Un abogado fue asaltado anteanoche en la puerta de su casa de la localidad de Arroyo Seco por dos desconocidos que no sólo entraron a la vivienda y le sustrajeron dinero, sino que después se lo llevaron cautivo en su propio vehículo hasta un paraje rural de General Lagos, donde lo dejaron maniatado, dijeron voceros de la pesquisa.
El hecho ocurrió minutos después de la medianoche de ayer en la puerta de la vivienda de Fernando P., de 36 años, ubicada en Moreno y Sarmiento de Arroyo Seco. En esos primeros minutos de la madrugada, el letrado llegaba al domicilio que comparte con sus padres a bordo de una Audi A3 cuando fue abordado por dos hombres, que lo amenazaron con un arma de fuego para obligarlo a dar algunas vueltas por la zona, a bordo de su vehículo.
Fuentes policiales dijeron que así lo amedrentaron para que les dijera dónde tenía dinero, y luego entraron a su vivienda –donde dormían sus padres– a buscarlo. Según voceros del caso, los ladrones se alzaron con una suma cercana a los diez mil pesos en efectivo además de otros 50 mil en cheques. Tras hacerse con el botín, volvieron a subir a Fernando a su auto de alta gama y a punta de pistola lo condujeron por un camino de tierra hasta un monte cercano al peaje de la autopista Rosario-Buenos Aires, en la localidad de General Lagos.
“Ahí se detuvieron, le dieron un culatazo en la cabeza, lo maniataron con precintos plásticos, lo dejaron adentro de su auto y se fugaron con las llaves”, dijo un vocero del caso.
En ese ínterin, su papá Elio, de 77 años, llamó al Comando Radioeléctrico arroyense para alertar que había escuchado ruidos extraños en su casa y que sospechaba que le había ocurrido alto a su hijo. Mientras tanto, Fernando se las rebuscó para sacarse lo precintos y caminó por la zona rural en busca de ayuda. Fuentes del caso dijeron que el hombre llegó de a pie a una fábrica de helados, y le pidió el celular al custodio del lugar, desde el que llamó a su padre. Alertado de lo ocurrido, su padre volvió a comunicarse con la Policía, esta vez con datos certeros, y un patrullero buscó a su hijo primero, y su vehículo después.
El hecho ocurrió en jurisdicción de la seccional 27ª y la pesquisa quedó a cargo de la fiscal de Flagrancia en turno, Gisela Paolicelli, con la colaboración de la Policía de Investigaciones (PDI).
Los voceros dijeron que la víctima no había brindado detalles pormenorizados de la agresión que sufrió y esperaban tomarle una nueva declaración en los próximos días, ya que por ejemplo no estaba claro si los asaltantes actuaron a cara descubierta. En principio, se pidió un rastreo de cámaras de seguridad por el trayecto que hizo el automóvil.
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