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El día después

El arzobispo Martín pidió paciencia y diálogo

Para el religioso fue un grupo muy minoritario el que provocó los incidentes frente al templo.


El epicentro de los incidentes y la posterior represión policial se dieron en la puerta de la Catedral de Rosario. Estaba vallada para evitar actos de vandalismo contra el edificio, tal como ocurrió en otras ciudades del país donde se organizó anteriormente el Encuentro Nacional de Mujeres. “No es la primera vez que esto ocurre. Ocurrió el año pasado en Mar del Plata. Sé que en otras ciudades hubo situaciones parecidas o similares. Si bien el grueso de la marcha, la inmensa mayoría, transitaba pacíficamente, siempre hay manifestaciones algún grupo que creo que fue muy minoritario, que tuvo una violencia y una agresividad muy grande”, dijo el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín.

“Estamos a favor del diálogo, de la paz, y creemos que el desafío es vivir juntos, aunque disintamos en algunos temas y podamos dialogar y debatir con respeto. Lo lamentamos. Estamos a favor del diálogo, de la paz y creemos que el desafío es vivir juntos aunque disintamos en algunos temas. Pero siempre hay esa intolerancia, esa violencia que se ejerce”, señaló el religioso.

“En la catedral ya habíamos decidido, en vista que estas cosas podían ocurrir, suspender las misas. Renunciamos al derecho que nuestros fieles puedan celebrar el culto en aras de la paz”, explicó en declaraciones radiales.

La máxima autoridad de la Iglesia local analizó que “esta violencia tanto física como verbal expresa una situación interior de mucho malestar y de algún modo una fragilidad”. “Pero bueno, Dios quiera que esto vaya cediendo. Necesitamos crecer en una capacidad de diálogo, de encuentro, aunque disintamos. Será un camino largo, pero hay que hacerlo”, siguió Martín.

“Pintar los edificios, yo le diría a estas personas: « ¿te gustaría que lo haga en tu casa?». A lo mejor la que pintó tiene su casa y la cuida. Bueno también le diría «no le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti» y al revés «haz a los demás lo que te gusta que te hagan a vos». Son máximas que Jesús nos da en el Evangelio, la regla de oro”, remarcó.

El arzobispo indicó que es importante reflexionar sobre lo ocurrido. “Siempre detrás de esto hay algún cerebro. Había mujeres tapadas, se venían preparando. De algún modo hay una forma de actuar, pero hay que tener paciencia. «Nada te turbe, nada te espante. Todo pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza», dijo Santa Teresa de Jesús, una mujer, una gran mujer”, concluyó Martín.

Cobertura en peligro

Varios trabajadores de prensa fueron heridos durante la violenta represión policial en la zona de la plaza 25 de Mayo, entre ellos uno de los fotógrafos de Télam, José Granata, quien recibió al menos cinco impactos de balas de goma: uno en la mejilla izquierda, otro en la frente, dos en los brazos y uno en el pecho. “La verdad que no reaccioné todavía. Me acosté muy tarde. Me estuvieron haciendo placas hasta tarde. Llevo más de 45 años en esto pero nunca vi algo de esta magnitud. Nunca vi algo así. Estuve en el Cordobazo, en el Rosariazo, pero una cosa así nunca”, contó aún conmocionado.

El veterano reportero gráfico llegó a la plaza cuando ya habían comenzado los incidentes. “Todo estaba fuera de sí. Ya era un caos. Bajé de un taxi en San Luis y Buenos Aires y caminé desde allí hasta la plaza. Pero apenas intenté subir a las escalinatas me sorprendieron los disparos”, recordó el reportero. “Me parece que la cámara me salvó que no me impactara en el ojo, porque la parte de arriba de la cámara de fotos tiene un impacto de algo. Por eso tengo esa herida en la frente, dos centímetros más abajo y me quedaba sin el ojo”, agregó. Además de Granata resultaron heridos Alberto Furfari de Canal 5; Pedro Levy, de Televisión Litoral; y una periodista de Mendoza.

Policías heridos en la refriega

Sobre los incidentes frente a la Catedral, la Policía sostuvo a través de un comunicado que tuvo que actuar para defender “a unas 20 personas pertenecientes a la Acción Católica que se encontraban orando en el lugar” ya que los manifestantes (por las mujeres de la marcha) “comenzaron a insultarlos y arrojarle diferentes elementos”. “Como no depusieron su actitud interviene un grupo de combate del Cuerpo de Guardia de Infantería (CGI) los que efectuaron detonaciones con escopetas calibre 12/70 cargadas con cartuchos antitumulto, donde observan que se agrupan más personas y continúan agrediendo al personal arrojando objetos, como así también quitan el cerco perimetral de la catedral para utilizarlo de resguardo, intentando el personal policial hacer deponer esa actitud hostil”.

En el mismo comunicado la Policía refirió a los heridos de la fuerza de seguridad, entre ellos uno de los jefes de la CGI que sufrió un traumatismo leve en el codo izquierdo y la pierna izquierda. Una oficial y una agente pertenecientes a la Policía de Acción Táctica (PAT) fueron derivadas al Hospital Provincial con traumatismo de cráneo. Un agente de la CGI fue lesionado por un objeto contundente y una bomba molotov. Tuvo que ser trasladado el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde fue examinado y dado de alta. Una agente de la Policía Comunitaria de Fisherton presentó escoriaciones en pómulo izquierdo y cuero cabelludo; y otro agente fue trasladado al Heca y se le diagnostica una herida punzo cortante en región lumbar. Luego de ser curado fue dado de alta. “Cuando se retiró gran parte de la multitud (alrededor de la medianoche) se pueden observar los bancos de la plaza y contenedores de basura quemados, el parabrisas roto de la unidad número 26 de un móvil, y la rotura de cristales y pintadas por las inmediaciones”, informaron desde la Unidad Regional II.

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