La Justicia platense condenó a nueve años y medio de prisión a un joven juzgado por arrojar la bengala que en abril de 2011 mató a otro espectador durante un recital del grupo de rock La Renga en La Plata.
El tribunal encontró a Iván Fontán culpable del delito de “homicidio simple con dolo eventual”, es decir que debió representarse que con su accionar podía causar una muerte.
El fallo fue emitido ayer por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 2 de La Plata, integrado por los jueces Silvia Hoerr, Liliana Torrisi y Claudio Bernard, un día después de que la fiscal Silvana Langone pidiera 20 años de prisión para Fontán, de 27 años, por la muerte de Miguel Ramírez, de 32.
En tanto, el abogado de Fontán, Gustavo Avellaneda, había solicitado la “absolución” para su defendido al entender que no estaba acreditado en la causa que la bengala que arrojó su cliente fue la que mató a Ramírez.
Fontán llegó al final del juicio en libertad, por lo que se dispuso su arresto tras la lectura del fallo.
Liliana Sqatrito, la madre del hombre fallecido, cuestionó la actitud de Fontán, para luego agregar: “Es un cobarde porque no vino a dar la cara”.
“Por lo menos hubiese venido a pedir disculpas a los padres e hijos de Miguel. Ni él ni su madre se presentaron en la audiencia de hoy”, indicó.
Asimismo, la mujer dijo que aceptaba el fallo ya que está de acuerdo con “la Justicia”, pero señaló que “hay otra justicia que no lo va a dejar dormir” a Fontán.
“Tendrían que haberlo condenado por la muerte de Eduardo, el hermano de 34 años que se suicidó porque no podía soportar la partida de Miguel. Ahora me quedaron cinco nietitos sin padre”, expresó la mujer.
El hecho se produjo el 30 de abril de 2011, cerca de las 22, durante el recital ofrecido por La Renga en el Autódromo Roberto Mouras, de La Plata.
La bengala arrojada por Fontán impactó, de acuerdo a informes forenses, en “la zona cervical y le fracturó el maxilar inferior derecho y la primera costilla, lo que le ocasionó la muerte” a Ramírez, quien murió tras permanecer internado durante una semana en el Hospital de Melchor Romero.
Fontán había sido detenido, pero luego fue liberado por la Cámara Penal, que consideró que las pruebas eran insuficientes.
El acusado siempre admitió en el proceso que él arrojó una bengala, aunque alegó que no podía saber si fue la que impactó en Ramírez, porque fueron varios los objetos pirotécnicos que lanzó el público en esa oportunidad.
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