Una mujer de 47 años, acusada en 2006 de regentear un prostíbulo en pleno centro, y un joven de 18, quedaron detenidos ayer luego que personal dela Direcciónde Prevención y Control de Adicciones de la provincia allanara una casa de pasaje Sabattini al 3800 y secuestrara 700 bochas de cocaína, 1.350 cigarrillos de marihuana, dos pistolas calibre11.25 y 3.65, un revólver calibre 32, municiones, dos celulares, 1.184 pesos y documentación de interés para la causa. Además, fueron demorados dos hombres que estaban en el lugar como clientes al momento del operativo.
“El procedimiento se realizó luego de 60 días de investigar a la pareja arrestada. Se recolectó la información, se presentó ante el Juzgado Federal 4 y el magistrado a cargo, Marcelo Bailaque, emitió la orden. Estas personas abastecían a todo Acindar desde la casa de material que está frente a los Fonavi de pasaje Sabattini al3800”, enumeró el director de la ex Digedrop, Hugo Tognioli en diálogo con El Ciudadano.
Minutos antes del procedimiento, las personas que habitan la vivienda de aberturas de chapa blanca de pasaje Sabattini al 3800 recibían como de costumbre a sus visitantes por la ventana. El mecanismo era casi imperceptible porque un tejido con media sombra verde impedía que los vecinos puedan ver la transacción, aunque por el incremento de arrebatos y el movimiento de gente no habitual en el barrio, se lo imaginaban y lo denunciaron en varias ocasiones.
Recién ayer los vecinos tuvieron respuesta a sus reclamos. Y los habitantes del Fonavi de pasaje Sabattini a la altura del 3800 salieron a la vereda para aplaudir el desmantelamiento de un quiosco de drogas ubicado en pleno corazón del barrio.
Los uniformados de la ex Digedrop irrumpieron en la casa justo cuando dos compradores estaban por tomar la droga que habían comprado minutos antes.
Tras ingresar al quiosco, los agentes antinarcóticos se encontraron con un pequeño living separado del comedor por una puerta “extraña”. Era una estructura maciza de chapa que a simple vista no es gruesa pero que al traspasarla deja al descubierto un recorrido de hierro que se refuerza con un enorme pasador del mismo metal.
En esa habitación, los policías encontraron a Alicia Noemí C., de 47 años, y a su socio, un joven de 18 años, identificado como Daniel Alejandro M. cerca de la única ventana del lugar. La denominación es sólo formalidad porque la abertura ya no cumplía con su función sino que estaba amurallada con ladrillos y tenía dos huecos en sus laterales para que los anfitriones pudieran entregar la mercadería.
Una vez que apresaron a la pareja, los uniformados contabilizaron el stock que había en el lugar. El resultado fue el secuestro de 700 bochas de cocaína de un gramo cada una, 1.350 cigarrillos de marihuana, dos celulares, 1.184 pesos de baja denominación, dos pistolas –una calibre 11.25 con sus cargador completo y una 3.65 con municiones–, un revólver calibre 32 con proyectiles y anotaciones de interés para la causa. Con respecto a este último elemento, los investigadores sugirieron que a pesar de que no se habían realizado los test para evaluar la calidad de la droga habría indicios de que se trate de cocaína de alta pureza, denominada comúnmente alita de mosca. “Los cigarrillos de marihuana se vendían a dos pesos cada uno y cada gramo de cocaína tenía un costo de 30 pesos. Sin embargo, tenemos que analizar la documentación encontrada para poder brindar mayores detalles”, agregó el jefe del operativo.
Por su parte, los habitantes de la zona se mostraron contentos con el operativo, pero temen que en breve se vuelva a montar otro quiosco. “Hace meses que denunciamos a estas personas. Estamos contentos porque no se podía salir a la calle. Esperemos que no se vuelvan a instalar aunque los que están con esos (en referencia a los detenidos) ya avisaron que el sábado abren otra vez”, sostuvo una mujer.
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