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Violencia institucional

Arrancó juicio contra policía por un caso de gatillo fácil

Se lo acusa de matar por la espalda a un joven de 19 años que estaba desarmado y no había cometido delito alguno.


Un policía se sentó este lunes en el banquillo de los acusados en el inicio de un juicio que buscará desentrañar un caso de gatillo fácil en el que fue asesinado un joven de 19 años. El hecho ocurrió en diciembre de 2011 cuando la víctima, identificada como Ezequiel Sergio Luján, recibió un disparo policial en la espalda. El caso tuvo gran repercusión porque fueron los testigos presenciales los que aseguraron que el uniformado disparó sin dar la voz de alto cuando la víctima intentaba alejarse del móvil policial al que fue empujado luego de una detención en la vía pública mientras caminaba con un amigo. Además, el homicidio desentrañó un oscuro accionar policial después del hecho, que incluyó la falsificación de documentación pública para ocultar evidencias. Este lunes, en el inicio del juicio, el policía declaró y sostuvo que se arrepiente de haber falsificado el acta y que montó el arma porque “era una costumbre que arrastraba desde que trabajaba en el Comando Radioeléctrico”.

El tribunal estuvo conformado por los jueces María Isabel Más Varela, Edgardo Fertita y Julio Kesuani. Y como fiscales, Carlos Covani y Cristina Herrera.

Mario Daniel Urquiza se desempeñó hasta mayo de 2015 como Policía de Acción Táctica, aunque el 2 diciembre de 2011 prestaba servicios en la subcomisaría 15ª de la localidad de Pueblo Esther. Ese día se produjo el homicidio de Ezequiel Sergio Luján, de 19 años.

Según la versión oficial, un llamado al 911 detalló que dos jóvenes estaban “apretando” a un panadero en Juan Domingo Perón y Venezuela de la vecina localidad, por lo que un móvil se dirigió al lugar.

En cercanías del sitio, la Policía ubicó a dos jóvenes que caminaban por la calle. Según el testimonio de algunas personas que presenciaron el hecho, uno de los chicos corrió y un policía salió en su persecución y efectuó un disparo al aire. El otro joven era Luján, que fue detenido por Mario Urquiza, quien lo subió al patrullero. Cuando el uniformado intentó ayudar a su compañero, Luján bajó del móvil y comenzó a correr. Entonces el policía sacó su arma reglamentaria y, sin dar la voz de alto, disparó contra el muchacho, que recibió un disparo en la espalda a la altura de la región lumbar. El tiro le afectó órganos vitales y lo llevó a la muerte.

Por el hecho, en 2015 el juez Juan Andrés Donnola procesó al uniformado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y calificado por su función o cargo como integrante de la fuerza policial, encuadre legal que tiene una sanción de prisión perpetua, y dictó su prisión preventiva.

Testimonio

Después del crimen, el panadero declaró que los dos jóvenes nunca lo apretaron, que no estaban armados y que lo único que hicieron fue pedirle diez pesos para comprar una cerveza. Además, los peritajes determinaron que el arma que apareció al lado del cuerpo de Luján no tenía rastros ni huellas dactilares. A esto se suma que existe un dermotest “falso” contra Luján. La teoría de la acusación que será debatida en el juicio apunta a que Urquiza plantó el arma y luego acomodó una versión de los hechos ajustada a su favor; incluso, con una confección falsa del acta.

Este lunes comenzó el juicio oral y público en el que el uniformado es juzgado por la muerte de Luján. En la primera jornada de debate, el imputado declaró y dijo que quería confesar que mintió en la elaboración del acta. Según sus dichos, ese día tenía el arma montada porque era una práctica que arrastraba de las épocas en las que trabaja en el Comando Radioeléctrico y que se tropezó y se le disparó. Además, sostuvo que no recuerda de donde salió el arma que supuestamente le encontraron a Luján.  A su vez, ayer declararon varios testigos, entre ellos un uniformado que acompañó ese día al imputado y que dijo que existe documentación que dice que no pueden andar con el arma montada. También, prestó testimonio Cristian P., el joven que estaba con Luján ese día. Fue testigo presencial del crimen y sostuvo que Mario Daniel Urquiza se tropezó después de disparar y no antes.

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