El jefe de una banda narco que tenía un pedido de captura nacional e internacional por estar acusado de ingresar al país y distribuir en las principales ciudades importantes cantidades de cocaína fue detenido en Santiago del Estero, informó el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Se trata de Ariel Fernando Luna, alias Aruco (de 43 años), sindicado como un continuador del tráfico de drogas que realizaba la banda que lideraba su cuñado, Claudio “Gallo” Andrada, apresado el año pasado durante el operativo Octubre Blanco.
La detención de Luna, a cargo de efectivos de la Policía Federal, se concretó el pasado miércoles en la ciudad santiagueña de Frías, a 150 kilómetros de la capital de la provincia, cuando el prófugo salía de una vivienda.
De acuerdo con el informe, Aruco Luna secundaba a su cuñado en la organización criminal dedicaba al transporte y distribución de droga, en distintos puntos del país, por lo que tenía un pedido de captura nacional e internacional librado el año pasado por el Juzgado Federal de la ciudad salteña de Orán.
El Gallo Andrada fue detenido en octubre de 2013 en el marco del operativo Octubre Blanco, donde se incautaron más de 580 kilos de cocaína, tras una investigación que comenzó a partir de una denuncia anónima.
La organización liderada por Andrada, cuyo padre fue secuestrado en el 2004 y liberado tras el pago de un importante rescate en dólares, fue considerada “la mayor comercializadora de droga de la Argentina”, que ingresaba y distribuía unas tres toneladas de cocaína por año.
La banda tenía contactos con proveedores de países limítrofes como Bolivia y Paraguay, los que “enviaban el estupefaciente en avionetas que descendían en Santiago del Estero, Catamarca y Córdoba”, aseguró el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Fuentes de la investigación explicaron que Andrada contaba con un aparato electrónico mediante el cual podía observar las distintas pistas clandestinas utilizadas para traficar la cocaína.
También, parte de la droga ingresaba al país por vía terrestre a través de la ciudad de Frías, desde donde se distribuía hacia los principales centros urbanos de varias provincias y la ciudad de Buenos Aires.
Las sospechas sobre la relación de Luna con su cuñado Andrada para el tráfico de drogas se iniciaron en 2010, después de haber sido detenido en la provincia de Corrientes por conducir un camión que transportaba 800 kilos de marihuana.
En octubre de 2013 el Gallo Andrada fue sorprendido por los efectivos de Gendarmería cuando se aprestaba a concretar el arribo de una importante carga de droga y, junto a él, fueron capturados otros seis miembros de la organización, entre ellos su hijo.
Tras su detención, Andrada sufrió un embargo de más de 30 millones de pesos que le trabó la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado.
En Frías, su ciudad natal, su familia contaba con camionetas 4×4, autos de alta gama y caballos de carrera, entre otros bienes de lujo.
“La banda de Andrada y Luna era muy peligrosa, ya que estaba muy profesionalizada y había adoptado medidas de contrainteligencia”, explicó Berni.
El lugarteniente
A mediados de julio pasado, el uruguayo Gustavo Omar Collado Correa, de 41 años y considerado mano derecha del Gallo Andrada, fue detenido en Coronel Bogado acusado de movilizarse en una camioneta robada. Al ser sorprendido en un bar de la localidad, el prófugo dio un nombre falso pero más tarde informó a los policías su identidad real y sus problemas con la Justicia federal, por lo que les ofreció dinero para lo dejaran ir. El fugitivo tenía además un pedido de captura en Cañada de Gómez acusado de estafa en una causa de 2008. Collado Correa era el único, además de Andrada, que negociaba con los siete proveedores bolivianos.
Una banda aceitada
A mediados de julio pasado, el uruguayo Gustavo Omar Collado Correa, de 41 años y considerado mano derecha del Gallo Andrada, fue detenido en Coronel Bogado acusado de movilizarse en una camioneta robada. Al ser sorprendido en un bar de la localidad, el prófugo dio un nombre falso pero más tarde informó a los policías su identidad real y sus problemas con la Justicia federal, por lo que les ofreció dinero para lo dejaran ir. El fugitivo tenía además un pedido de captura en Cañada de Gómez acusado de estafa en una causa de 2008. Collado Correa era el único, además de Andrada, que negociaba con los siete proveedores bolivianos.
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