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Una buena

Con futuro incierto, vuelve el trabajo a la fábrica Mefro Wheels

“La única posibilidad de sobrevivir es tener la fábrica abierta. Lo único que podemos hacer es aguantar, trabajar y producir”.


“Este es un día de festejo: el lunes empezamos a trabajar de nuevo”. La euforia de los 170 trabajadores de Mefro Wheels llegó este jueves por la tarde después de 10 días afuera de la fábrica de llantas ubicada en Ovidio Lagos al 4400, cuando en asamblea votaron aceptar la propuesta discutida horas antes con los representantes de la empresa, de la Unión Obrera Metalúrgica y del Ministerio de Trabajo provincial. La decisión no fue fácil. Ante un panorama que muchos pintan como desalentador por el traspaso de la compañía a una empresa de capitales alemanes –que hasta ahora estuvo completamente ausente en las negociaciones–, los operarios decidieron dejar de lado el sueldo que debían cobrar y que el dinero sea invertido en materiales para volver a poner a la planta en acción.

El 2 de enero los trabajadores de la fábrica de llantas Mefro Wheels fueron desafectados de sus tareas. Los 170 empleados de la firma alemana se anoticiaron de la situación al llegar a la planta, cuando el gerente general les informó que no podían ingresar porque no había materias primas para trabajar. Desde ese día decidieron actuar con cautela y, sin medidas de fuerza, custodiaron la puerta de la empresa día y noche con el fin de que nadie se lleve las maquinarias, únicas garantías de la continuidad laboral.

El cese de actividades se dio en el marco del reciente traspaso de la compañía a las manos de una empresa, también alemana, dedicada a reestructuración financiera y que, incluso, fue asociada a los fondos buitres. Tres meses antes, la Unión Obrera Metalúrgica había denunciado una situación de autovaciamiento ya que corría la sospecha de que la empresa matriz alemana estaba vendiendo llantas directamente a las terminales argentinas, principales clientes de Mefro Wheels. En ese momento, el titular del gremio de Rosario, Antonio Donello, solicitó al gobierno nacional que prohíba la importación e indicó que, de no revertirse la situación, la planta rosarina sería la empresa más grande de su tipo en riesgo de cerrar sus puertas.

Desde que se dio el traspaso, no hubo un desembarco de la nueva compañía en Rosario. La gerencia y los cargos jerárquicos continuaron en las mismas manos y se mostraron dispuestos al diálogo en todas las audiencias en el Ministerio de Trabajo. Pero en estos casos la voluntad no es suficiente. “Hablamos con una línea ejecutiva que tiene sus facultades y asume sus compromisos, pero que para cuestiones de fondo no puede decidir porque la compañía tiene un dueño que no se ha presentado formalmente”, dijo el ministro de Trabajo, Julio Genesini, a El Ciudadano.

Es que una de las posibles salidas a la crisis que atraviesa la planta que se discutió estas semanas fue el otorgamiento de una línea de crédito a través del gobierno provincial. Con esos fondos, la compañía podía comprar los materiales para empezar a producir de nuevo y pagar el sueldo adeudado de la segunda quincena de diciembre. Sin embargo, este martes desde los ministerios de Producción y Trabajo, sostuvieron que, si bien había voluntad de ayudar a la empresa como se viene realizando con otros sectores productivos en crisis, no había ninguna garantía al no haber ninguna empresa. De esta manera, enviaron una carta a la firma que figura como la nueva dueña solicitando que se presenten formalmente y garanticen la continuidad de 170 los puestos de trabajo.

Ayer, luego de una semana de reuniones diarias entre la UOM, el Estado y la gerencia, llegó la segunda audiencia en la sede del Ministerio de Trabajo local. En la discusión el gobierno provincial y el gremio propusieron entregar una suma de 5 mil pesos a cada trabajador (4 mil por parte de los ministerios de Producción y Trabajo y mil por la UOM). En tanto, el concejal Eduardo Tonioli prometió la entrega de bolsones de alimentos. Por la parte empresarial, se comprometieron a destinar los escasos fondos disponibles a la compra de las materias primas para que este lunes vuelvan a encenderse las máquinas.

Horas después y en una masiva asamblea en la planta de Lagos al 4400, los operarios de Mefro Wheels votaron la aceptación de la oferta. La decisión no fue fácil ni gratuita. “Los trabajadores sacrificamos nuestro sueldo para poner la planta en funcionamiento. Decidimos renunciar a la plata con la que nos tenían que pagar la segunda quincena de diciembre para que se compren los materiales”, explicó el delegado gremial Miguel Valentino.

Y sostuvo que el acuerdo incluye que tres operarios que fueron votados ayer en asamblea se conviertan en veedores, garantizando que la gerencia “haga lo correcto”. Además, cada decisión que se tome deberá ser consensuada con los trabajadores, la UOM y el gobierno provincial.

“Hoy es un día de festejo. Es un día muy, muy importante”, dijo Valentino eufórico. Es que, después de diez días de angustia, el lunes los 170 operarios volverán a encender las máquinas: “El lunes empezamos a trabajar de 6 a 14.30 hasta que podamos hacer los dos turnos. La única posibilidad de sobrevivir que tenemos es tener la fábrica abierta. Lo único que podemos hacer es aguantar, trabajar y producir”.

Reunión con el embajador alemán

El ministro de Trabajo provincial, Julio Genesini, sostuvo que en el día de hoy se concretará una reunión entre su cartera, la de Producción a cargo de Luís Contigiani y dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica de Rosario con el embajador de Alemania. El fin del encuentro es que el representante del país anglosajón aporte información sobre la firma Wolf Waschkuhn, que figura en los papeles como la nueva dueña de la fábrica de llantas Mefro Wheels. “Queremos tener un panorama más claro en relación a los adquirentes de la planta. Mefro Wheels. Tiene un directorio, ejecutivos que están a cargo, que pueden operar la empresa pero plantean que no tienen recursos suficientes y cuestiones que no pueden decidir. Y por otro lado, está esta firma financiera que no ha revocado el directorio ni la línea gerencial pero que tampoco compareció”, dijo Genesini.

“Queremos encontrarnos con gente que tenga interés en dar continuidad a la empresa, porque si no las posibilidades de contribuir o ayudar desde el Estado son inviables”, explicó el ministro, y agregó: “Estamos hablando de una fábrica con alta demanda de trabajo. El año pasado se produjeron 300 mil llantas, este año hay pedido por 600 mil más. Trabajo hay, lo que es necesario es un escenario de mayor certidumbre. Pero, mientras tanto, entendimos que lo importante es mantener la fábrica produciendo”, finalizó el funcionario.

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