Edición Impresa

De madrugada

Asalto a domicilio en la zona sur

Sorprendieron a una familia mientras dormía y escaparon con $ 30 mil. Una víctima debió ser atendida por una descompensación.


En violenta entradera, un grupo de ladrones robó un importante botín de la casa de una familia de barrio San Francisco Solano. Ocurrió durante la madrugada de ayer, mientras las víctimas dormían: tres personas armadas se les aparecieron y los maniataron, para llevarse dinero en efectivo y joyas. Luego del asalto, el dueño de casa debió ser hospitalizado, por una insuficiencia respiratoria. “Se llevaron la plata que habíamos juntado para arreglar la casita”, explicó a El Ciudadano una de las víctimas.

El robo ocurrió en Madre Cabrini al 2700 C, en una casa de pasillo ubicada en una zona de construcciones bajas y veredas de tierra del barrio San Francisco Solano. Allí dormía María, de 63 años, su marido Oscar, de la misma edad, y su hijo Ezequiel, de 24. En un momento de la madrugada, más o menos a las 3.15, tres hombres sorprendieron en su cama a Ezequiel, le ataron las manos con un cinturón, lo pusieron boca abajo y le taparon la cabeza con una frazada. Luego cerraron la puerta de su cuarto con llave.

De acuerdo con la familia asaltada, luego se dirigieron a la pieza donde dormía el matrimonio y lo maniataron: a Oscar le ataron las manos con precintos, lo amordazaron, lo colocaron de cara al colchón donde dormía y le taparon la cabeza con una almohada; a María sólo la ataron, pero fue ella quien recibió las amenazas más fuertes. “Con la que hablaron fue con mi señora. Le dijeron que si se portaba bien no iba a pasar nada, pero que si no colaboraba nos iban a matar al nene”, explicó con resignación Oscar, un canoso grandote, con cara de bonachón.

El trío de ladrones logró llevarse 30 mil pesos, relojes, una pulsera de oro puro de 40 gramos y las alianzas del matrimonio, que llevaban dos generaciones en la familia.

A su vez, luego del robo, Oscar debió ser hospitalizado en el sanatorio Plaza tras sufrir un síncope. “Como me taparon la boca con un trapo y la nariz con el colchón, y además me pusieron una almohada arriba, no podía respirar. Entonces me descompuse; la verdad que la pasamos bastante mal”, contó el hombre, mientras sus vecinos se acercaban para que les relatara lo que había pasado.

Según pudieron establecer las propias víctimas, los ladrones se colaron a la casa saltando por encima de una de las puertas de calle; con una barreta falsearon una persiana que da a la habitación de Ezequiel, y desde allí tuvieron acceso a todo el domicilio.

El caso es investigado por la Fiscalía de Flagrancia en turno, con la colaboración de uniformados de la seccional 21ª.

Comentarios