Espectáculos

Arranca programación de El Cruce

Función de apertura este jueves a las 21, en la Escuela Municipal de Artes Urbanas, de Buenos Aires y el Río, con las obras “Mi cielo” y “Hanuman”.


El cruce. Encuentro entre los cuerpos

Comienza este jueves la programación de espectáculos de la 14ª edición del Festival El Cruce, que tiene lugar en la ciudad hasta el domingo, y que organiza el Colectivo del Movimiento Cobai. De este modo, la grilla de la jornada ofrecerá, a partir de las 21 en la Escuela Municipal de Artes Urbanas (Emau, Buenos Aires y el río) Mi cielo, producción local que dirige Ana Varela y cuenta con las interpretaciones de María Lorena Concari, Verónica Mensegues, Ulises Fernández, Soledad Verdun y Paula Valdés Cozzi, con música de Alexis Perepelycia, vestuario de Cristian Ayala y diseño de luces de Rody Bertol. El espectáculo se interroga: “¿Qué es sentirnos plenos cuando bailamos? Un estado; llamémoslo un cielo propio. ¿Y si el cielo no existe?”. La obra invita a ser testigo de esta “relación amorosa” entre el bailarín y su quehacer, “un amor oscuro, conflictivo, total”.
A continuación será el turno de Hanuman (Holanda). Se trata de una pieza histórica que demuestra por excelencia la artesanía del hombre en la creación del movimiento. “Mi tarea como artista no está enfocada en la creación de la danza, sino en la deconstrucción de la misma, para que deje de ser así una pieza puramente folclórica y se convierta, más allá de su raza o religión, en una pieza sobre la eficacia e inmediatez en afectar a la gente mediante movimientos minuciosamente elaborados”, adelanta Nicolás F. Rosés Ponce, director e intérprete.
El parte de prensa completa: “Hanuman es el chamán, su aprendiz, los dioses y es la tierra; el lenguaje de las manos, los movimientos del cuerpo y la expresiones faciales crean un mundo que está siendo analizado al mismo tiempo, generando una continua superposición del sujeto y el objeto, de la acción y la reacción”.
Mediante la liberación del ego, el bailarín encarna la concepción de un cuerpo que opera como un instrumento, que ayuda a servir aquello superior a él mismo, “transformándose así en un canal que conecta al público con aquello que es invocado mediante la danza”.

Comentarios