—Su aparición a la cabeza de la lista de diputados nacionales se asemeja a esas películas épicas de Hollywood: cuando parece que todo está perdido y el protagonista llega a último momento a salvar las papas.
—…¿Y yo quién vendría a ser, Gary Cooper?
—Si le gusta ese papel…
—No, no. Lo que pasó acá es algo más importante que la presencia de Jorge Obeid, y es que se logró algo que parecía imposible hace dos años, que es la unidad del peronismo. Yo tuve algo que ver con eso, pero no es mérito exclusivo mío. Después de dos derrotas consecutivas y un tercer puesto en las últimas elecciones, la dirigencia peronista reflexionó, nos dimos cuenta de que las cosas no podían seguir así; que había fugado una cantidad tremenda de votos del peronismo a otros partidos. Nos planteamos la unidad, terminar con las agresiones, caminar la provincia…
—¿Y en qué momento puede congeniar eso con los planes del gobierno nacional?
—Cuando yo estaba en esa tarea ya hacía 6 o 7 meses, fui llamado de la Casa Rosada. La presidenta, interesada en lo que estaba haciendo, me alentó a que siguiera en ese camino, habló con otros dirigentes. Y el resultado es que logramos esta lista de unidad, un peronismo de pie trabajando para el triunfo. Es un mérito colectivo.
—¿Entonces el fantasma del PRO relegando al peronismo a un tercer puesto es un recuerdo del pasado?
—Está totalmente superado. Las encuestas hablan claramente de una polarización fuerte entre el socialismo y peronismo. Y en esos términos se dirimirá no sólo la elección de diputados de este año sino también la elección a gobernador en 2015.
—Es decir que usted cree que en octubre se llega a una disputa entre la lista de Binner y la lista de Obeid y la presidenta.
—Esos son los proyectos en pugna.
—¿Tiene hoy el peronismo santafesino un proyecto político para disputarle el poder al Frente Progresista?
—Por supuesto que sí. El peronismo siempre tuvo un proyecto de poder y de gobierno, que es el proyecto de gobierno que se está llevando desde el gobierno nacional conducido por Cristina Fernández, y que aquí pusimos en práctica los 4 años que fui gobernador con Néstor Kirchner de presidente. Allí diseñamos un proyecto productivo de crecimiento económico que significó empleo, inversión, obra pública y fue la continuación de aquel proyecto que diseñó en su momento Carlos Sylvestre Begnis y que hicimos nuestro rediseñado para el momento.
—¿No ve nada positivo del gobierno del Frente Progresista?
—…
—De usted sólo se escuchan críticas
—Quien debe juzgar es la gente a través del voto. Lo que sí veo es que si hubiera tenido las manos libres, (el gobernador) Bonfatti hubiera hecho una mejor gestión de la que está haciendo. Pero Bonfatti tuvo que soportar la entrega de un gobierno desquiciado y endeudado y eso le ha limitado mucho las aspiraciones que pudo tener.
—Hay una tendencia del PJ santafesino de querer dividir aguas entre Bonfatti y Binner. Pero la historia política de ellos es la de dos siameses. Además, Bonfatti fue su ministro de Gobierno. ¿Se pueden separar? ¿Es una estrategia discursiva o realmente creen eso?
—No estoy hablando de personas, sino de estilos de gobiernos. Bonfatti tiene un estilo más abierto, más de diálogo; y el de Binner fue más cerrado, no escuchar ningún tipo de crítica que se le hiciera. Y los resultados están a la vista: una provincia endeudada, aislada al país, cercada por la inseguridad y el narcotráfico, en la que se suspende la obra pública…
—¿Pero esa realidad es diferente al resto de las provincias?
—Sí. Cuando dejamos el gobierno Santa Fe era la provincia que más crecía. Ahora en crecimiento económico está séptima, tiene por encima provincias que era impensable que sean más que Santa Fe, como Chaco, Santiago, Entre Ríos. Todo esto es producto de gestiones locales. No se le puede echar la culpa de esto al peronismo y al gobierno nacional.
—El Frente Progresista recalca que hay discriminación del gobierno nacional. ¿Qué tiene para decir de eso?
—Es una excusa bastante difícil culpar a terceros de los problemas que uno no supo resolver. Los verdaderos culpables son ellos por incapacidad de gestión.
—Le pregunto por la positiva. ¿Cuáles son las cosas que más valora del gobierno nacional desde la óptica de santafesino?
—El crecimiento de la economía y el regreso de las inversiones. Pero hay que hacer aclaraciones. La economía crece, vienen inversiones, pero no vienen a golpearle la puerta a uno, hay que salir a buscarlas. Yo en lugar de una oficina (comercial) en Dubai me hubiera ido a buscar inversiones a Brasil. Ahí tenemos los capitales que tienen que venir a la Argentina. En todo esto hay errores de concepto, de aferrarse a modelos que no son reales. Y en un contexto como el que nos ofrece el gobierno nacional, de regreso de capitales, inversiones, de fortalecimiento de las instituciones, me parece que Santa Fe pierde una oportunidad que le permitiría hacer grandes obras públicas, generar empleo.
—¿Abrir una oficina comercial en Dubai para tratar de colocar producción en Oriente es un error?
—… hay otras prioridades. Hacer eje en esas cosas es minimizar la búsqueda de nuestros principales socios que están en el Mercosur, en Latinoamérica, y en tener buenas relaciones con el gobierno nacional para lograr que vengan dineros que de otra forma no van a venir.
—Usted le propone al peronismo como meta recuperar la provincia en 2015. ¿Se anota en esa carrera?
—No sé, no sé. No es lo que más me importa a esta altura de mi vida, ya estoy jugando tiempo adicional. De todas maneras voy a seguir haciendo política hasta el último momento de mi vida. Yo aspiro a que en 2015 el peronismo pueda presentarle a la sociedad una fórmula, ojalá compuesta por un hombre y una mujer o viceversa, de personas jóvenes. Sería una gran demostración del peronismo a la sociedad, personas de 40 o 50 años preparadas, con conocimiento de la realidad, pero con toda esa fuerza de transgredir y hacer cosas que tiene la juventud y que tanto enriquecen a la política.
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