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Casi un millar de postulantes va por una banca en el Concejo

En las Paso de hoy compiten 40 listas por dentro de una docena de fuerzas. Entre titulares y suplentes suman 920 precandidatos.


Un total de doce fuerzas políticas que presentan precandidatos para cubrir quince bancas de concejales se medirán hoy entre sí en la antesala de las generales del 14 de junio, aunque la pelea central de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) en dirección al Palacio Vasallo se dará hacia el interior de cada partido, frente o alianza. Es que precisamente en eso consisten los comicios de hoy: cada una de las fuerzas abre la competencia por adentro, y sólo en menos de la mitad, cinco en total, se conformó lista única. En las otras siete pulsearán dos, tres, cuatro y más nóminas. Tanto más, que en total competirán cuarenta listas, cada una con sus quince titulares –cada lista presenta el mismo número de aspirantes que bancas a ocupar– más ocho suplentes, lo que resulta en 920 postulantes –600 titulares y 320 suplentes– en un promedio de más de 61 precandidatos por cada cargo a cubrir.

Semejante cifra encuentra raíz principalmente en dos fuerzas que están entre los interbloques más numerosos del Concejo Municipal. En una de ellas, el Frente Justicialista para la Victoria, que agrupa al peronismo kirchnerista, el Partido del Progreso Social y Nuevo Encuentro entre otras fuerzas –incluyendo sectores peronistas no kirchneristas– se presenta una docena de nóminas diferentes. Aunque el escrutinio determinará cuántas y cuáles de ellas llegan a las primarias de hoy como listas testimoniales, lo cierto es que la fuerza alineada con el oficialismo nacional suma 276 postulantes, poco menos de la tercera parte del total.

Apenas un par de escalones por detrás le sigue el oficialismo provincial y local: el Frente Progresista Cívico y Social abre juego para nueve listas diferentes. En ellas se expresan las fuerzas políticas que forman parte de la alianza encabezada por el Partido Socialista y –no toda– la Unión Cívica Radical, junto al GEN, el Partido Demócrata Progresista, el ARI-Coalición Cívica y otras fuerzas. El total marca una presencia de más de dos centenares de candidatos –exactamente 207– contabilizando titulares y suplentes.

Está bien que en ambas grandes trincheras la puja es por cómo quedará integrada la lista definitiva de postulantes, y que para esa instancia se crearon, precisamente, las Paso, y también que muchas listas representan a sectores que conformaron nóminas aparte al no considerar satisfechas sus demandas en la negociación para conformar las listas principales. Pero de igual modo es cierto que sólo dos grandes alianzas de la ciudad explican 21 listas distintas para concejales, cuando al final, en las generales del 14 de junio, ninguna alcanzaría a obtener –y se consideraría un batacazo si lo hicieran– la mitad de los cargos en disputa, es decir, siete u ocho bancas.

En tanto, otro frente que se perfilará como gran actor –tanto en las Paso como en los comicios definitivos– parece haber atravesado un proceso de negociaciones menos áspero o un disciplinamiento más riguroso. Al margen de cómo haya sido la puja interna para ordenar a los aspirantes, lo cierto es que Unión PRO Federal de Rosario, que a escala nacional tributa a Mauricio Macri, llega con lista única para el Concejo Municipal, por lo que los precandidatos de hoy serán los candidatos de junio.

Entre ambos extremos las ofertas abren un arco variado. Así, hay cinco fuerzas en total en las que se presenta una sola lista; dos en las que se anotaron dos; otras dos en las que compiten tres nóminas, y una sola en las que compiten cuatro boletas de precandidatos.

Por zurda, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores y el Frente Social y Popular, presentan lista única, al igual que el Movimiento Independiente Justicia y Dignidad, y la alianza Ciudad Futura.

En tanto en el Frente Renovador de la Esperanza, que a nivel nacional se alinea con Sergio Massa, al igual que el Partido Unión Celeste y Blanco, las listas que compiten son dos.

El Frente de la Cultura, la Educación y el Trabajo, que se conformó bajo el ala del líder cegestista Hugo Moyano, tendrá tres listas de precandidatos a concejales, al igual que la fuerza Es Posible.

En Unite por la Libertad y la Dignidad, que reúne a expresiones del ala derecha del peronismo, compiten cuatro listas.

Con todo, en cada una de las listas hay dirigentes políticos, gremiales, sociales y vecinales, cuyos rostros son ya conocidos por los rosarinos, hasta empresarios y profesionales destacados en sus ámbitos, pasando por estudiantes y militantes juveniles e incluso familiares de víctimas que nunca antes habían incursionado en la arena electoral. Las cabezas de lista son cuarenta nombres, entre los que en un repaso –parcializado– se pueden mencionar algunos.

Entre ellos, la lista del Frente de Izquierda y de los Trabajadores postula en primer lugar Virginia Grisolía, una joven estudiante de antropología y trabajadora de un call center, quien milita del Partido de los Trabajadores Socialistas.

Unión PRO Federal postula para concejal a Gabriel Chumpitaz, empresario que se presenta como consultor experto en seguridad.

En el Frente Social y Popular encabeza la lista Celeste Lepratti, la hermana del docente y militante social asesinado por balas policiales en el diciembre negro de 2001.

En tanto, en el vasto conglomerado del kirchnerismo compiten, entre otros, Sebastián Artola, investigador del Conicet y fundador de la agrupación Martín Fierro; la concejala Fernanda Gigliani, que integra un desprendimiento del Partido del Progreso Social de Héctor Tigre Cavallero; el actual titular de la Oficina Municipal del Consumidor Alberto Muñoz; el actual diputado provincial Eduardo Toniolli, miembro de Hijos, y el titular de la organización de consumidores Cesyac, Juan Marcos Aviano.

En el Frente Progresista Cívico y Social pulsean, entre otros, el ex edil, ex legislador y ex funcionario provincial socialista Horacio Ghirardi; el actual titular del Concejo, Miguel Zamarini, también del Partido Socialista; la actual concejala radical María Eugenia Schmuck, y el también edil y ex centrodelantero de Rosario Central Aldo Pedro Poy, del Partido Demócrata Progresista.

En el Frente Renovador de la Esperanza una de las listas está encabezada por el actual concejal Osvaldo Miatello, y en el Partido Unión Celeste y Blanco una nómina lleva al frente al ex concejal radical Pablo Cribioli.

El Partido Para la Ciudad Futura, del Movimiento Giros, postula a Juan Monteverde, y en el Frente de la Cultura, la Educación y el Trabajo encabeza una de las nóminas el ex concejal peronista Gustavo Gerosa, que compite con el abogado Víctor Ocariz y con el directivo del gremio de empleados de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc) Sergio Quiroga.

En Unite, la única fuerza que lleva cuatro nóminas volverá a intentar la pelea por una banca el empresario José Bonacci.

De los cacerolazos al doble voto

Los comicios de hoy determinarán cómo se conformarán las listas definitivas de candidatos a concejales para las generales del 14 de junio en siete de las doce fuerzas políticas que compiten, ya que cinco presentan lista única. Y de la pulseada definitiva saldrá la nueva composición del Concejo Municipal desde el próximo 10 de diciembre. Que será distinto al actual ya es un hecho: en el recambio de este año, once ediles que terminan mandato dejarán sus bancas –aunque siete de ellos buscan la reelección– pero entrarán quince. ¿La razón? Se completa la derogación de la ley 12065, más conocida como “ley Borgonovo” impulsada en 2002 por el entonces ministro de Gobierno de Carlos Reutemann Esteban Borgonovo. En medio de un tembladeral económico, social y político y bajo el asedio de cacerolazos y manifestaciones con la consigna: “Que se vayan todos”, la iniciativa buscó reducir el gasto político disminuyendo la cantidad de concejales de Rosario –y también de Santa Fe– que en el medio local pasaron de 42 a 22.

La norma, cuestionada por no haber logrado su objetivo –el cuerpo legislativo rosarino continuó funcionando con un presupuesto de casi dos puntos porcentuales del Presupuesto Municipal aunque tuviera menos ediles– y sobre todo por dejar sin chances a fuerzas políticas que expresaban a minorías –la cantidad de votos para obtener una banca pasó de unos 20 mil a cerca de 40 mil– fue reemplazada en 2010 por otra que habilitó el aumento del número de ediles para cincuenta ciudades según la cantidad de población de cada. Así Rosario y Santa Fe –municipios de primera categoría, con más de 200.000 habitantes– y municipios de segunda categoría –entre 10.001 y 200.000 habitantes– sumaron bancas.

En las elecciones de 2013, en el Concejo Municipal terminaron mandato once ediles pero ingresaron trece, y en las de este año saldrán los últimos once que concluyen su mandato de cuatro años, pero ingresarán quince. Es que para los dos mayores municipios la ley fija un piso de trece concejales a los que se suma uno por cada 50.000 habitantes. Aunque el procesamiento del Censo 2010 después marcaría que deberían ser más, el estimado para Rosario quedó en 28 ediles. Y también que la diferencia –seis concejales– se iría incorporando por mitades en los comicios siguientes. Pero con una salvedad: uno de los artículos de la nueva ley previó que, para que el cuerpo legislativo no quedara “constituido por un número impar” la renovación del número mayor de ediles se haría junto a la elección de intendente, es decir, este año.

La salvedad tiene su causa, y no es menor: en caso de votación dividida, y con asistencia total de los ediles, quien ocupe la presidencia del Concejo Municipal tiene la potestad de desempatar con doble voto. Lo cual, con una composición impar, sería imposible a menos que ocurrieran una o más ausencias, siempre de un número impar de ediles. Y el escenario de empate es más común de lo que se cree. En los últimos tiempos, por caso, se verificó casi todas las veces en un tema sensible como el precio del boleto del transporte urbano de pasajeros. El año pasado, sin ir más lejos, en las dos votaciones por la suba del boleto, en abril y en diciembre, hubo desempate por doble voto. Similar rumbo había tomado, en diciembre de 2011, la cesión de facultades al Ejecutivo municipal para aumentar el boleto. Y en ese mismo año, pero en julio, el aumento en los taxis también se había definido por doble voto.

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