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En el día del maestro reprobó en Liniers

Central sacó un aplazo

El Fortín fue justo vencedor: se impuso 2 a 0. La endeblez defensiva fue el mayor defecto del equipo de Coudet.


En el día del maestro, Central se sacó un aplazo en Liniers y perdió sin atenuantes ante Vélez por 2-0. La baja producción auriazul de ayer se puede entender desde varias razones. Entre las destacadas aparecen dos: los gruesos errores defensivos cometidos, individuales y colectivos; y las desconcentraciones, especialmente las que se dieron en los arranques de cada etapa.

Golpeando en momentos claves del encuentro, los dirigidos por Bassedas fueron justos vencedores. Además, contaron con el eficaz Pavone, autor de los dos tantos, como abanderado del inobjetable triunfo.

El Central del segundo semestre de este 2016 perdió, entre otras cosas, solvencia defensiva. Las bajas definitivas de Donatti y Álvarez, y la parcial de Pinola, que se repone de una fractura, se sienten demasiado. Al menos hasta ahora sus reemplazantes no estuvieron a la altura de las necesidades. Y una de las consecuencias de esta situación es la inseguridad defensiva que trasmite el equipo.

Ayer, lo del Canalla fue más endeble aún que lo realizado hace 10 días ante Atlético de Rafaela por Copa Argentina. Los problemas de retroceso, y la falta de cobertura de espacios en campo propio, son otros dos defectos que potencian la sensación de inseguridad que emite hoy el equipo del Chacho.

A los problemas propios, se sumó ayer que el Canalla enfrentó a un rival que supo sacar provecho de sus momentos en el partido. Vélez golpeó en cada inicio de etapa. Y el segundo gol, al minuto de juego del complemento, sacudió demasiado a los auriazules. Y la expulsión de Salazar antes de los 10 complicó en exceso el escenario.

Con sus limitaciones futbolísticas a cuestas, Vélez fue más. Sólo pasó algunos sobresaltos en los últimos 20 del primer tiempo pero allí sobresalió la figura del arquero Alan Aguerre.

El arranque de Central en el torneo de Primera División está lejos del ideal y el concepto comprende tanto la baja sumatoria de puntos (1 sobre 6 posibles) como el deficiente funcionamiento del equipo. Acostumbrado al protagonismo, la actualidad futbolística auriazul tiene poco que ver con lo hecho en el pasado reciente.

¿La buena noticia? El campeonato recién comienza, y hay tiempo de sobra para sumar trabajo que permita recuperar la memoria y, fundamentalmente, solidez defensiva.

El DT bajo la lupa

Eduardo Coudet. Su equipo sigue trasmitiendo la misma sensación de inseguridad defensiva que mostró en el partido por la Copa Argentina frente a Atlético de Rafaela. A eso se le sumó un nuevo defecto: salir a la cancha desconcentrado, lo que ayer le costó un gol en cada inicio. Sus dirigidos se muestran en este arranque muy por debajo de lo hecho en el semestre pasado.

El pito

Fernando Echenique. Si bien no cometió errores determinantes le faltó personalidad para dirigir el partido de ayer. Aunque cortó demasiado el juego, los jugadores tampoco ayudaron. Casi nunca otorgó la ley de ventaja. Y si bien mostró varias amarillas se guardó alguna. Sí acertó en expulsar a Víctor Salazar por un golpe en el rosto al goleador de la tarde, Mariano Pavone.

El dato

334 son los minutos que acumula Central sin convertir un gol jugando como visitante por el torneo local. El último fue obra de Marco Ruben, de penal, en la derrota con San Lorenzo (1-2), el pasado 17 de abril. También acumula 10 partidos sin ganar jugando por el torneo argentino. La última victoria fue el 21 de marzo ante Colón (1-0).

Uno por uno canalla

Sosa (6): dos tremendas tapadas en los primeros 10 minutos, ambas ante Maximiliano Romero. Nada que hacer en los goles de Mariano Pavone.

Salazar (2): en el arranque, perdió el duelo con Díaz. Lo amonestaron por una entrada a destiempo y vio roja directa en el inicio del complemento por una agresión a Pavone.

Burgos (3): inseguro en cada intervención. Otro que vio la amarilla por una torpeza. En uno de sus yerros, casi lesiona a Damián Musto. Se ganó el cambio en el complemento.

Torsiglieri (2): impresentable yerro en el primer gol de Vélez. Quedó sin reacción en el segundo. Flojísimo.

Villagra (5): otra vez, con poco, fue el mejor de la última línea. Inclusive cuando cumplió el rol de marcador central.

Montoya (4): poca puntería en la ejecución de la pelota detenida. Buena asistencia para Fernández en un acción clara de gol que salvó Aguerre.

Musto (4): dicen que el fútbol es contagio. Tal vez eso pueda explicar algunas imprecisiones poco habituales del volante. Por momentos se lo vio nervioso producto de la impotencia que generaba el rendimiento del equipo.

L. Fernández (4,5): incansable por el carril. Perdió una chance clara en el primer tiempo, casi mano a mano con Aguerre. Recuperó y sin cometer faltas.

Lo Celso (4,5): gran pase gol filtrado a Ruben, que perdió ante Aguerre. Participativo en el primer tiempo, le costó más cuando el equipo quedó con uno menos.

Herrera (4): lo suyo se consumió en la batalla con sus marcadores. No logró generar peligro y casi ni se asoció con Lo Celso y Ruben.

Ruben (4): no siempre se puede ser infalible. Perdió un cara a cara con Aguerre con el partido 0-1. Peleó mucho, ganó poco.

Camacho (-): a partir de su gambeta generó infracciones de sus marcadores. Y un disparo suyo pudo ser el descuento. De todos modos, no pesó demasiado.

Bordagaray (-): livianito. Le quedaron dos pelotas delante del arco. Aunque en una estaba inhabilitado. En la otra cabeceó a las manos del arquero Alan Aguerre.

 

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