Mendoza fue la tribuna elegida por Cristina de Kirchner para hablar sobre los trabajadores en momentos donde la relación con la CGT está en un punto tenso.
Si bien no respondió directamente a Hugo Moyano se dirigió a los trabajadores para reiterarles que se ocupará “incansablemente” de “mejorar las condiciones” laborales.
Además destacó la media sanción a leyes en Diputados y adelantó que pedirá la extradición a Chile del juez destituido Otilio Romano.
“Trabajadores: sin ustedes no se puede hacer nada en ninguna parte; capital y trabajo es la articulación perfecta para que un país pueda crecer y fundamentalmente incluir a todos los argentinos”, reflexionó Cristina, en el inicio de su discurso en una planta vitivinocola, el concepto lo reiteró minutos después en la terminal de micros de San Rafael donde agregó que es la Presidente que “vino a unir a los argentinos” y que “trabajará incansablemente para lograr mayor cantidad de trabajo”.
Cristina agradeció el “apoyo recibido no a esta Presidenta sino a un modelo de país y de Nación, que privilegia la industria, el trabajo, el mercado interno, los derechos de los trabajadores y los derechos del empresariado nacional”.
Además destacó como “pilar” de su gobierno el “respeto irrestricto a los derechos humanos” y reivindicó el rol de los trabajadores al afirmar que sin ellos “no se puede hacer nada en ninguna parte”.
La jefa de Estado participó en San Rafael, Mendoza, del acto de inauguración de la ampliación de la planta de bodegas Bianchi, para lo cual la empresa invirtió 45 millones de pesos. Allí, remarcó que con su proyecto “nacional, popular y democrático tiene por objetivo el crecimiento, pero no para cualquier cosa, sino para incluir a todos los argentinos y generar educación, salud y mejor calidad de vida para todos”.
Junto a ella, en la planta Bianchi, se ubicaron la ministra de Industria, Débora Giorgi; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; y de Agricultura, Norberto Yahuar; entre otros funcionarios.
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