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Atraco fatal

Entradera fatal: afirman haber identificado a los asesinos

Tres asaltantes asesinaron a tiros a un hombre frente a su casa de barrio Bella Vista cuando éste y su cuñado (asimismo baleado) quisieron guarecerse en la vivienda para evitar el robo. El padre de la víctima fatal también resultó alcanzado por los proyectiles. La policía dice tener pistas firmes, pero aún no hay detenidos.


Todavía estaba oscuro cuando su cuñado le pidió ayuda para hacer arrancar el auto.

Leonardo salió de su casa de barrio Bella Vista y se disponía a empujar el vehículo cuando vio que se les acercaban tres muchachos que blandían armas de fuego e intentaron asaltarlos. Leonardo y su cuñado corrieron y se encerraron en la vivienda.

Pero los ladrones les siguieron el paso. A patadas destrabaron la puerta y, sin más, gatillaron y volvieron a gatillar una pistola 9 milímetros. Leonardo cayó muerto. Los plomos le dieron en la cabeza y en la espalda. Su cuñado y su padre, que estaban con él, resultaron heridos y quedaron internados en distintos centros de salud. Al cierre de esta edición, la Policía hizo cinco allanamientos en la zona en busca de dos sospechosos, a los que no pudieron ubicar. “Pero la pista es firme”, dijo un investigador.

El hecho ocurrió ayer cerca de las 6 en una casa de frente blanco con guarda de piedra gris ubicada en Riobamba 4354, en barrio Bella Vista. Según fuentes policiales, Luciano B. (de 32 años), había salido de allí poco antes para ir a trabajar. Pero su Renault 19 no arrancó. Fue por eso que llamó a su cuñado, Leonardo Ezequiel Perrone, de 38 años, para que lo ayudara a empujar el vehículo.

De acuerdo con las fuentes, en ese momento los dos hombres fueron abordados por tres muchachos que los amenazaron de muerte con armas de fuego y les exigieron que les entregaran dinero y celulares. Leonardo y Luciano se resistieron al robo y corrieron hasta su casa.

Ingresaron por la puerta que da a la calle, al lado del garaje de la vivienda. Adentro estaban, además, los padres de Leonardo y su hija, que se alistaba para ir a la escuela. El trío que los perseguía quedó afuera.

Las versiones acerca de cómo ocurrieron los hechos son al menos dos. La principal indica que los desconocidos comenzaron a golpear la puerta a patadas hasta que consiguieron abrirla y dispararon. Los plomos hirieron a Luciano B. en la pierna y le provocaron heridas múltiples en el pecho y otras partes del cuerpo al papá de Leonardo, identificado como Eduardo D., un taxista de 62 años. La peor parte se la llevó Leonardo, quien fue alcanzado por varios proyectiles a la altura de la cabeza y la espalda que lo mataron en el acto.

Los intrusos, que para los pesquisas habían llegado al lugar con intensiones de robo, escaparon a la carrera por calle Lima, sin llevarse ninguna pertenencia. Según una versión, se refugiaron en un pasillo de una villa de la zona, ubicado a 150 metros del lugar del crimen, lo que era una de las pistas investigadas. En este sentido, una fuente de la pesquisa dijo que anoche se realizaron cinco allanamientos en busca de dos sospechosos que viven en ese asentamiento de Cerrito y las vías, sin resultado. “Pero la pista es firme”, aseguró. Este mismo vocero no descartó que los dos sospechosos tengan vinculación con el homicidio de Mariano Bertini.

A quemarropa

Florentino Malaponte, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos en turno, reafirmó que la hipótesis principal es la de robo y explicó que los ladrones se encontraban cerca de la casa cuando vieron a Leonardo y a Luciano empujando el auto. La versión del fiscal difiere de la de otras fuentes del caso en lo que respecta a la mecánica. De acuerdo con esta línea investigativa, uno de los asaltantes consiguió ingresar a la vivienda, donde forcejeó con las víctimas. La puerta se cerró y sus cómplices, que habían quedado afuera, abrieron fuego contra el ingreso.

De acuerdo con los peritajes preliminares, el cuerpo de Leonardo Perrone presentaba al menos cinco orificios producidos por los plomos, pero no estaba claro cuántos balazos fueron los que le provocaron la muerte. No se descartaba que alguna bala haya rebotado y luego herido a los dos familiares que lo acompañaban.

En el lugar, personal de la Policía de Investigaciones y de la comisaría 13ª levantó cinco vainas servidas calibre 9 milímetros.

Según allegados de la víctima, la familia vive en la casa de la zona oeste “desde toda la vida” y Leonardo solía salir temprano cada día para ir a trabajar y llevar a su hija a la escuela.

Para los vecinos, el desenlace fatal forma parte de una seguidilla de hechos de violencia que se vive día a día en el barrio que van desde arrebatos hasta asaltos a mano armada.

Carlos, dueño de una verdulería de la cuadra, conoce a la familia desde hace más de diez años y subraya que hechos como el de ayer suceden en forma cotidiana, aunque nunca “se había llegado tan lejos”. Además, los habitantes de la zona denunciaron la escasa presencia tanto de policías locales como federales que han convertido al barrio en una “zona liberada”.

Leonardo Perrone había cumplido 38 años el 17 de agosto pasado, trabajaba como metalúrgico y tenía dos hijas, de 18 y 19 años. Al cierre de esta edición, su padre, Eduardo D., se encontraba internado en el Heca, mientras que Luciano B. fue trasladado al Provincial.

De yapa, motín en la 13º

Más de la mitad de la treintena de internos alojados en el penal de la seccional 13ª se amotinaron anoche en pedido de traslados, dijo una fuente policial. “Son 33 internos, de los cuales 19 no quieren estar más en la comisaría. Están en forma pacífica, no hay quema de colchones. Estamos a la espera de los organismos de los Derechos Humanos para negociar”, refirió anoche este vocero de la UR II.

Del Vecchio: “Para su bolsillo”

Tras el homicidio en Riombamba al 4300, vecinos del barrio dijeron que pagaban a la seccional del barrio 50 pesos para tener seguridad, lo que disparó una investigación de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad.

Ante la denuncia, el secretario de Control, Ignacio del Vecchio, explicó ayer al mediodía: “Hay personal de Asuntos Internos que se encuentra haciendo diligencias, tomando declaración a los comercios de la zona, al presidente de la cooperadora ahí que está trabajando con la seccional 13ª, estamos haciendo todo lo de rigor como para observar la denuncia que han realizado a través de los medios los vecinos”. Cerró Del Vecchio: “Hay muchas cooperadora, algunas habilitadas, otras no, que tienen como modus operandi esto: salen a la calle a pedir dinero a manera de colaboración y eso obviamente no está permitido.”Desconozco la cantidad de dinero que recaudan, también desconozco la finalidad, pero combustible tienen todas las unidades, no hay faltante en absoluto, así que esta recaudación ilegal debe ser para su bolsillo, por eso hay que actuar con la fiscalía, seguir investigando e ir a fondo, porque es ilícito lo que están haciendo ciertas autoridades policiales”.

El caso Bertini, a pocas cuadras

El crimen de Leonardo Perrone es el segundo de estas características que se registró en la misma zona en los últimos tiempos. Es que a apenas 13 cuadras de allí, el pasado 16 de agosto fue ultimado de un tiro en la cabeza Mariano Bertini, un estudiante de ingeniería de 20 años que perdió la vida durante una entradera en su casa de Lima al 800, en la que también fue herido su padre. La modalidad fue parecida: en el caso de Bertini, los atacantes se presentaron en la escena cuando su padre llegaba a la casa e intentaron robarle el auto; en el de Perrone, los atacantes abordaron a las víctimas cuando salían de la vivienda. El primero fue tarde en la noche, ya entrada la madrugada; el segundo cuando amanecía. Por el esclarecimiento del caso –y de otros similares–, una nutrida manifestación se congregó en el Monumento la semana pasada. Anoche, los investigadores del caso Perrone no descartaron que los autores sean los mismos.

Baclini: corrimiento en la modalidad delictiva

El fiscal regional de Rosario, Jorge Baclini, dijo ayer que desde el Ministerio Público de la Acusación observan un corrimiento de la modalidad delictiva hacia la entradera. Y aclaró: “Hay personas que trabajaban más formalmente en el tema de los búnkers que se manejaban en forma violenta”, en referencia a que muchos de ellos fueron desbaratados tras el desembarco federal del pasado 9 de abril y la supervivencia de la comercialización, se presume, es a través de la modalidad delivery.

“Ahora, si bien los búnkers no han desaparecido, sí hay menor cantidad, por eso es que este tipo de delincuentes se han corrido a esta violencia del delito en las entraderas”, opinó Baclini en declaraciones a LT8. Describió: “Hay distintos grupos, algunos están organizados, en parte están detenidos, otros están siendo identificados. Los que están organizados investigan a la víctima, esperan, chequean qué bienes pueden sustraer. Hay grupos que son más informales: trabajan más al voleo”.

Y aclaró el fiscal: “Estamos hablando del último eslabón en cuanto a las dos organizaciones. Es decir: el búnker como último eslabón con el soldadito, y el asaltante que va a concretar la entradera, como último eslabón de una organización”. Añadió: “Los fiscales trabajan con todas las causas unificadas, estamos tratando de encontrar factores comunes, hay personas condenadas, detenidas, estamos hablando que hay grupos delictivos que se han extendido mucho”, graficó.

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