Ciudad

Experiencia única

Cuidacoches y hospital: una alianza que beneficia a todos

La cooperadora del centro de salud Alberdi y trabajadores informales de La Florida llevan 11 años juntos sin conflictos.


La avenida Carrasco desde Puccio y hasta Costa Alta es un tramo donde una problemática pasa a ser múltiples soluciones. Un grupo de 35 cuidacoches trabaja en la zona de La Florida asociado con la cooperadora del hospital Alberdi (avenida Puccio 575).

El precio del estacionamiento es de 15 pesos y se divide mitad y mitad: una parte para el cuidador, otra igual para la cooperadora. La asociación funciona desde 2004 y su encargada, Daniela Di Filippo, también empleada administrativa del hospital, considera que es una experiencia que dignifica y debería replicarse en otros sectores de la ciudad y en beneficio de las instituciones sociales.

El acuerdo entre los cuidacoches y el hospital Alberdi comenzó en 2004, cuando, a través de un decreto del Concejo Municipal y las gestiones de la entonces presidenta de la cooperadora, Olga Masserola, se cedieron las playas de estacionamiento a la cooperadora del centro de salud. Cada lugar para estacionar estaba, en ese momento, marcado simbólicamente. De tal árbol a tal árbol le correspondía a alguien, de una piedra a una columna a otro, como sucede en cada espacio público y de concurrencia masiva de Rosario. La mayoría de los cuidacoches de la avenida Carrasco nacieron en el hospital Alberdi y hasta ahora hacen uso de sus instalaciones: van a los consultorios, los laboratorios, la guardia, la farmacia. La asociación, entonces, no fue difícil de lograr. El trato fue mitad-mitad y, once años más tarde, sigue cumpliéndose al pie de la letra.

Daniela Di Filippo “bajó” para representar al hospital en 2005. La mujer es empleada del área de contaduría de la institución y árbitro de la Asociación de Hockey del Litoral.

Los sábados y domingos está de 8 a 20 en la avenida colaborando en este trabajo cooperativo. “No soy encargada, soy una compañera más”, aclara ella con un orgullo tal que llega a las lágrimas. Otros dos encargados, Juan y Ramón, la ayudan en la tarea, uno en cada punta del espacio en el que se cobra estacionamiento. Sin embargo, la única que maneja tickets y plata es ella. Y es la única reconocida por sus propios compañeros para hacerlo.

“Al principio había miedo. Hay mucho prejuicio con los cuidacoches. Pero uno aprende que es como todo: hay policías, periodistas, médicos buenos y malos. También sucede con los cuidacoches”, contó Di Filippo. Daniela tiene que lidiar todos los días con la mala imagen de quienes tienen esta suerte de changa. Acepta que en muchos lugares puede ser así, pero en su lugar y horario no. “En los once años que llevamos no tuvimos un inconveniente. Ellos tienen una remera, saben que representan al hospital y entonces son responsables”. El rol de Daniela también ayuda a abrir otras puertas. De la gente del barrio al hospital, también de la gente del barrio con la ciudadanía. Ella se sienta con más de un curioso a explicar la simple receta de un lugar con cuidacoches y sin inconvenientes.

Hay 35 personas anotadas para trabajar junto a la cooperadora del hospital. Los turnos van rotando. Muchos de ellos forman parte de una misma familia y les toca un día a cada uno. Los fines de semana son entre 12 y 14 personas trabajando. En la semana, la mitad.

Todos los cuidacoches son jóvenes, de entre 19 y 30 años. Di Filippo no habla de cuidar coches como un trabajo, sí de dignificar una ocupación, la única ante la falta de oportunidades: “Si alguien quiere cumplirme un deseo, es que me den puestos de trabajo para ellos”. Para ella, la prohibición del trabajo como cuidacoches sólo es legítima junto a una oferta laboral concreta.

Mientras tanto, la actividad en La Florida funciona y es única en la ciudad. “La experiencia puede replicarse en cualquier institución. La gente no tiene que cerrarse. Yo estoy contentísima. No tengo respuesta de por qué ayudan al hospital pero me sorprende mucho la mano que dan. Ellos y yo cambiamos mucho. Hoy haría esto gratis, todo por no dejarlos solos”.

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