En una decisión inédita, tres de las cuatro cámaras bancarias y La Bancaria (el gremio de los empleados del sector) enviaron una carta conjunta al titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, en la que reclaman a la autoridad monetaria la creación de un billete con mayor denominación al de 100 pesos. En la misiva, aseguran que la cantidad de billetes que circulan en la economía es tal que se está volviendo un tema poco menos que inmanejable para el sector financiero, y para el público.
Se trata del primer pedido formal del sector privado y los gremios para conseguir que comience a emitirse un billete mayor al de 100 pesos. Es probable que en las próximas horas se sumen al reclamo distintas asociaciones de consumidores. Estos pedidos se apoyan, además, en varios proyectos de ley que fueron presentados para que el gobierno emita billetes de denominación más alta. Hace más de dos años ya lo había reclamado el entonces diputado Alfonso Prat Gay, y hace pocas semanas lo hizo Julio Cobos, actual diputado por la UCR, quien pidió billetes de 500 y 1.000 pesos. En el medio también hubo proyectos similares de otros legisladores como Carlos Reutemann y Roy Cortina.
Las cámaras bancarias que firman la nota enviada a Vanoli son tres: Adeba (bancos privados de capital nacional), ABA (extranjeros) y ABE (banca especializada). En cambio, no participa Abappra, que agrupa a los bancos públicos. Obviamente, entidades como el Nación, Provincia y Credicoop no acompañaron. Sergio Palazzo, titular de La Bancaria, también consideró razonable el pedido y lo acompañó.
El gobierno, sin embargo, ha hecho oídos sordos e incluso decidió “redoblar” la apuesta. Hace pocos meses se lanzó un nuevo billete de 50 pesos con la imagen de las Malvinas. Pero hace pocos días se anunció un nuevo billete de 100 pesos con la imagen de las Madres de Plaza de Mayo, algo que para muchos resultó inexplicable. “Ya que aprovecharon para hacer un nuevo billete, ¿por qué no lanzaron el de 500 y listo?”, se pregunta el tesorero de una entidad nacional.
Además, para el Estado resultaría importante ahorrar costos vinculados con la impresión con un billete más alto, ya que habría que emitir menor cantidad de papel. El principal punto referido por banqueros y sindicalistas está relacionado con la inseguridad. El traslado de grandes cantidades de billetes para operaciones cada vez más chicas resulta dificultoso y en muchos casos peligroso ante la necesidad de trasladarse con bolsos o cajas con los billetes. Pero también se generan problemas crecientes para la logística de los bancos. La cantidad de pesos que van dentro del cajero automático y las terminales autoservicio es siempre la misma, pero el volumen que requiere el público es mayor.
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