Ciudad

Denuncian que fumigación afecta a escuelas rurales

Por Laura Hintze. Así lo sostienen desde el Centro de Protección a la Naturaleza. Desde la provincia realizarán inspecciones.

El Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat), miembro de la campaña “Paren de Fumigarnos”, denunció que la “lluvia” de agrotóxicos  ya ha llegado a escasas distancias de las escuelas rurales de la provincia. “Hemos recibido numerosos llamados de docentes, padres y vecinos preocupados por esta situación, por eso decidimos hacerlo público”, explicó Carlos Manessi, presidente del Cepronat. Según afirmó Manessi, de las 800 escuelas rurales que hay en la provincia, el 95 por ciento se ve afectado por estas prácticas que no son para nada novedosas. Desde el Ministerio de Producción de la provincia afirmaron no tener ningún tipo de denuncias registradas, pero que, a partir de haber recibido estas notificaciones, recorrerán las escuelas rurales de la provincia para constatar los hechos.  

“Hace mucho que desde el Centro, venimos siguiendo el tema. Pero decidimos hacerlo público cuando nos empezaron a llegar denuncias concretas”, dijo Manessi. “Las fumigaciones impactan en las escuelas rurales porque están rodeadas de campos de soja. Algunas se han hecho hasta a 15 metros de distancia”. Las escuelas rurales primarias Villa Amelia (cercana a Rosario), Paraje El Mataco (cercano a La Rubia); Almafuerte, de Paraje El Ombú (cercano a Arroyo Seco), son sólo una muestra de lo que sucede con las más de 800 escuelas rurales de la provincia. El último ejemplo fue, además, una de las denuncias más contundentes que se recibieron: “Fumigaban a diez metros de la escuela a las once de la mañana, el horario del recreo”.  

Si bien Manessi advirtió que aún no han recibido información sobre algún síntoma concreto, resaltó que estos son temas muy difíciles de tratar, ya que hay muchos intereses en juego. Así como el campo es sinónimo de mucho dinero para algunos, también lo es de trabajo para muchos más, en estos casos, los padres de los chicos que asisten a las escuelas fumigadas. “Muchos son jornaleros o peones de campo, y no realizan las denuncias por miedo a perder su fuente de trabajo”, explicó Manessi.

Además de realizar la denuncia pública, el Cepronat ya ha pedido formalmente al gobierno provincial que determine, para toda la provincia, una zona de exclusión de fumigaciones con cualquier tipo de producto químico, de 800 metros para las pulverizaciones terrestres y de 1.500 metros para las aplicaciones aéreas, tal como lo ha establecido el reciente fallo del Juez Tristán Martínez, del Juzgado Civil y Comercial de San Jorge. En octubre de 2010 se entregó al gobernador Hermes Binner un documento con 20 mil firmas pidiendo que dicho fallo se extienda a todas las localidades y municipios de Santa Fe, pero Manessi manifestó no haber recibido respuesta alguna. “Queremos que el fallo de San Jorge, que está muy firme, sea para todos”.

Asimismo, piden que se establezca, en forma preventiva, “un área de protección de 500 metros, como mínimo, alrededor de los establecimientos educativos, de parques industriales, de complejos deportivos y recreativos, de zonas de interés turístico, barrios privados y caseríos, áreas naturales protegidas, ríos, arroyos, lagunas y humedales”. 

“Los agrotóxicos, además de eliminar algunas supuestas especies plaga, contaminar y simplificar la fauna edáfica, hacer perder calidad al agua subterránea y convertir a las aguas superficiales en cámaras de tortura para la ictiofauna, eliminan neuronas, generan problemas a nivel endócrino, potencian enfermedades respiratorias y disparan las estadísticas de abortos, malformaciones y cáncer”. Para Manessi, los agrotóxicos, y en especial el glifosato, no son otra cosa que “veneno”. “Las corporaciones que los fabrican dicen que no son tan venenosos, pero ya hay suficientes estudios y muertos como para demostrar que sí. Hay que hablar en estos términos porque es la verdad. Son productos diseñados para matar; matar plantas, insectos y hasta pueden matar seres humanos”.

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