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Barrio Ludueña

Confuso caso dejó un “abatido”

Ayer por la tarde Marcelo Joaquín Cañete fue baleado por la Policía. Vecinos aseguran que no estaba armado e incluso afirmaron que le pegaron un solo balazo. Llegó al Heca muerto, con cinco disparos.


Marcelo Joaquín Cañete tenía 36 años. En Ludueña lo conocían muchos, ya que era el remisero del barrio. Anoche, en la calle, familiares y vecinos esperaban noticias. Es que según contaron, a las dos y media de la tarde se lo llevó la Policía con un balazo en la pierna. Por eso cuando este diario rastreaba en la zona alguna información sobre el hombre “abatido en un enfrentamiento” tal como aseguraba el parte policial, no creían que se tratara del mismo hecho. Pero era el mismo. Marcelo discutió con unos vecinos, llegó la Policía, lo corrió y lo baleó. Hasta ahí el relato de los vecinos. Lo que no quedaba claro es qué pasó en las dos horas que tardó el móvil en llegar al Heca y de dónde salieron los cuatro balazos más de los que habla el parte policial. Ayer a la noche, la única información oficial que pudo encontrar este diario fue el escueto comentario de un “abatido” con cinco balazos.

A las siete de la tarde de ayer ya era de noche en barrio Ludueña. Pese al frío, los vecinos de Pasaje Einstein al 6200 (altura Vélez Sarfield) seguían en la vereda consternados por lo ocurrido un par de horas antes, cuando dos patrulleros corrían a los tiros al remisero, de 36 años, que cayó herido a metros de su casa. “Después de que se lo llevaron detenido la cuadra se llenó de policías que reprimieron a varios vecinos”, dijo una mujer que junto a otras personas habían observado el final de la persecución y preguntaron por la suerte del remisero. Fue así que se enteraron que el remisero estaba muerto de cinco balas policiales y el enojo con el que relataban el accionar de los uniformados se transformó en un llanto colectivo. Con el hermetismo que caracteriza estos casos, la Policía sólo informó que Marcelo Cañete, de 36 años, había sido “abatido en un enfrentamiento” en Pasaje Einstein al 6200, donde tiene jurisdicción la seccional 12ª; y que ingresó al Heca a las 16.30 con cinco balazos, dos en el tórax, dos en el muslo y otro en el hemitórax. “De acá se lo llevaron vivo a las 14.30 con un disparo en la pierna, cómo puede ser que ingresó muerto al hospital a las 16.30 con cinco balazos”, dijeron vecinos de Marcelo Cañete, quien vivía con su mamá, su esposa y un hijo de tres años. “Era un padre ejemplar, trabajaba en una remisería y hacía changas de albañil”, dijeron.

La noticia de su muerte corrió como pólvora en el barrio y nadie lo podía creer. “La Policía está matando pibes a lo loco, hoy se escucharon más de 50 disparos”, dijo un grupo de jóvenes reunidos en una esquina del barrio.

Luego aparecieron familiares del hombre asesinado que no podían creer lo que ocurría. Es que nadie se acercó a informarles que el hombre había muerto. Se enteraron con la llegada de este diario al lugar. Al reconstruir los hechos que precedieron a la muerte, los familiares relataron: “Sabemos que Marcelo discutió con un chicos de acá a la vuelta porque tiempo atrás lo habían golpeado entre dos para robarle la bicicleta. Después se puso a discutir con el padre de esos pibes y llegó el Comando que sin dar la voz de alto le empezó a disparar. Marcelo corrió aterrado poco más de una cuadra y llegó hasta la puerta de su casa, donde le dieron en una pierna y quedó con las manos en alto enganchado en un alambrado. Ahí le dispararon y se lo llevaron con un tiro en la pierna”, relató un familiar del hombre ultimado quien aseguró que no hubo “ninguna situación” de robo: “Ahora lo van a querer ensuciar. Y te puedo asegurar que en los últimos diez años Marcelo fue un padre y un trabajador ejemplar. Estuvo preso una sola vez, en 2005, por un hecho menor y nunca más en la vida tuvo un problema con la ley”.

La causa es investigada por el fiscal  Miguel Moreno.

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