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Deny: diálogo musical “a los gritos”

Por Daniela Barreiro.- Esta noche a las 22 en Willie Dixon, junto a los locales de Renacer del Tiempo, Discarne y Between the Fallen.


dixon-dentroEn el diálogo entre el punk, el hardcore, el metal y elementos electrónicos y a través de la incorporación de desgarradores gritos dentro de la vocalización de los temas, surgió el post-hardcore. El género gozó de diversas etapas y exponentes, en su mayoría provenientes de los Estados Unidos y, desde hace ya algunos años, comenzó a formar parte de la escena under Latinoamericana, sobre todo en Argentina. Dentro de sus principales exponentes en el país figura Deny, una banda oriunda de Buenos Aires que llegará a Rosario para despedir su último disco titulado Reino de tormentas y repasar La Distancia, el primero. El recital, que tendrá lugar esta noche, a partir de las 22, en Willie Dixon (Suipacha y Güemes), también contará con la presencia de créditos locales del género como Renacer del Tiempo, Discarne y Between The Fallen.

Desconocido por muchos por “ser un género muy joven”, el post-hardcore “es una propuesta con una capacidad de metamorfosis muy amplia; hay muchas bandas que son sólo instrumentales; otras pasan por climas más tranquilos que de repente se vuelven muy conflictivos; hay bandas que contienen elementos electrónicos y sonidos muy extremos de metal, otras que son más clásicas pero generalmente lo que más llama la atención, lo que es común a todas es la voz, los gritos”. Nazareno Antolini es el cantante de Deny o, mejor dicho, “el gritón del grupo”, como se autodenomina entre risas, y quien se dispuso a relatar los pormenores del género que “recién ahora se está dando a conocer en Latinoamérica”.

“Nosotros vivimos un cambio muy grande”, dice en referencia a los shows: “Pasamos de hacer presentaciones ante seis o siete personas a presentarnos ante más de 5 mil”. Y sí, lo que pasó fue que desde sus inicios en 2007 hasta la actualidad la escena registró un gran crecimiento, sobre todo, según señaló Antolini, en Buenos Aires, Rosario, Córdoba y varias localidades del sur del país.

Pero el “sentir” post-hardcore no sólo queda en las bandas, en lo musical. “Hay toda una movida alrededor que incluye gente que creció con nosotros, diseñadores, iluminadores, eso hace que haya un circuito mucho más grande”, dijo, mientras que confesó: “Lo que me gusta y creo que llama la atención a chicos de nuestra edad es la fusión de lo melódico con lo pesado, el hecho de que se pasa por diferentes climas contando distintas historias, abarcando cuestiones sociales, personales y emocionales con un contraste muy fuerte generado por los gritos sobre las voces melódicas. Encontrás un cable a tierra, los shows son un lugar donde descargarte. Yo soy bastante tranquilo, entonces lo vivo como algo liberador”.

Dentro de esa liberación que señala el vocalista de la agrupación que también integran Joaquín Ortega (guitarra), Miguel Mateos (guitarra), Juan Pablo Uberti (bajo y voz) y Agustín Dupuis (batería y percusión) vive los recitales como algo horizontal, como una vivencia particular tanto del público como de la banda, sin disparidades. “Es tener otra relación con lo que te rodea; entre el público y el artista hay solamente una separación física, después somos todos iguales, nos pasan las mismas cosas. Hay que tener conciencia de que la música no se genera de un solo lado sino que somos muchas personas las que vamos a hacer que eso funcione”.

“El género no, pero los gritos existen desde los años 80”, aclara sobre una de las características del post-hardcore, esa que más llama la atención a los distraídos. “Había muchas bandas de hardcore que ya gritaban pero ahora está más aceptado y no en los grupos más marginales o las tribus urbanas: esa etiqueta que siempre se le quiso poner a los pibes que escuchaban bandas raras. Los gritos tienen que ver con que los chicos más chicos tienen muchas cosas que decir, a veces incluso parecen hasta más sabios. Cuando vas creciendo y aprendiendo cosas vas incorporando un montón de estereotipos o adquiriendo prejuicios, entonces la energía de los más chicos te abruma. Creo que el grito es eso, el llamado de los más jóvenes, la manera de describir todo lo que está pasando, lo que ves en tu casa, en la sociedad, en el colectivo. No es un enojo sino un llamado de atención”, analizó.

“Lo que hago tiene diferentes facetas –aclaró–; los gritos no son algo que expresa violencia sino que van llevándote a diferentes lugares: de reflexión, felicidad y, claro, también de enojo. ¿Por qué el grito está relacionado con la violencia, si en el momento en el que nacés gritas? Es poder contar lo que te pasa desde otro lugar y desde otra perspectiva”.

“Como el cantante o «el gritón de la banda» desarrollé una personalidad o un personaje en el escenario que no es normal, que no es lo que se espera. Entonces rompo con algunos prejuicios: hay gente que nunca había escuchado gritos y de repente va a ver qué es y le gusta. Es algo de lo que no te podés escapar, no podés dejar de mirar a alguien que te está gritando. Trato de que la gente le preste atención no solamente a mi banda sino a todas las bandas en los shows. Está buenísimo cuando podés ir hacia el que está distraído y gritarle, hacerle notar que tenés algo que decir y que él seguramente también tiene algo para decir, pedirles que se sumen a ese colectivo porque el show es un ritual, es un contrato entre la gente que compra la entrada y la que está arriba del escenario”.

Puntualmente, sobre Deny Antolini adelantó que están trabajando en un nuevo disco, un material cuyo corte, “Un año más”, ya está circulando en las redes introduciendo nuevos matices al repertorio de la agrupación: “El sonido va evolucionando, cambiando. Este disco no deja de pertenecer al género pero es un poco más escuchable para el que no lo conoce; sigue teniendo gritos pero siento que lo que logramos es mucho más fácil de digerir en cuanto a letras y a nivel sonido. Eso no pasa porque lo hayamos decidido sino porque uno se va poniendo más grande y va apuntando a diferentes cosas, va queriendo trasmitir otras cosas, experimentando diferentes facetas”.

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