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violencia en zona oeste

Cabín 9: después de la desaparición de Valentín Reales hay más chicos en peligro

Valentín Reales tenía 15 años cuando se lo vio por última vez, en noviembre pasado. Ahora la madre de su primo denuncia amenazas constantes de un grupo violento, igual que la familia de otro muchacho que le había dado cobijo al pibe desaparecido


Valentín Reales está desaparecido desde noviembre pasado, cuando fue visto por última vez en barrio Cabín 9. En ese momento tenía 15 años. Los amigos y allegados temen lo peor, no sólo por la zapatilla y las medias con sangre que encontraron en un campo donde dijeron que estaba enterrado su cuerpo, sino porque se esfumó cuando intentaba salir de una banda que se dedica al narcomenudeo y usurpaciones en ese sector de la zona oeste.

Tras la desaparición de Valentín, sus dos mejores amigos fueron blanco de Los Cuatreros. A Milton lo denunciaron por tirotear la casa a familiares de un integrante de la banda, señalado por los vecinos como el autor de la desaparición de Valentín. La Policía allanó la casa de Milton el 17 de julio pasado y el chico de 16 años quedó detenido en el Instituto para la Recuperación del Adolescente (Irar) en una causa por abuso de armas. Hace dos semanas lo apuñalaron en esa institución y sus padres denunciaron que temen por la vida del chico.

El otro amigo es Manuel (para preservar su identidad se cambió el nombre), primo de Valentín. Su mamá, Claudia, dialogó con El Ciudadano y contó que también le allanaron la casa ese 17 de julio. Fue por abuso de armas y es la sexta vez que la Policía entra a su vivienda. “Soy madre soltera, mi hijo es lo único que tengo. Recibí amenazas por las marchas que hicimos por la aparición de Valentín. A mi hijo y al amigo los corrieron a tiros. Cada vez que se lo encuentran le dicen que va a terminar igual que mi sobrino”, describió la mujer.

“No sé cómo hacer. Trabajo todo el día. Mi hijo dejó la escuela porque para ir tiene que pasar por donde están los de la banda. Ya le robaron un montón de veces. Las últimas veces me metí en los lugares más insólitos para buscar sus cosas. Ya me tienen cansada y cada vez que denunciaron a mi hijo salí a dar la cara”, explicó Claudia.

La mujer dijo que las causas por abuso de armas que tienen su hijo y Milton son porque la madre del jefe de la banda y una familiar del sindicado autor de la desaparición de Valentín fueron las que los denunciaron. “Este es el sexto allanamiento que hacen, no sólo a mi casa también a las de mis padres, que ya son grandes, porque está adelante”.

“Desde que empezamos con las marchas y el pedido por la aparición de mi sobrino, los de la banda empezaron a amenazarnos. Están por todos lados, no sólo en Pérez. En la denuncia entregué los mensajes que me decían que ya empezara a cerrar la boca o que dejara de hacer movimientos por Valentín. Todas las denuncias que le hacen a mi hijo son iguales, por tiroteos a las viviendas de ellos”, agregó Claudia.

A Claudia los investigadores le aconsejaron que se fuera de Cabín 9 porque su hijo “ya estaba marcado”. Algo similar le aconsejaron a Lorena, la mamá de Milton.

“Me dijeron que me busque un lugar en Rosario, pero cómo hago, no tengo otro lugar. Nací en Cabín 9 y no tengo familiares en otro lado. Tengo que vender mi casa por monedas, pero cómo hago para irme. Tengo mi trabajo acá y todo lo que conozco, no tengo plata para ir a un lugar mejor”, reflexionó.

Con respecto a Manuel, la mujer hizo un pedido desesperado para que alguien la ayude a que el adolescente pueda superar esta situación de angustia permanente. “Mi hijo no es trigo limpio, porque hizo sus cosas, pero no sé cómo ayudarlo. Está muy mal por la desaparición de su primo. También todo lo que dijeron sobre cómo lo mataron.

Valentín vivió en mi casa y también fue un chico que cuando quiso salir nadie supo cómo ayudarlo. Estoy desesperada”, dijo Claudia y contó que los allanamientos son por causas cuyas denuncias por abuso de armas y portación son realizadas en la subcomisaría 18ª de Cabín 9 y quedaron a cargo de los Juzgados de Menores 1ª y 2ª.
Valentín, Milton y Manuel estaban siempre juntos. Eran muy amigos y compartían todo. Valentín quiso cambiar y no le dieron contención. Vivió en casas de sus amigos y familiares. Entró en la órbita de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia y no tuvo ninguna respuesta. Se enteraron que lo estaban buscando tras 15 días y no cuando el Juzgado de Menores ingresó el pedido, el 7 de noviembre pasado.

A Milton lo dejaron en el Irar “para protegerlo” del barrio y terminó con un tajo en la panza. Lo apuñalaron el domingo 30 de julio y su madre se enteró el martes 1° de agosto cuando fue al juzgado. Ahora Claudia pide ayuda para su hijo adolescente y también para no tener que mudarse del barrio. A Manuel lo amenazan, lo denuncian, le roban, tuvo que dejar la escuela y cada vez que se lo cruzan los integrantes de la banda Los Cuatreros le dicen que va a terminar como su primo, del que todavía no se conoce su paradero, cuenta su mamá. Claudia, a instancias de su hijo Manuel, y Lorena y Sergio por pedido de su hijo Milton le dieron alojamiento a Valentín y coinciden en que “cuando empezaron a buscarlo, a hacer marchas, a pedir su aparición hubo represalias. Todo lo que pasa es por eso”, dijo por su parte, Lorena, mamá de Milton, en un entrevista publicada por este diario el 2 de agosto pasado.

ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Luego de que el mejor amigo de Valentín Reales, Milton, fuera apuñalado en el Irar, el abogado defensor, Gabriel Ganón, presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un escrito para que se lleven a cabo medidas cautelares que garanticen el derecho a la vida e integridad física de todo el grupo familiar del adolescente. Luego de hacer una descripción de las agresiones, balaceras y los allanamientos por los que terminó preso el adolescente, Ganón pidió ante la CIDH que emita las medidas cautelares necesarias para que “se garantice la protección adecuada a la familia y a los testigos del hecho mientras dure el proceso de investigación”. Además, solicitó que se exija al Estado argentino el acceso a la justicia y una investigación imparcial cumpliendo las normas de los protocolos de Minnesota y Estambul como lo ha resuelto la CIDH para casos similares, al determinar las obligaciones de debida diligencia del gobierno nacional en las alegaciones de violaciones a los derechos humanos. “Debe apartarse a la policía provincial de la investigación de los hechos”, resalta el escrito.