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Estrictos

Bares con espectáculos resisten sanciones por publicidad

Quejas de comerciantes por una ordenanza sancionada en 2007 que regula la promoción en vía pública.


Los propietarios de dos bares  autoproclamados “culturales” de la ciudad se quejaron de que recibieron multas de entre 400 y 800 pesos por mostrar la agenda de actividades del mes de su propio negocio en la vidriera. También se los sancionó porque una banda de música –en vísperas de tocar en uno de los comercios– pegó dos afiches en la calle a varias cuadras de donde está ubicado el local en cuestión. Si bien la normativa que regula la exposición de papelería o marquesinas en la vía pública está regulada por ordenanza, los responsables de los espacios consideran que la Municipalidad “parece no apoyar los emprendimientos que ayudan a difundir a artistas autogestionados que en definitiva, contribuyen al mote de ciudad cultural”.

Uno de los locales penados fue Bienvenida Casandra, ubicado en Sarmiento y Zeballos, en el que habitualmente se llevan a cabo presentaciones de libros de autores locales y lectura de poesía. El otro comercio sancionado fue Distrito Siete, de Ovidio Lagos 790, en donde funcionó el emblemático y desparecido cine Carlos Gardel y que fuera recuperado hace algunos años por los músicos Mariano Brizuela y Franco Colautti, quienes lo llamaron “Mano a mano artes” y en donde organizaban recitales en vivo, milongas y obras teatrales. Hoy, el sitio mantiene el mismo perfil aunque actualmente es regenteado por Tomás Monteverde, con el nombre de Distrito Siete.

Tanto Bienvenida Casandra como el bar de Monteverde forman parte de Espacios Culturales Unidos de Rosario (Ecur), una entidad que reúne a bares que pregonan ayudar a la difusión de músicos, actores independientes y artistas en general a exponer sus producciones.

Luego de ser multados por el Ejecutivo tras un operativo de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana (ver aparte), desde la agrupación emitieron un comunicado en el que repudiaron el accionar municipal y sostuvieron que “lo que no preveíamos era que esta política se llevaría a un grado tan absurdo de sancionar por la publicidad realizada en el propio espacio, lo que es un disparate, un sinsentido que hoy se traduce en multas que ahogan económicamente espacios autogestivos ya de por sí complejos de sostener diariamente”.

Lo que manda la ley

La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, a través de la Dirección General de Inspecciones, se basó en la ordenanza 8324 de reglamentación de Elementos Publicitarios (EP), sancionada en noviembre de 2008 durante la intendencia de Miguel Lifschitz, la cual especifica que la normativa “tiene como finalidad evitar la superpoblacion y/o superposición de EP, de manera tal que resulte eficazmente resguardado el ordenamiento físico, la estética y el paisaje de 1os distintos ámbitos urbanos de la ciudad, preservando así los valores culturales, patrimoniales e históricos de sus sitios, y salvaguardando la seguridad y la comodidad de los ciudadanos y sus bienes”.

La normativa también aclara que “en caso de duda sobre los alcances o la aplicación de la misma, para su interpretación deberá tenerse en cuenta esta finalidad”.

Sin embargo, Maia Morosano, una de las titulares de Bienvenida Casandra, sostuvo que su negocio fue blanco de tres multas, aunque a una de ellas la consideró de “ridícula”, ya que se trató de un afiche de no más de 50 centímetros de largo que mostraba la agenda de actividades de su negocio.

“Las otras dos fueron por carteles que pegó una banda que tocó en el bar, uno de los afiches estaba en Entre Ríos al 400 pero como la Municipalidad no puede multar a los artistas nos multó a nosotros y el hecho es que no podemos controlar  si ponen los carteles en cualquier parte. No podemos estar detrás de ellos para ver qué es lo que hacen”, dijo.

“Hay muchos emprendimientos culturales autogestionados  que necesitan de un espacio físico como el nuestro. Creo que la Municipalidad tendría que hacerse cargo de eso y brindarnos algún tipo de beneficio como una forma de apoyo y en vez de eso nos multan por poner en la vidriera la agenda de nuestras actividades”, enfatizó Morosano y consideró que desde el Ejecutivo deberían darles “un respiro” mientras se debaten nuevas iniciativas en el Concejo”.

“Publicidad no autorizada”

Desde hace dos meses la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana realiza operativos de control y labra actas por elementos publicitarios en la calle no autorizados con el fin de “desalentar conductas que afecten negativamente la higiene de la ciudad, apoyándonos en las normativas que prohíben este uso que se hace del espacio público, y en algunos casos también del privado”. Según indicó el titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo, “los operativos consistieron en la detección de los sectores invadidos con elementos no autorizados, la constatación de la falta, el posterior labrado del acta, su elevación a la Justicia de Faltas, el pegado de una faja que indica “Publicidad no autorizada” y la limpieza de la pegatina”.

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