Espectáculos

Diego Castro dará una charla sobre producción de shows

Integrante del staff de Joison Producciones, Castro brindará un seminario gratuito este lunes a las 19 en el Centro de la Juventud. Productor de muchos de los espectáculos internacionales que llegan a Rosario, y en esta nota, Diego cuenta pormenores de su trabajo-


Las luces se encienden, el escenario se descubre, el artista sale a escena y durante casi dos horas (promedio) los espectadores disfrutan no sólo del talento de quien está al frente del show sino también de los conocimientos técnicos de aquellos que, anónimamente, pasaron semanas o meses armando la puesta ¿Cómo es el detrás de escena de los espectáculos? ¿Qué recursos técnicos se utilizan? ¿Cuáles son las nuevas tendencias? Son algunas de las preguntas que serán respondidas en el seminario sobre Producción Técnica que, con entrada libre y gratuita, llevará adelante hoy el productor local Diego Castro, a partir de las 19, en el Centro de la Juventud (San Martín y el río).
En medio del armado técnico de lo que fue el pasado martes el show de Chick Corea en El Círculo, talentoso pianista de jazz, Castro, actualmente jefe técnico de la productora de espectáculos Joison, atendió a El Ciudadano para brindar algunos detalles de su trabajo, ese que expondrá esta tarde y que lleva adelante cotidianamente.
Según adelantó, el encuentro tendrá como objetivo repasar todo lo que implica el armado de un espectáculo. “Sonido, luces, la energía y cualquier otro tipo de necesidad técnica que tenga un show”, comentó.
Según señaló, quien registra una completa formación que incluye estudios en Las Vegas y  Nueva York, “lo más importante es ser prolijo y tratar de encontrar un equilibrio entre lo que necesita el artista y lo que se puede hacer en el lugar”.
—¿Qué fue lo que te atrapó de esta profesión?
—Recuerdo que tenía 13 años (actualmente tienen 35) y estaba viendo un show de Michael Jackson por televisión; en ese momento supe que quería hacer eso pero que mi vocación no tenía que ver con ser artista.
—¿Qué es lo que te da mayor satisfacción?
—Tengo dos momentos de satisfacción: uno cuando acompaño al artista hasta el escenario y doy la orden de que arranque el show; sea un espectáculo chico o grande, en ese momento se me pone la piel de gallina. Hago 20 shows por mes pero siempre me pasa lo mismo. Es increíble la adrenalina y la alegría que se siente. Después, el segundo momento de satisfacción es cuando se termina todo, la gente se va, se termina de desarmar todo, saludo a los técnicos, doy media vuelta para irme y, si estuvo todo bien, me lleno de alegría. Cuando te enfrentás a un show en vivo puede pasar cualquier cosa, puede ser un dream team de técnicos pero hay cosas que no se pueden manejar. Es muy estresante, son muchas las cosas de las que hay que estar pendiente, además de bregar porque el artista se luzca.
—¿Podés ir a ver un show sólo como espectador?
—(Risas) La verdad es que me pongo bastante tenso cuando voy a ver un espectáculo porque tengo ganas de estar del otro lado. En Rosario hay excelentes profesionales, ver el trabajo que hacen te hace notar que la ciudad tiene un muy buen nivel.
—¿Qué avance tecnológico sentís que fue un quiebre en el armado de los shows?
—Lo que está tomando mucha fuerza y es revolucionario es la tecnología de led, tanto en pantallas como en iluminación, hace 5 o 6 años que esta tecnología está tomando mucho protagonismo. Por otro lado, la ciudad está muy bien posicionada, avanzando cada vez más e incluso en shows más chicos, de bandas locales, se preocupan muchísimo por la puesta en escena, por formar un staff estable para el armado del show.
—¿Sabés o intuís a qué se debe?
—Imagino que debe ser el gran caudal de información que hay y con gran acceso. Además, vienen muchos espectáculos internacionales y eso también influye en que el artista quiera dar algo más, preocuparse más por lo que está ofreciendo.
—¿Y el acceso a las herramientas?   
—Ahora se está haciendo más fácil que una banda que recién empieza pueda armar algo interesante, porque gracias al avance de la tecnología se puede lograr algo de muy buen nivel con un presupuesto realmente acotado y un tiempo también acotado.
—¿Cómo vez a Rosario como plaza de shows internacionales?
—Rosario es una de las tres plazas del país junto a Buenos Aires y Córdoba. En lo que respecta a la técnica, que es lo mío, fue creciendo muchísimo en los últimos años; hoy en día los profesionales que tenemos pueden llevar adelante cualquier tipo de espectáculos. Después, hay cuestiones de espacios que sí limitan un poco. Hay algunos tipos de espacios que no tenemos, por ejemplo, el último show del Circ du Soleil que vino a Buenos Aires no pudo pasar por Rosario, al margen de que existe una cuestión geográfica que tiene que ver con que Rosario está muy cerca de Buenos Aires y es más fácil movilizar a la gente, no hay un espacio que soporte un show como ese. Lo que tenemos está muy bien pero tendríamos que tener un espacio que soporte mayor cantidad de gente y ciertos requerimientos técnicos que hagan fácil el armado y desarmado de grandes estructuras, un lugar que sea cubierto y cómodo para la llegada del público, con mucha capacidad.
—¿Por qué no se usan tanto como antes los estadios de fútbol?
—Acá, los estadios no son cómodos, no es como el Estadio Único de La Plata que se pensó para espectáculos, que es un lugar cubierto y está preparado para soportar grandes shows. Los estadios de acá o los del resto del país son canchas de fútbol que para adaptarlas hay que invertir mucho dinero; lo mismo pasa, por ejemplo, con el Hipódromo, adaptarlo para que sea un lugar símil a un teatro es carísimo; por eso hay muchos shows que no pueden desarrollarse.
—¿Cuál fue el recital que más te gustó producir?
—Varios: Roxette, Andrés Calamaro y Fuerza Bruta, esos me gustaron mucho por una afinidad personal con los espectáculos. Trabajar con Roxette fue muy loco siendo que tenía 12 años cuando los escuchaba, estar con ellos fue muy raro.
—¿Cuál sentís que fue tu mayor desafío?
—Fuerza Bruta. Fue lo más complejo y al extremo que pude haber realizado. Fundamentalmente, por la adaptación al espacio donde se realizaban los shows (trascurren entre el público y no sobre un escenario). Se trabaja muy cómodo pero tiene cuestiones técnicas muy complejas.
—¿Cómo es la relación entre la técnica y el artista?
—Depende, a medida que van pasando los años uno va conociendo cómo manejarse, cuándo hablar y cuándo callar. Hay que tener una buena percepción de la sensibilidad del artista, pero depende de cada uno. Nunca me pasó nada grave más allá de ciertos artistas que quisieron salir tres horas después o no salir del camarín.
—¿Trabajaste con el Pity Álvarez?
—Varias veces (risas), sin hablar de él particularmente nosotros tenemos que entender lo que le puede estar pasando al artista sin olvidar el respeto que le debemos al público, a la persona que los está contratando y a toda la gente que está trabajando para que eso salga bien. En los momentos de tensión, todos tienen cierto nivel de razón, hay que entender lo que nos pasa a todos cuando venimos mucho tiempo viajando, lejos de casa. No es una situación fácil aunque parezca lo contrario.
—¿Qué gira recordás más vívidamente?
—La que hice con Molotov, su gira nacional, fueron 6 shows en 7 días, viajando en el medio. Fue en la que peor la pasé (risas), ellos son excelentes personas y muy divertidos pero viajar tanto entre ciudad y ciudad hace que no logres entender donde estás que ya tenés que salir de nuevo.
—¿Qué son los espectáculos para vos?
—Son una forma de darle alegría a las personas que asisten, moviéndoles muchas cuestiones personales, porque es muy loco lo que pasa en los espectáculos. Movilizar a la gente, verla llorar o reír es fantástico y nos moviliza a todos los que estamos trabajando detrás.
—¿En qué espectáculo o con qué artista te gustaría trabajar?
—Con Roger Waters, siempre estuve cerca, pero nunca lo pude concretar. No tengo fanatismo por ningún artista pero me atrae mucho cómo trabaja Waters; también hay bandas como Muse, que trabajan en el escenario como un box de Fórmula 1, está todo cronometrado, vivir eso me encantaría.

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