cantón y Agustín Carnovale defendieron la camiseta de Central. “No sé si fue fácil, pero uno es profesional y cuando entra a la cancha se olvida de todo”, explica Carnovale, jugador de Echagüe de Paraná.

Justamente el Negro tiene a su familia repartida en los colores: “Vivimos siempre en un barrio canaya (n.de la r: así lo escribió él) y tanto mi viejo como mi hermano más chico son de Central. Mi hermano mayor y mis sobrinos son de Newell’s, así que nos gastamos entre todos”.

Carnovale lo verá en familia, con “unos matecitos para calmar los nervios”. “Sufro mucho cada vez que veo los partidos”, se sinceró.

Otro caso de familia que divide los colores es la de Lisandro Villa, interno de Gimnasia La Plata que se reconoce centralista por la rama materna, ya que su padre es leproso. Y esta división familiar se vive con calma, aunque el clásico que tiene presente Licha está marcado por una victoria y una anécdota: “Fue el 4 a 1 con goles de Wanchope, Ruben, Chacho y el Kily y no sólo lo recuerdo porque ganamos sino porque fui a la platea de Central con mi tío y un primo que son de Newell’s y en la primera jugada tuvieron un mano a mano que pasó cerca del palo y a ellos se les ocurre decir ¡uhhh! Y los quería matar media tribuna”.

Villa también vive de cerca la pasión en La Plata y recientemente su equipo, Gimnasia, le ganó el clásico a Estudiantes por el Federal y refrenda que hasta en los detalles hay mucha bronca y picardía: “Uno de los sistemas que usan ellos se llama 7 (n.de la r. por el histórico 7-0 de 2006), así que imaginá”.

Si de recuerdos se trata, desde Bahía Blanca Omar Cantón tiene en la retina la victoria de 1-0 de Newell’s con gol de Maidana en el torneo que luego ganaría el equipo del Parque de la mano del Tolo Gallego. El domingo lo deberá ver por TV. “Lo voy a ver en casa, con mi novia y con mi compañero Lisandro Rasio, que se está volviendo leproso”, cuenta el pivot, quien usa como cábala “una camiseta de ‘Aliento sí, Parlante no’ obsequio de Pablo Albanese”. Justamente Albanese hoy despunta el vicio en Ben Hur de la C rosarina y varios de sus compañeros suelen molestarlo con fotos de su pasado como jugador en Central.

El escolta Exequiel Cassinelli (San Lorenzo) agrega un clásico al recuerdo. Y como buen canalla, elige “el 1-0 con gol de Rivarola para pasar de ronda en la Copa”.

“Estuve en la cancha y sufrí como nunca en mi vida. Fue tremendo. Ese taco de Silva, creo que se me paró el corazón”, resume y no parece exagerar ni un poco.

Pablo Fernández es otro leproso de alma, y le tocará ver el partido en su habitación en Río Gallegos a la espera del compromiso de su equipo Monte Hermoso frente al local Hispano. “El que más recuerdo es el que atajó el penal Villar porque estaba en la cancha. Y el del gol de Salcedo”, recordó y metió promesa de revancha para sus ex compañeros de Echagüe que lo maltrataron la pasada temporada, en la que Newell’s perdió los clásicos: “Sólo para molestarme a mí se pusieron fotos de jugadores de Central en el perfil de whatsapp. No eran de Central, eran anti Newell’s. Centeno tenía la foto de Abreu, Cajal la de Coudet, Saad la de Niell y así todos”.

Por su parte, Matías Stival está iniciando su carrera en la Liga. Se dio el gusto de jugar varios años en Central: “De pibe me llevaron a la cancha, son amores que se transforman en pasiones y que son para siempre”.

El base apunta a Coudet como jugador preferido y el 4-1 como recuerdo imborrable. “Fue mi primer clásico, fue paliza y la cancha fue una fiesta”, dijo y arriesgó un resultado: “Ganamos 2-0 con goles de Niell y Becker”.

Un canalla de Bahía Blanca

No es nada del otro mundo encontrar hinchas de Central o Newell’s lejos de Rosario, pero si son menos los casos de fanáticos que no nacieron en la ciudad. Uno es Nico Paletta, bahiense pero rabioso canalla. “Mi abuelo vivía a tres cuadras de la cancha de Central. Después de mudó a Bahía, pero así de fanático hizo a mi viejo, a mi tío y a toda la familia”, explicó para luego contar cómo se siente vivirlo a la distancia: “Dan ganas de estar en la cancha. Por suerte al ser el domingo temprano lo voy a poder ver”. Paletta tiene a un leproso como compañero, Rodrigo Sánchez: “Ya hubo apuesta con Rodri, por el fernet y las cocas. Espero ganar”.

Brussino: “Ganaremos 2-1” 

Nico Brussino es una de las grandes promesas de la Liga. El cañadense ama a Adeo en el básquet pero en el fútbol su corazón es rojinegro. “Soy de Newell’s por mi papá, en mi casa somos los únicos”, explicó quien está ansioso por que llegue el domingo y hoy elige a Maxi Rodríguez como jugador preferido, aunque su gusto siempre se inclinó por Damián Manso. “No tengo cábalas pero miro los partidos con la camiseta y llevo siempre una pulsera con los colores. Arriesgo que vamos a ganar 2 a 1”, contó Nico, quien elige dos clásicos: “El del 74 es el más significativo. Y el del Clausura 2008 con gol de Santiago”.

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