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Dos policías tras las rejas

Un hombre denunció en sede judicial que en la tarde del sábado, un par de agentes del Comando Radioeléctrico lo detuvo sin motivo, que fue esposado, le revisaron el auto y le sacaron tres mil pesos.

Dos agentes del Comando Radioeléctrico fueron detenidos ayer, luego que un hombre denunciara que en la tarde del sábado pasado fue obligado a estacionar su auto por una pareja de policías quienes le revisaron el vehículo, lo esposaron y le sacaron 3 mil pesos para dejarlo ir. Pero como las llaves de las esposas para liberarlo no funcionaron, lo llevaron en el asiento trasero de la patrulla por varios lugares, hasta que el custodio de una estación de servicio de zona oeste pudo abrirlas.

La víctima, cuyos datos se mantienen en reserva, hizo una presentación judicial en la mañana de ayer en el Juzgado de instrucción 13ª, donde relató con lujo de detalles lo ocurrido en la tarde del sábado.

Según fuentes del caso, alrededor de las 16, el hombre circulaba de norte a sur por avenida de Circunvalación. Cuando estaba en inmediaciones del puente sobre el arroyo Ludueña, se le acercó una patrulla del Comando Radioeléctrico y, mediante señas, quien conducía el patrullero le indicó al automovilista que detuviera la marcha al costado del camino.

El hombre bajó la velocidad y cuando detuvo la marcha los dos policías, un hombre y una mujer, bajaron del auto y le pidieron que hiciera lo mismo.

Si bien el conductor del auto preguntó si pasaba algo raro, porque según su apreciación no había cometido ninguna falta o infracción y además iba a muy baja velocidad, los policías insistieron, por lo que accedió al pedido.

Según relató en sede judicial, los policías le dijeron que “andaba en cosas raras”, por lo que rápidamente uno de ellos le esposó las manos.

Luego, siempre por los dichos de la víctima, le revisaron el interior del auto y encontraron una pequeña cartera en cuyo interior había documentación y  tres mil pesos.

Ahí se dijeron entre ambos que “con eso es suficiente”, así que luego de intercambiar un par de palabras, se acercaron hasta el hombre y le dijeron que lo iban a dejar en libertad.

Pero ahí apareció un problema: las llaves para abrir las esposas no funcionaban.

Como no podían pedir refuerzos, los uniformados subieron al conductor del auto al asiento trasero de la patrulla y fueron hasta una seccional de la zona norte en busca de que alguien les preste un juego de llaves.

En el camino, la mujer policía llevaba una de sus manos sobre la cabeza del infortunado conductor, para que no se vea que iba alguien en el asiento de detrás, relató la víctima.

En la seccional tampoco tuvieron suerte, por lo que siguieron buscando hasta que, en una estación de servicio ubicada sobre avenida Godoy, donde habitualmente acuden policías, dieron con un custodio que tenía esposas y llaves, y lograron abrir las que tenían aprisionadas las manos del conductor del auto.

Un rato más tarde, y luego de recalcarle que no dijera nada, lo dejaron abandonado sobre avenida de Circunvalación. Luego de ubicarse, el hombre caminó hasta donde estaba su auto y se fue a su casa.

En la mañana de ayer fue a Tribunales y contó lo sucedido en el Juzgado de Instrucción 13ª, desde donde se ordenó la detención de ambos uniformados, sospechados de extorsión, robo agravado por la calidad de funcionario policial y privación ilegítima de la libertad.

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