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Haciendo seña

Boleto: la suba sigue conversada en la ciudad de Rosario

La intendenta Fein salió a marcar la urgencia del tema por el inminente pago salarial de los choferes “con aumento”. Pero en la oposición aguardan respuesta a pedidos de informes sobre la utilización de partidas destinadas al Fondo Compensador.


La suba del boleto del transporte urbano parece cada vez más lejos de aprobarse en forma inmediata. A pesar de que ayer la intendenta Mónica Fein imprimió una fuerte presión política sobre el Concejo al recordar que el Ejecutivo envió el estudio de costos “hace casi un mes” y que los ediles “tendrán que resolver” el tema, los números distan de ser favorables al oficialismo, y todo indica que aun avanzando en la próxima reunión de la comisión de Servicios Públicos –que será este lunes–  el aumento tendría un revés en el recinto del Palacio Vasallo el miércoles, para cuando se adelantó la sesión del jueves por el cierre de campaña para las elecciones primarias. Como estaban las cosas, al oficialismo le quedaba seguir negociando con distintos sectores de la oposición no ya un acompañamiento sino al menos la abstención de algún bloque. Pero desde la oposición aguardan respuesta a varios pedidos de informes para determinar si el estudio de costos girado –que indica que el boleto debería valer 6,65 pesos– contabilizó en su totalidad los aportes que nutren al Fondo Compensador, precisamente para atenuar subas en el boleto.

La jefa del Palacio de los Leones marcó que “se necesita financiamiento”, ya que está próximo el pago de salarios de los choferes, y se tendrá que hacer efectivo con “un aumento salarial del 27 por ciento retroactivo a enero”. A esa presión se sumó una carta de los tres titulares de las empresas, Gustavo Perrone de la Semtur, Matías Galíndez de La Mixta y Agustín Bermúdez  de Rosario Bus, dando cuenta de que la tarifa actual está desfasada de costos y salarios.

Pero en ese marco, un conteo rápido sobre los 24 concejales arrojaría unos 10 votos en el oficialismo a favor del aumento, si es que se liman todas las desaveniencias internas.  En ese conteo estarían los cuatro ediles del socialismo –Manuel Sciutto, Viviana Foresi, Miguel Cappiello y Miguel Zamarini– y cuatro ediles del radicalismo –Daniela León, Martín Rosúa, Sebastián Chale y María Eugenia Schmuck– junto a los monobloques del demoprogresista Aldo Poy y el arista Carlos Comi, titular de la comisión de Servicios Públicos. “Hay diálogo con distintos sectores. Cada uno tiene su mirada, pero la verdad que la situación del sector está compleja”, advirtió ayer Comi.

Pero del otro lado no parecen entender del mismo modo la urgencia. Hasta ahora varios bloques de la oposición anticiparon su voto negativo. Entre ellos se cuentan los ediles del Frente para la Victoria –Norma López y Roberto Sukerman–, los del Partido del Progreso Social –Héctor Cavallero y Lorena Giménez– y también lo hizo Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, en tanto que versiones indican que la misma opinión comparten los justicialistas Diego Giuliano y Osvaldo Miatello. Este último, vicepresidente del Ente de la Movilidad, es uno de los ediles que aguardan respuesta a pedidos de informes sobre el Fondo Compensador. Los otros se enrolan en bloque del PRO que, con cinco integrantes, es el más numeroso del Palacio Vasallo.

El macrismo local cotiza alto: con una asistencia plena, una abstención de la bancada dejaría la votación 10 a 9 a favor del oficialismo. Pero ayer dos de sus miembros, Carlos Cardozo y María Julia Bonifacio, avisaron que hasta el momento su voto era negativo.

El mapa se completa con el radical Jorge Boasso y el justicialista Carlos Cossia, con antecedentes refractarios a los aumentos de boleto sin más.

En ese escenario, sólo una sumarísima respuesta de los pedidos de informes sobre la contabilidad del Drei, del ingreso al Casino y del estacionamiento medido –de cuya recaudación sale un porcentaje con destino al Fondo Compensador– parecía la única llave para modificar algún voto. Si los números son convincentes.

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