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Los damnificados van por más

Arroyito: estudian contaminación

Después de conocida una denuncia de vecinos, la planta potabilizadora de Assa deberá presentar un informe ambiental. Desde la empresa pública sostuvieron que hay obras planificadas para este año aunque no brindaron más detalles.


Después de que la semana pasada un grupo de vecinos hiciera pública una serie de denuncias por contaminación contra la planta potabilizadora de Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (Assa) de Arroyito, desde el Ministerio de Medio Ambiente informaron que solicitaron a la empresa un informe de calidad de aire, material particulado y de ruido de ambiente. Desde Assa habían afirmado que no tenían conocimiento del reclamo, aunque ayer el gerente de Relaciones Institucionales, Guillermo Lanfranco, contó que en el 2013 hubo una reunión con los vecinos, que desde hace una década perciben estos problemas y las consecuencias en la salud. El vocero sumó que está planeada una obra de ampliación de un galpón en el que se descargan los insumos utilizados para potabilizar agua. Según Lanfranco, solucionará los problemas de polución en el aire.

Daños y perjuicios

La semana pasada un grupo de vecinos de Arroyito denunció que cada vez que el viento sopla desde el sur, la calle Del Valle Iberlucea al 400 se cubre con una nube de partículas blancas y plateadas. La corriente de aire, según ellos, deja al pasar irritación en los ojos y en las vías respiratorias y tiñe con un polvo blanco las calles y casas de la cuadra. Al nubarrón se suma un fuerte ruido que viene de la planta potabilizadora de Assa, que funciona en Arroyito desde hace más de un siglo.

Muchos vecinos de Lisandro de la Torre, también conocido como Arroyito, comparten pared con la planta y explicaron a El Ciudadano que los problemas de contaminación empezaron hace al menos una década, pero se intensificaron en los últimos cuatro años. Desde 2013, se hicieron al menos cuatro denuncias: en Assa, en el Ministerio de Medio Ambiente provincial, en el ente de control (Enress) y ante la Guardia Urbana Municipal (GUM). Las tres últimas se registraron entre octubre y diciembre del 2016. Los vecinos insistieron que  “nunca hubo respuestas”.

Sin embargo, la directora de Medio Ambiente del sur de la provincia, Liliana Boggio, dijo a este medio que a partir de una denuncia el Ministerio solicitó una serie de informes a la planta. De acuerdo con la funcionaria, la empresa debe presentar los últimos monitoreos de calidad de aire –para conocer la concentración de cloro–, de material particulado y de ruido. Los informes son hechos por expertos a pedido de la empresa y se entregan bajo la figura de declaración jurada. En caso de observarse irregularidades, el Ministerio puede encargar un estudio extra a otros organismos.

Pero, además, según Boggio la detección de irregularidades en los monitoreos puede tener graves consecuencias para los expertos, como la revocación de la matrícula.

Manos a la obra

Desde Assa, que en un primer momento negó las denuncias, informaron que está en marcha una obra sin fecha de inicio para minimizar los daños ambientales y fue notificada al Ministerio.

El vocero de la ex Aguas Provinciales, Guillermo Lanfranco, detalló que se trata de la ampliación del galpón de descarga de los insumos usados para potabilizar el agua extraída del río Paraná.

“Reducirá la posibilidad de que vuelen partículas”, señaló el funcionario y agregó que desde 2013 se hacen tareas de mantenimiento en relación con las denuncias de los vecinos. “Cumplimos con todos los requisitos y las normas de seguridad propios de una planta productora de agua”, confió el vocero.

Ruidos, filtraciones y polvo

Fabián Crespo vive en Del Valle Iberlucea al 400 y es uno de los vecinos que denunció contaminación en el barrio y apuntó a la planta de Assa. Hace siete años se mudó para tener mayor la tranquilidad y porque el río Paraná le queda cerca. “La parte sur de mi casa es lindera con la planta de Aguas y el ruido es insoportable. En la habitación de mi hijo más chico es imposible dormir. Además, tengo la pared del patio con una rajadura, de la que filtra un líquido blanco que me arruinó todas las plantas. A eso hay que sumarle la polución de cal. En este barrio estamos aspirando ese polvo todo el tiempo y nadie me puede decir que eso no es dañino para mi salud”, contó a El Ciudadano. Según Fabián, la contaminación afecta a por menos 20 casas.

Vecinos ampliarán la denuncia

La abogada del Taller Ecologista y representante de los vecinos, Florencia Sívori, adelantó que en los próximos días ampliarán la denuncia en el Ministerio de Medio Ambiente. “No sólo existe esta nube de polvo que es muy molesta, sino que hay vibraciones en las casas, ruidos constantes e incluso es muy común ver escapes de cloro gaseoso, un material inflamable que puede provocar una explosión”, dijo.

Para la abogada el expediente que ingresó al Ministerio en septiembre del año pasado “no se movió” en los últimos dos meses. Por eso, solicitarán una reunión: “Los vecinos quieren ser recibidos por autoridades del Ministerio porque siempre que han querido hablar con los representantes de la planta fueron ninguneados”, explicó Sívori, quien insistió en que los vecinos buscan “una solución amigable a una situación peligrosa”.

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