Los servicios tienen una relevancia creciente en la economía mundial. Mientras las manufacturas físicas representaban el 24 por ciento del producto mundial en 1980, generan menos del 17 por ciento del producto mundial en nuestros días (decrecen en importancia relativa porque crecen los servicios). Los grandes generadores de empleo son empresas de servicios. Y el desarrollo de los servicios ha favorecido saltos cualitativos en la producción, en los productos y en la comercialización internacional; incorporación de conocimiento científico en la producción; desarrollo de patentes, marcas comerciales y estándares de calidad certificados; asociaciones virtuosas de empresas con organizaciones complementarias y aparición de clusters o “ecosistemas” de empresas y organizaciones complementarias; mejora en la calificación y la inserción productiva de los recursos humanos y la generación de vínculos y asociaciones entre empresas internacionales para inversión y comercio.
En el mundo, el comercio internacional de servicios generó el año pasado 4.645 billones de dólares, lo cual representa alrededor del 20 por ciento del total del comercio mundial (de bienes y servicios agregados). El comercio de servicios mundial tiene en los viajes de personas (turismo, sea de esparcimiento, sanitario o corporativo), que generan casi 1,2 billón de dólares al año, y el transporte de mercancías (generan más de 900.000 millones de dólares al año) los dos principales componentes. Pero también se destacan los diversos servicios prestados a empresas (generan en conjunto unos 1,3 billón de dólares al año) en distintas disciplinas como actividades legales, financieras, finanzas y contables, capacitación o administración de recursos humanos, investigación y desarrollo en ingeniería, tareas de relacionamiento con clientes, arquitectura, diseño industrial, gerenciamiento de compras, logística, actividades basadas en las tecnologías de la información, software, investigación y desarrollo en la industria farmacéutica, publicidad, actividades con soportes audiovisuales, actividades culturales, asistencia en normas tributarias, investigación de mercados, actividades en mercados de capitales y análisis de datos o servicios actuariales. Además son relevantes otros servicios, como los médicos, educativos o en entretenimiento.
Pero además del comercio de servicios en sí, los servicios están incorporándose cada día en mayor medida en el comercio de mercancías. Dice la UNCTAD que el 46 por ciento del valor agregado en el comercio de mercancías que se produce en el mundo está explicado por la incorporación de servicios en esos procesos.
En Latinoamérica también los servicios ganan en relevancia. La Argentina exhibe una performance que es mejor que la que muestra en materia de bienes. En un marco de caídas en general del comercio internacional en nuestro país, las exportaciones de servicios tienen más resistencia a la baja. Las exportaciones de servicios argentinos descienden desde 2011 (el año de mayores exportaciones en la historia) cuando llegaron a 15.606 millones de dólares, y el año pasado sumaron 13.897 millones de dólares, lo que implica una caída entre 2011 y 2014 de casi un 11 por ciento; pero en ese mismo lapso las exportaciones de bienes descendieron más del 14 por ciento. El comercio de servicios en la Argentina es deficitario (más de 3.000 millones de dólares de déficit en cada uno de los últimos tres años). Pero la Argentina tiene en esta materia (venta internacional de servicios) una posición en la región que es mejor que la que tiene como exportador de bienes (mientras es en la región el quinto exportador de mercancías detrás de Brasil, México, Venezuela y Chile; es el tercer exportador de servicios en la región, detrás de Brasil y México). Un entorno macroeconómico más adecuado y una dinámica estrategia de negociaciones económicas internacionales que incluya los servicios como aspecto relevante en una apertura de mercados sumada a una eficiente promoción comercial internacional debería dar a la Argentina buenos resultados, en la medida en que cuenta con factores de potencial en la materia (como, por ejemplo, recursos humanos calificados, estándares tecnológicos elevados, y presencia de empresas internacionales en el país).
(*) Director de la Consultora DNI y Especialista en Negocios Internacionales
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