Oculto entre las sombras del líder Boca, y los contendientes River y Racing. Agazapado. Listo para dar el zarpazo, sin que nadie lo note. Newell’s es el candidato olvidado a pelear el torneo. El que juega en horarios inusuales, el que nadie nombra. Casi ninguneado por propios y extraños. Pero está ahí. Molesto. A solo dos puntos de la cima. Sin que nadie pueda sacarlo de la zona alta de la tabla, aunque a veces ni siquiera lo mencionen.
La Lepra gana cuando el fixture le propone obligación de triunfo ante rivales de menor talla. No deslumbra, aunque a veces saca algo de magia, pero luce una solidez envidiable. Y por eso pudo sacarse de encima una parada incómoda como Aldosivi en Mar del Plata con un claro 3-0.
La holgura final del resultado no refleja con exactitud un trámite de partido realmente chivo. El equipo de Osella tuvo que transpirar un rato para asegurarse el triunfo. Sufrió frente a cada centro cruzado del rival, le costó tener el balón y falló con su goleador Ignacio Scocco, casi siempre implacable y que ayer tuvo la mira corrida.
Pero una vez más sacó chapa de equipo bravo. Muy serio a la hora de defender, donde se vuelve extremadamente solidario, con un Dominguez que parece agrandarse partido a partido, y por momentos parece impenetrable.
Y sin dudas sabe que en algún momento alguno de los integrantes del tridente mágico puede aparecer y resolver un partido de la nada. Como lo hicieron en forma conjunta en el primer gol, con Maxi como armador, Nacho de asistidor y el Gato de goleador. O en el segundo, donde otra vez Scocco habilitó a la Fiera, que dio cátedra de definición mano a mano en espacio cerrado.
No importa que no cobren. Ni la crisis económica que amenaza desde afuera. No parece asustarse en la adversidad. Tal vez porque tenga el lomo curtido de tanto golpe. Newell’s confía en su potencial. Osella tuvo el gran mérito de hacerle creer al equipo que se puede ir por más. Y el techo puede ser ir por todo. Aunque nadie lo vea. Porque es un candidato oculto.
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