Ciudad

Ausentes

Buscan intensamente a otra adolescente que falta de su hogar

Rocío Geres, de 14 años, salió de su casa de barrio Ludueña rumbo a un almacén y nunca llegó. Son varios los casos sin pistas.


La última vez que fue vista Rocío Geres, de 14 años, fue el sábado por la tarde cuando dijo que iba a un almacén a comprar algo. Vestida con calzas negras y una remera a rayas, salió a la calle en barrio Ludueña y desde ese momento no se supo más de ella. A partir de ese momento comenzó una incesante y desesperada búsqueda para dar con su paradero. Los distintos testimonios cuentan que es una chica tímida, que no habla mucho. Y también que no es la primera vez que “se ausenta por un tiempo”. Pero lo que preocupa a su familia y allegados es que ya pasaron más de 72 horas y no hay noticias.

Según trascendió, sus padres, junto a organizaciones sociales, intentaron explorar algunas pistas, pero sin suerte. Y desde la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia confirmaron a este diario que están trabajando de oficio en el caso.

La madre, Rosa Geres, contó a este diario que tiene cuatro hijos, entre ellos Rocío. “El más grande tiene 16. Ella es una chica callada. Nosotros ya hicimos la denuncia en todos lados. Ya desapareció otras veces, lo que hace es empezar a caminar y no vuelve. Lo que pasa es que nunca faltó tantos días seguidos”, relató preocupada.

Quienes se pusieron al frente de la búsqueda son los integrantes de la organización social El Caleidoscopio, donde la chica participa desde hace más de seis años.

“Nosotros nos enteramos el domingo que estaba desaparecida desde el sábado a las 4 de la tarde. Una tía la mandó a hacer un mandado y no volvió más. La familia hizo la denuncia en la comisaría y hasta ahora no se sabe nada. Esto es algo que lamentablemente pasa mucho acá en el barrio, donde las condiciones de vida son difíciles”, admitió Germán Luque, uno de los integrantes de la organización.

“Ella estaba vestida en el momento de su desaparición con una calza negra y una remera rayada. Tiene 14 años, hermanos y vive con la madre y el padrastro. En otras oportunidades ella también se ausentó pero no duró más de un día. Frente a esto se viene trabajando con ella. Cuando le preguntamos sobre el por qué de esas ausencias ella suele ser reservada y no explicar mucho. Es difícil hacerla hablar. Sabemos que en el caso está trabajando el Estado”, añadió.

El integrante de El Caleidoscopio contó que es “una chica que va a la escuela, está referenciada en el centro de salud Ramón Carrillo, de Tupac Amaru al 5500 –que a principios de este mes permaneció cerrado tras un violento ataque para robarle a una trabajadora social– y está participando de un taller de murga orientado por la organización.

“La conocemos hace seis años. Nosotros somos una organización social y hacemos distintos talleres, entre ellos, de murga, de cumbia, de fútbol y de apoyo escolar. Estamos en el comedor San Cayetano, que es el del que participaba Mercedes Delgado (la trabajadora social que murió por heridas de bala en enero de 2013 al quedar en medio de un tiroteo entre dos presuntas bandas narco) y estamos acompañando desde un primer momento su búsqueda porque tiene que aparecer”, remarcó.

Pero lo cierto es que hasta ahora no hay rastros. Por un dato, que se presentó como esperanzador, hizo que se largaran a la búsqueda de la chica en la zona de la estación de colectivos. “Nosotros estuvimos haciendo un rastreo porque hace poco un vecino nos comentó que había visto una chica de sus características dando vueltas en la zona de la Terminal. Fuimos con los hermanos, estuvimos buscando por el lugar pero no tuvimos lamentablemente ningún resultado positivo”, concluyó Luque.

En tanto, desde la Defensoría de la Niñez y Adolescencia dijeron que están trabajando de oficio en el caso. En esa línea, se abrió un expediente en el que se está trabajando, pese a que el caso no llegó como a través de las vías usuales como la denuncia policial.

Según explicaron, esto ocurre cuando un hecho, aunque no haya sido denunciado puntualmente por los canales oficiales, toma trascendencia a través de los medios y en las redes sociales, lo que confirma su existencia.

Son muchos los casos sin pistas firmes

Desde el pasado miércoles 23 de abril se busca a Paula Mercedes Acosta, de 14 años. La adolescente, de cutis trigueño, ojos verdes y 1,60 metro de estatura, vivía en la zona sur de Rosario cuando se perdió todo rastro. Sobre ella sigue vigente el pedido de información a cualquier persona que pueda aportar datos a través de la sección Seguridad Personal de la Policía –teléfono 465-7297– o cualquier dependencia policial.

El caso de la adolescente es otro misterio más, de los cerca de 30 que hay en la provincia. Se trata de personas que siguen siendo buscadas y en algunos casos ya pasaron años desde que se ausentaron. Son de ambos sexos y de distintas edades, pero la mayor parte de los casos corresponde a chicas de entre 13 y 18 años.

El año pasado se registraron dos casos de adolescentes: Melani Moreira, de 15 años, con un retraso madurativo, salió por un encargo el viernes 12 de julio de la casa de su tía, en Bacle al 7400, hacia otra casa en la vereda de enfrente, donde jamás llegó. Tres semanas después fue encontrada caminando: estaba en perfecto estado de salud y tenía el cabello teñido. La ausencia tuvo explicación y un detenido, de 45 años, acusado de abuso: en ese tiempo habían estado conviviendo.

Pero de Gabriela Esther Maciel, de 17 años, no hubo más noticias. El sábado 20 de julio salió de su casa, en Sadi Carnot al 6400, también en la zona sur, hacia el supermercado donde trabajaba, que estaba a la vuelta. Jamás llegó y desde entonces es buscada. Tiene tez blanca, estatura de 1,70 metro y ojos marrón claro. Al momento de ausentarse, cabello pelirrojo, largo y lacio. La familia había vivido en la localidad correntina de San Carlos, donde ella había tenido una relación con un hombre de 50 años, blanco de las sospechas de la familia. Pero sigue sin haber rastros.

A estos casos se suman otros de personas mayores, como el de Graciela Quiroga de 60 años, directora de la escuela 6700 de Pavón, a quien se la vio por última vez a fines de febrero de este año en la Terminal de Ómnibus, y la desaparición, el mes pasado, de Stella Maris Saracho, la agente de la Guardia Urbana de Ibarlucea que viajó hacia Rosario para un trámite bancario que no realizó, y desde entonces no hay rastros de ella: cumplió 47 años en ausencia.

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