Conocido en el hampa local como Gato, Luis Alberto Gastaminza, un policía de 55 años con pedido de captura y pasado a disponibilidad hace más de una década por una decena de delitos, entre ellos liderar una banda de uniformados que robaba viviendas en falsos allanamientos, fue detenido anteayer en zona oeste con un handy y credencial de la Policía. Según acusa su grueso prontuario, el Gato nunca quiso renunciar a su uniforme ni a los delitos que en su nombre cometía.
El sábado a la mañana, un patrullaje de rutina de la Sección Coordinación detuvo a un hombre que manipulaba un handy con frecuencia operativa del 911 en inmediaciones de 27 de Febrero al 5200. El hombre, de 55 años, no se resistió. Se identificó como empleado policial, brindó su nombre y apellido y mostró su billetera con el escudo de la Fuerza y la credencial que ostentaba jerarquía de sargento. Lo que no dijo fue que tenía un pedido de captura activo del Juzgado de Sentencia 4ª librado en julio de 2015 por extorsión, ni que había sido pasado a disponibilidad en 2004.
Mientras prestaba servicios fue acusado de cometer distintos delitos. Y después también. El primero que trascendió fue en 1998 en Junín por una causa federal que investigó su participación en una banda de falsificadores de moneda a nivel internacional.
En 2003 su nombre volvió a aparecer en los diarios vinculado a un oscuro hecho. En aquella oportunidad el Gato fue detenido junto con el cabo primero Ariel R. y el oficial Hugo B. de la subcomisaría 17ª de Ibarlucea, luego de que el trío secuestrara en el bar Victoria, de Oroño y Salta, a William Hid Ahmed, un financista que esperaba en ese momento que se presentara Esteban Miguel Rubattino, quien había acordado que en la cita le devolvería 22 mil dólares prestados, para “triplicarlos” mediante un proceso de falsificación química de esa moneda. En lugar de su deudor, Hid Ahmed se enfrentó con Gastaminza y sus secuaces que le enseñaron credenciales del ejército y lo llevaron en un auto sin identificación hasta la seccional de Ibarlucea, donde lo retuvieron entre diez y doce horas, lo golpearon y no dieron aviso a ninguna autoridad judicial. La causa recayó en Instrucción 6ª por estafa y amenazas.
Durante 2005 el ex agente fue detenido en un bar de Jujuy y Oroño junto a otros dos policías, acusado de extorsión. La víctima denunció que los tres detenidos lo habían parado días atrás en la calle y le dijeron que tenía que salir como testigo en un procedimiento de drogas. Pero, tras llevarlo a una vivienda lo amenazaron con un arma de fuego y le exigieron dinero a cambio de no fabricarle una causa por tráfico de estupefacientes. El comerciante accedió, pero días más tarde los policías le pidieron más dinero y los denunció. Cayeron presos en el mismo bar durante una entrega controlada de dinero.
A comienzos de 2008 fue detenido junto a un joven en otro oscuro hecho en zona oeste, cuando vecinos de Provincias Unidas al 2500 avisaron al Comando Radioeléctrico sobre dos personas a bordo de un vehículo. Cuando los requisaron hallaron un revólver 38 cargado, guantes de látex, precintos plásticos y una credencial de la Policía Federal falsa.
A fines de 2010, el juez de Instrucción Andrés Donnola lo procesó por el homicidio del policía Germán Rogelio Galván, hallado sin vida en mayo de ese año. El juez entendió que ambos delinquían juntos y que Galván recibió un disparo en la puerta de un búnker de Ludueña aunque su cadáver apareció en Estados Unidos entre Zuviría y Santa Fe.
A fines de 2011, Gastaminza fue procesado por robo calificado y privación ilegítima de la libertad por un hecho de abril de ese año en barrio Alvear atribuido a la banda de los uniformados cuyo liderazgo se le sindicó. En esa época se le adjudicó otra media docena de hechos con igual mecánica, allanaban domicilios vestidos de policías sin órdenes judiciales y los saqueaban.
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