Edición Impresa

Acribillado

Ejecutan a un empresario

Tenía 42 años y había trabajado con el sindicado narco Luis Medina en una concesionaria de zona oeste. Anteanoche, dos atacantes le metieron al menos siete tiros de 9 milímetros a sólo cien metros del ingreso a la Jefatura de la Unidad Regional II.


El dueño de una agencia de autos de alta gama fue asesinado a tiros anteanoche por dos atacantes que lo abordaron apenas cerró el negocio, ubicado enfrente de la Jefatura de Policía. La víctima, de 42 años, recibió al menos siete tiros de nueve milímetros y murió en el lugar, ante la presencia de su socio y un empleado. El empresario había sido empleado –otras fuentes lo ubicaron como socio– del sindicado narco Luis Medina, asesinado a balazos a fines del año pasado. Los investigadores descartaron el robo como móvil y peritaban imágenes de una cámara de seguridad para intentar identificar a los homicidas.

Según fuentes del caso, a las 21.30 de anteayer Germán Gonzalo Tobo, de 42 años y domiciliado en Roldán, junto con su socio Martín G. (37) y su empleado Gustavo M. (36) estaban en la vereda de su concesionaria, ubicada en Lagos 5175, tras cerrar el negocio. Se encontraban al lado de un Volkswagen Bora gris, propiedad de la víctima, cuando llegaron desconocidos que desataron un ataque con Tobo como objetivo.

En relación con la mecánica del hecho, las fuentes consultadas indicaron que poco antes dos hombres en un auto rojo pasaron frente al local donde estaba la víctima, doblaron por pasaje Savio al este y estacionaron casi en la esquina de Callao. Los dos muchachos caminaron por Savio, doblaron en la esquina de Lagos y, a unos 20 metros de la concesionaria, a la altura de un negocio cerrado con una persiana color crema, empezaron a disparar al empresario, quien recibió al menos siete impactos. Los testigos no pudieron ver a los atacantes, dijeron desde la Fiscalía, ya que el empleado arreglaba su moto y el socio de Tobo, igual que la víctima, hablaba por celular.

Voceros policiales indicaron que cerca de las 22 se hizo presente en el lugar personal de la comisaría 18ª, con jurisdicción en la escena del crimen, quienes hallaron el cuerpo de la víctima. Un médico constató que Tobo presentaba heridas de arma de fuego múltiples y se secuestraron en el lugar trece vainas 9 milímetros y dos plomos del mismo calibre.

La investigación del caso se encuentra a cargo del fiscal Damián Cimino, quien ordenó a primera hora de ayer una verificación de los guarismos de los autos que estaban a la venta, lo que según una fuente policial determinó que todos estaban en regla. Sobre el mediodía, en conferencia de prensa, su superior Adrián Spelta, jefe de la Unidad de Homicidios Dolosos, aseguró que, si bien esperaban los resultados preliminares de la autopsia, el cuerpo presentaba entre siete y ocho heridas de bala, aunque todavía no se determinó si eran orificios provocados por plomos entrantes y salientes. Todos los balazos fueron disparados debajo del tórax y uno de los tiros le rompió el celular que la víctima tenía en el bolsillo. Añadió que, hasta el momento, los testigos no aportaron datos para identificar a los autores del crimen y explicó que se descartó la hipótesis del robo por el modo en que operaron los atacantes, aunque no se descartaban otras hipótesis. Desde la Fiscalía dijeron que se estaban peritando imágenes captadas por una cámara de seguridad.

Alta gama en el sur

Según fuentes de la investigación y el testimonio de vecinos, la concesionaria abrió sus puertas hace unos cuatro meses. El local está ubicado en la vereda este, enfrente de la Jefatura y a menos de cien metros de la puerta de ingreso a la sede policial. Desde la Fiscalía dijeron que al escuchar los tiros quienes estaban en la guardia se asomaron, pero sólo vieron siluetas. El negocio no tiene ningún cartel que indique su actividad y sólo pueden observarse tres reflectores que al momento del hecho se encontraban apagados: la vereda sólo estaba iluminada por las luces de la calle.

Dentro de la concesionaria había ayer unos 30 autos, todos de alta gama, cuyos valores no son menores a los 300 mil pesos. Todos los días, los autos se sacaban por la mañana y se entraban por la noche, dijeron voceros del caso. Cerraban siempre pasadas las 21, algo extraño para los vecinos de los comercios aledaños que, desde hace varios años y por razones de seguridad, bajan sus persianas dos horas antes.

En la zona, son varios los locales de ventas de auto y talleres mecánicos, pero ninguno vende rodados de alta gama. En la vereda de enfrente, a poco menos de una cuadra del lugar del hecho, una pequeña concesionaria trabaja desde hace más de diez años vendiendo autos usados. Un empleado observó que desde que se instaló el negocio siempre hubo movimientos extraños y que “con sólo mirar alrededor te das cuenta de que los autos que se venden ahí no son muy comunes en esta zona”. En tanto, un mecánico del barrio sostuvo que desde hace varios años “los tiros se escuchan todos los días” y agregó: “Estamos a criterio de esta gente”.

Conexión Lume

Voceros del caso indicaron que Tobo había sido empleado –otros dicen que era socio– del sindicado narco Luis Roberto Medina, asesinado en el acceso sur el 29 de diciembre pasado con su pareja, Justina Pérez Castelli, en la concesionaria Lume, de Pellegrini al 5500. Si bien los fiscales dijeron ayer que Tobo había dejado de trabajar en ese local antes del crimen, otros voceros judiciales dijeron lo contrario: “Tobo manejaba la concesionaria hasta el momento del homicidio de Medina, quien se lo había llevado a trabajar con él después de conocerlo en otra concesionaria ubicada enfrente. Pese a que Medina era un personaje oscuro, al menos en Lume tenía todo en regla, muy prolijo.

Después del crimen de Medina, Tobo se quedó con algunos autos y siguió manejando el lugar pero empezó a recibir vehículos flojos de papeles. Después se fue por su cuenta”.

La jueza Alejandra Rodenas, que investiga el crimen de Medina, ordenó allanar Lume a poco del crimen, ante el rumor de que el lugar estaba siendo vaciado y los vehículos llevados a una concesionaria ubicada en las cercanías. Un allegado a Tobo dijo que el hombre había aprendido los secretos de la compraventa de vehículos de su padre, quien se dedicaba al mismo rubro: “Era un chanta con labia, que siempre tenía alguna manera de solucionarte el tema papeles, ya sea si venía flojo o si tenías que poner el vehículo a nombre de otro. Te lo solucionaba y te cobraba más. Trabajó en Reina Automotores con Lelo Pérez y después se fue con Medina como encargado de Lume”. Esta fuente explicó que este tipo de concesionaria suele tener inversionistas que ponen el capital inicial y después cobran un porcentaje mensual además de la devolución del dinero.

Un vocero de la investigación dijo que Tobo y su socio Martín G. vendían autos desde una mesa del minishop de la estación de servicios de Vuelta de Obligado y Uriburu desde antes del crimen de Medina, aunque hace unos seis meses decidieron abrir el nuevo local. “Pese a que hace mucho estaba en el rubro, sólo tenía un antecedente de 2006 por una falsificación de guarismo en un auto en que iba circulando”, añadió.

Otra fuente del caso vinculó a Tobo con el fallido emprendimiento empresarial encabezado por Medina de la franquicia Esperanto, habilitado como bar en agosto de 2012 y no como disco, que debió cerrar ante el reclamo de vecinos. En este sentido, investigadores opinaron que el homicidio pudo ser un vuelto por algún negocio que salió mal, o bien alguna cuestión pendiente de su pasado con Medina.

Comentarios