Policiales

Investigan crimen por encargo

Biométrica e información de calle: cómo cayó el acusado de asesinar al comerciante chino

Víctor Hugo C., un playero de 29 años, fue imputado por el crimen de Wai "Enzo" Wenqing, el supermercadista oriental acribillado a tiros en la puerta de su local, en marzo pasado. Un caso resonante porque un video de la ejecución se filtró a los noticieros. El paso a paso de la investigación


Víctor Hugo C., un playero de una estación de servicios de 29 años y sin prontuario, fue imputado este jueves por el crimen del comerciante oriental Dai Wenqing, acribillado a balazos con una pistola calibre 22 a las 9 del 10 de marzo pasado en la puerta de su local Integración 100 %, de barrio Hipotecario. El acusado quedó detenido preventivamente por un mes. Un plazo que la Fiscalía juzgó necesario para llegar a presentar los informes científicos que determinaran que él fue el atacante que quedó filmado por las cámaras de seguridad del local, una de cuyas grabaciones se viralizó a partir del celular de un policía y que llegó a los noticieros del mediodía: una ejecución casi transmitida en vivo, con apenas un diferido de tres horas.

¿Cómo llegaron los detectives a establecer que ese hombre captado por las cámaras era Víctor Hugo C., acaso un individuo sin señas particulares que llamaran la atención en una ciudad de más de un millón de habitantes? En este punto vale recordar la máxima explorada entre los agentes policiales de la serie de culto The Wire: “Un policía es tan bueno como sus informantes”. La tan mentada información de calle, en muchas ocasiones el motor que origina la evidencia, luego prueba, que queda plasmada en los expedientes judiciales.

“¿Sicario? Sinceramente no lo creo”, aportó una fuente de la investigación que “caminó” los movimientos de Víctor Hugo C., un hombre gris, sin prontuario, separado, con tres hijos y conflictos familiares que quizá obraron para acelerar su caída.

Ocurre que el sospechoso, además de quedar escrachado públicamente en las cámaras del súper chino a cara limpia, confió información sensible a allegados, y esas confesiones llegaron a personas enemistadas con él. No pasó mucho tiempo hasta que un dato llegara a un efectivo de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal y la madeja del hilo comenzara a desenvolverse.

Con las grabaciones, un nombre y fotos, el resto la pesquisa fueron las llamadas tareas de escritorio y, más tarde, de vigilancia. Los aportes técnicos del Organismo de Investigaciones y de la central OJO sumaron informes biométricos y antropométricos que arrojaron resultados positivos al comparar el rostro y fisionomía del sospechoso con los registros fílmicos, describieron fuentes del caso.

El martes pasado, Víctor Hugo C. fue detenido en la estación de servicios Magna, de Juan José Paso y Provincias Unidas. Fue tras un seguimiento de dos semanas, que incluyó vigilancia en la vivienda del sospechoso, en José Ingenieros al 6100, y en la casa de su madre de barrio Godoy.

Según fuentes de la pesquisa, al ser notificado el hombre se quebró y confesó el crimen, aunque esas declaraciones no tienen valor judicial.

El último cigarrillo

Dai Wenqing, se pudo reconstruir a partir de fuentes del caso, era un comerciante acosado por una deuda millonaria “heredada” de su padre, quien abandonó el país. Enzo, como le decían en el barrio, ya había sido baleado en una de sus piernas el 19 de marzo de 2019 por un hombre que se bajó de un Fiat 128 y le disparó frente a varios clientes del súper de pasaje 1847 6151 (Garzón y Biedma).

Una advertencia que pasó a mayores un año después, a las 9 del 10 de marzo pasado cuando fumaba un cigarrillo mañanero en la puerta de su local y fue baleado en la espalda por un agresor a cara descubierta. Tras correr 100 metros, Enzo cayó desplomado por una hemorragia de tórax.

Este jueves, el fiscal Ademar Bianchini acusó a Víctor Hugo C. como autor de ese homicidio agravado por el uso de arma de fuego, citando evidencia científica y otros elementos de rigor.

El funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) solicitó un mes de prisión preventiva, plazo en que –de acuerdo con fuentes judiciales– se presentará el peritaje antropométrico concluyente y con ese resultado solicitará el plazo de ley, es decir un plazo máximo de dos años hasta la realización del juicio.

La jueza Eleonora Verón dio por formalizada la audiencia y aceptó el pedido fiscal.

A su vez, confiaron las fuentes, “se está investigando evidencia para probar una promesa remunerativa”, es decir un asesinato por encargo. Un agravante que prevé prisión perpetua y que, para demostrarlo, demandará ampliar la investigación para llegar a los eslabones más altos de la cadena que ordenó la ejecución del malogrado Enzo.

Comentarios