La Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMP) desarrolla un apósito de hidromel que permite cicatrizar más rápido las heridas profundas a través de técnicas de nanotecnología. Sería ideal para curar quemaduras de tercer grado que los médicos tratan con telas especiales para cubrir las zonas afectadas y evitar el ingreso de microorganismos que puedan infectar la herida. Sin embargo, cuando se aplican estos vendajes, las heridas quedan selladas y la cicatrización es más lenta por falta de oxígeno y agua. El material fue elaborado mediante nanohilos de celulosa, lo que le otorgó propiedades mecánicas y de barrera. “Una de las ventajas que tiene este apósito es que mantiene la herida hidratada y húmeda, evitando el ingreso de agentes bacteriólogos. Al tener una elasticidad muy similar a la piel, su tamaño varía de acuerdo con la herida.
Así, cualquier paciente que haya sufrido quemaduras graves podrá recuperar sus tejidos en cuestión de días”, contó a la agencia de noticias Ciencia Tecnología y Sociedad (CTyS) Jimena González, doctora de Ciencias de Materiales que trabaja en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema) de la Facultad de Ingeniería de la UNMP.
“Cuando alguien escucha telas o apósitos lo primero que se le viene a la mente es la curita tradicional. Pero la idea es que estos apósitos sirvan para heridas muy complejas”, explicaron los investigadores. Según contaron a la agencia CTyS, observaron falencias de los apósitos convencionales y, al pensar en cómo mejorarlas, buscaron información sobre hidrogeles. Este tipo de sustancia posee agua y oxígeno, dos elementos necesarios para que los tejidos se regeneren. “Por ejemplo, con una curita lo que uno hace es tapar la herida para que no se infecte, pero no le da oxígeno ni hidrata la zona, entonces lo que hacemos desde el instituto es mejorar ese ambiente para que puedan migrar todas las células y crear tejido nuevo”, sostuvo González.
El nuevo vendaje está construido con nanohilos de celulosa que contienen hidrogeles, polímeros que cuentan con una estructura blanda y elástica y, al formar redes que no se pueden diluir, son sólidos y están permanentemente hidratados. De hecho, muchos de los lentes de contacto actuales están hechos de este material. Pueden hacerse de diferentes materiales, como siliconas, para utilizarse en máscaras para la cara, entre otros usos.
La investigación del vendaje todavía está en una etapa inicial. Sin embargo, la experta sostiene que no descarta la posibilidad de probarlo en pacientes. “Por el momento, estamos trabajando con un grupo del hospital de Mar del Plata para que colabore con el proyecto y, al mismo tiempo, estamos buscando inversores para que puedan financiar el trabajo”, apuntó a la agencia CTyS. El proyecto se desprende de la tesis doctoral de González titulado “Hidrogeles compuestos para aplicaciones biomédicas”.
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