Policiales

EN PLAZA PRINGLES

Arrebato, persecución, detenido y un prófugo en pleno centro

Este mediodía dos hombres que habían retirado dinero de un banco fueron sorprendidos por dos delincuentes, pero un policía de civil logró detener a uno de ellos; el que estaba en una moto logró huir.


Gente que viene y va. Autos y motos que transitan y otra tantos que esperan estacionados. Comercios de diferentes rubros con clientes. Niños jugando en la plazoleta. La imagen pertenece a una tradicional cuadra del microcentro rosarino: Roca y Córdoba. Pero esa escenografía hoy cambió. Es que se vivieron minutos de zozobra y miedo debido a un arrebato que terminó con un ladrón herido a golpe y un delincuente prófugo. Todo eso en inmediaciones de la concurrida Plaza Pringles.

A las 13.30, todo cambió en Roca al 700. Es que dos hombres que llevaban un sobre con dinero que habían retirado de una entidad bancaria de la zona, fueron abordados por dos ladrones en moto; uno de éstos alcanzó a arrebatar dichos sobres y huyó. En medio del tráfico y el flujo de peatones el dúo de ladrones alcanzó a subirse a la moto, pero el escape se frustró. Es que un efectivo policial que se encontraba fuera de servicio comenzó a seguir al ladrón y le dio la voz de alto, identificándose como policía. El delincuente hizo caso omiso y al llegar a la esquina de pasaje Álvarez y Roca logró darle alcance. En esa esquina lo esperaba su cómplice a bordo de una motocicleta CG 125. El cómplice se dio a la fuga.

El efectivo redujo al delincuente y luego personal de motorizada lo esposó y se pidió una unidad para el traslado a la comisaría 2ª. El delincuente es oriundo de San Miguel de Tucumán y titular de la motocicleta en la que se dio a la fuga su cómplice. El personal logró recuperar el sobre con el dinero en efectivo. En el caso intervino la fiscal Paola Aguirre de la Unidad de Flagrancia. El aprehendido, según Fiscalía, no tiene antecedentes por lo que quedó en libertad.

Con el correr de los minutos el tránsito se descongestionó, los comerciantes volvieron a sus locales, la gente siguió caminando y los chicos regresaron a las hamacas. El susto ya era parte del pasado.