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Inclusión

Distinguen a bar por incluir a personas con discapacidad

La Legislatura declaró de interés provincial, por incluir laboralmente a personas con discapacidad intelectual, al restó Tango Azteca ubicado en Catamarca y España.


 

Hace poco más de dos meses un rosarino, Marcelo Sulichin, y un mexicano, Erwing Iturbe Orbe, se asociaron para encarar un proyecto muy particular. La iniciativa se puso en marcha y ahora recibirá su primer reconocimiento. Es que la Cámara de Diputados de la provincia declarará hoy de interés provincial por incluir laboralmente a personas con discapacidad intelectual al restó bar Tango Azteca, ubicado en la esquina de Catamarca y España.

Iturbe Orbe contó que son tres las personas con discapacidad que se desempeñan en el lugar. Una ya está incluida formalmente. Se llama María Emilia “Mimi” Capriotti, una joven con síndrome de Down. Los otros dos lo harán en los próximos días.

“Aunque ya están integrados trabajando con nosotros, nos están ayudando”, describió. La idea de trabajar con personas con discapacidad surgió por una situación familiar que reveló Erwing.

“Tengo una hermana de 32 años con síndrome de Down y veo que en la edad adulta es difícil incluir a los jóvenes con discapacidad intelectual, entonces como hermano decidí abrir un emprendimiento que tenga este modelo como base, que sea inclusivo, y que pueda ser ejemplo para los demás”, relató. Marcelo conoció a Erwing cuando fue su profesor en el posgrado de turismo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Fue después de ese momento que decidieron incursionar en la capacitación para jóvenes con discapacidad.

“Era docente de él, captamos onda y me preguntó si me animaba a dictar capacitaciones, así que me atreví, y terminamos haciendo tres cursos que salieron muy bien”, dijo.

Esa escuela de formación de mozos y cocineros tuvo 12 egresados. Y cinco de ellos ya están trabajando en distintos lugares. “De ahí también surgió la necesidad de incluir a jóvenes en el ámbito laboral. Primero hicimos un programa de inclusión junto a la Asociación Gastronómica Hotelera (Ahegar) en muchos restaurantes de Rosario. Pero no tuvo éxito, hubo problemas de comunicación, no funcionó”, lamentó Marcelo.

Sin embargo, eso los incentivó a buscar otra vuelta al asunto y junto a un grupo de padres de la Asociación Padres por la Igualdad Rosario (Applir) continuaron con las innovaciones. “Se decidió abrir un catering para que tuvieran salida laboral que anduvo muy bien”, recordó Marcelo. Sulichin contó luego que fue Erwing el que siempre quiso instalar un restaurante en Rosario.

“Nunca lo dejé por la crisis del país, le insistí que era económicamente inviable, pero nunca abandonó ese objetivo. Fue hace dos años que retomamos el tema, cuando pudimos conseguir un fondo de comercio más barato. Así logramos dar un buen servicio y a un precio accesible podemos mantener el equilibrio”, explicó.

“Nuestra idea fundamental es incluir gente que está fuera del círculo formal de trabajo, empezamos con este grupo que es el que conocemos, pero buscamos demostrar que es un negocio rentable”, argumentó Marcelo sobre el restó, en el que se sirven platos clásicos de la cocina argentina con un toque gastronómico de México para que no falten tacos, quesadillas, burritos y nachos.

“Todos los que están se tienen que adaptar. Tienen que trabajar lo mismo que cualquier empleado, buscamos la igualdad”, dijo Sulichin sin rodeos y en sintonía con el cartel que aparece en el restaurante: “Acá sabemos todos, porque todos somos iguales”.

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